La verdad que debo confesar que el título para este nuevo monólogo me resultó muy complicado de definir, pues tenía muy en claro el tema a tocar, pero a la vez debía titularlo de forma tal que resumiera las próximas líneas. Pero ya saben de qué voy a hablar, claro, empieza y acaba en los trenes, no es que cazé la tiza y les dije “Vamos a hablar de las Alqueadas”, no, nada tiene que ver conmigo, o mi melliza, la otra RSD-16. No, vine dispuesta a serruchar el piso, no el de los monos, capítulo aparte, en fin, sino aquí dentro.
Retrotrayendo la historia, tantos años sea posible, bueno, una década y un poquito, no es mucho, seguro que recuerdan la frase “Ramal que para, ramal que cierra”, se convirtió en la premonición de lo que vendría luego. Es que para ese entonces, todos pertenecíamos a la órbita estatal y eso sonaba a mala palabra. Pero como a mí no me falla la memoria, ni mucho menos a mi Chabona, nos pusimos a recordar que el dueño de esa frasecita, junto con la otra de los capitales y los lugares seguros, se mandó una campaña electoral que todos se tragaron porque pensaron que volverían a vivir como en la década de 1950, nadando en el oro y qué se yo... bueno, la cuestión, es que si esto no hubiera sido una broma tan grande como el techo de una casa, no hubiera pasado a la historia. Muchos lo critican de vender el país, cierto, pero que yo sepa, los personajes que hoy lo critican, anduvieron chupándole las medias en su entonces!!!! Aunque... aunque... aunque Sol, nuestra hermana menor, dijo que el culpable real de este quilombo que parece no tener salida reside en el cerebro del tamaño de un maní, me refiero a un yanqui, puesto que todos saben cómo empiezan y acaban estas cosas: “OK, chicos, acá abajo ustedes tienen un despelote enorme y yo tengo la solución mágica – típico de todos, con razón somos los tutti opinator -: vamos a hacer unos recortecitos y para eso, quitense de encima todas las empresas porque les genera déficit”. Hasta acá sonaba a una receta de cocina, o, de médicos, mejor aún. Pero sigamos en los trenes.
¿Recuerdan a FA? ¿Recuerdan que había para viajar a todos lados? Ya todos sabemos lo que sucedió, por eso hago un per saltum y me instalo acá, en la provincia de Buenos Aires porque acá se teje una historia de ribetes novelescos.
Alguien dijo que las provincias mucho no les interesó en quedarse con las líneas ferroviarias pero ¿qué le habrá visto la provincia de Buenos Aires a los trenes para quedárselos? Que pregunta, creo que el Trezzún este tiene la respuesta mágica. Y se explica cuando Harry Despelloter, el que jodiera con el cuentito “Estamos condenados al exit”, le propuso la idea de crear lo que hoy se conoce como la Unidad Ejecutora o Ferrobaires. Claro, por fuera cuando lo anunciaron, a todos les hicieron masticarse el cuento de que todo era por el bien de los trenes pero la verdad de la milanesa era todos los negocios que estaban por hacer. Dicho en gráfico, a los trenes que los parta un rayo.
¿Recuerdan que la Unidad tenía una selecta variedad de destinos para viajar? ¿Qué sucedió con cada uno de ellos? Veamos el listado de los desaparecidos, no se olviden, no se ubican, tomen un mapa:
1) a Rojas, por el Urquiza, dicen por ahí que los trenes anduvieron un bimestre y después se llamaron al silencio absoluto;
2) a Iriarte ignoro cuánto tiempo rodaron, luego se desaparecieron para llegar a Vedia, bueno, algo es algo;
3) a Ameghino se desaparecieron según los cuentos de Bragado;
4) por Pico y Santa Rosa, según Pico, no se habló más del tema;
5) a Lincoln yo sé que van, vienen, se desaparecen y después vuelven...;
6) por la costa atlántica, salvo la temporada veraniega, los trenes brillan por la ausencia y...
7) el broche de oro: este sí que si tienen ganas de llamarlo el patito feo, llamenlo como quieran, me refiero al Bolívar, que todos sepamos, cuatro por tres es recortado, cuando no son las aguas, es el cuentito de alguna reparación que queda en el mero cuento y ahora en el 2007 la reventaron con la cuestión de los horarios: si antes uno podía viajar en cualquier día que fuera, después eran 6 días a la semana, luego pasó a 5 para ahora ser... 3!!!! ¿Ven cuánto laburo tienen estos muchachos? Cuando acabe todo esto, ya veo que ni medio boguie va a rodar por ahí.
Se dijo, se rumorea y me huele que no debe ser ninguna macana que en la Unidad reina el caos total y que la corrupción está a la orden del día. Así es posible explicar todos los cambios en las oficinas, pero no abajo, sino arriba, donde manda la dirigencia, y ahora tenemos unos personajes desconocidos: que auditor, que jefe de logística, digo, ¿seguiremos fagocitando todos estos parásitos? Pues, que yo sepa, la Unidad fagocitó toda la gente salida de los arcones no sé si del Sud, del Oeste o del BAP, pero que son salidos de los arcones, seguro.
Si creen en la inutilidad de la Unidad, es posible, porque nunca supo de arreglar las vías, pero sí supo hacer lavados de caras: el Expreso del Atlántico es un mero ejemplo de que tomar un pincel es super sencillo, pero cazar un martillo, bulones, durmientes y rieles es algo que se ignora en los diccionarios ferroviarios, bueno, de ahí. Pero, nosotras tenemos muy en cuenta que en los talleres reina no el ocio intelectual, sino la dejadez humana por no reparar los elementos que vienen a reparación y así es posible explicar que un par de hermanas nuestras hayan tenido que irse a los astilleros de Río Santiago.
Ahora que el descontrol está desatado, pero que no es de hoy ni de ayer, sino de hace años, digamos que esto fue una cosa que vino mal parida desde el inicio, tenemos a los que quieren sacar tajada. Se dice que la UGOFESA aspira al San Martín pero que tenga un poquito más de cuidado con el incendio del sector local. Por ahí se escapó que en la línea Sarmiento, TBA desea quedarse con esos servicios pero mi pregunta es ¿cómo puede hacerse cargo de los trenes de larga distancia si no puede ni con los locales? Y en la línea Roca ya se habla de Ferrocarriles Argentinos Siglo XXI y la Unidad parece ser solo una cosa del pasado.
Por eso, no es que nosotros seamos complicados de entender, el problema es que ellos con sus negociados, hacen que los trenes sean algo poco entendible y la gente termina con una ensalada rusa de trenes en la cabeza.
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