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viernes, 29 de febrero de 2008

La Pavada Ferroviaria de Lopa y Lupe LII

Operación “Logística” – Lopa

En estos días bien es sabido de la visita que nuestro héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino recibió de Zaa-patero y para no perder tiempo nuestros cerebros argentos, qué mejor que recurrir a una logística tan vieja como la compra de material usado a alguna ferroviaria de otro país. Como se dejan entrever los antecedentes, RENFE quedó en la mira de los cerebros argentinos y entonces esta visita de Zaa-patero vino anillo al dedo para empezar a hablar de convenios. Dicen, aquellas voces indiscretas que se atreven a todo, que esta vez el material podrá ser reacondicionado en el país con la excusa de dar mano de obra y utilizar todos los talleres incluso Materfer. ¿Será cierto? Por ahora no tengo la bola de cristal, por el momento no soy adivino porque es lo que están vendiendo los papeles. Según Jaimito, reparar una locomotora usada por no menos de 20 años es más beneficioso hacerlo en el país y en algo tiene razón, aunque mi pregunta es ¿Acaso no se pueden fabricar locomotoras en el país? La historia que no se deja morir dice que ASTARSA fabricó locomotoras y todavía quedan dando vueltas... Pero actualmente resulta más beneficioso comprar la locomotora usada, repararla en el país y dejar que RENFE dé el asesoramiento tecnológico y provisión de material rodante y más yerbas... No lo entiendo, después dicen que Argentina es el reducto de los cerebros grises pero al parecer, bien se dice que los ingenieros ferroviarios argentinos son personas con entendimientos nulos e inteligencia 0. A esta altura quisiera saber si los ferrocarriles argentinos conocen el concepto “nuevo”. Me da la impresión de que no, así que el concepto “usado” hace rato está instalado en los diccionarios férreos y entonces da lo mismo 20 años que 50 años.

Un Rato con las privatizadas – Lupe

Nadie deja de saber que los ferrocas privatizados fueron la patente aplicación de la frase “Peor el remedio que la enfermedad”. Pero lo que pocos supieron era que quienes hoy se llenan la boca bajando recetas para como manejar la economía del país, en algún momento ampararon el desentendimiento estatal de sus empresas y dio luz verde para que las empresas hicieran lo que se ocurriera la gana. O es al menos lo que tengo entendido y si me equivoco, es porque aquella persona que me lo recuerde no tiene memoria ni sentido común. Que yo sepa, hasta el momento, el único que le pegaron una pata en el traste fue a Metropoligarcha porque... porque la verdad desde que esta gente tomó los trenes a su cargo, resultó peor que la época de Ferrocarriles Argentinos, pero que se sepa, que solo los piantaron del San Martín porque tanto en el Roca como en el Belgrano Sur están bien instaladitos y eso que son el reducto perfecto de ciertos tranfugas. Aunque otra novela fue la que tuvieron las cargas y alguna vez dijeron que ALL era la mejor empresa de todas, todos entendieron que si para unos era la mejor empresa de cargas, para otros era la mejor pesadilla argenta vista jamás en la realidad. Para esta gente su destino estaba sellado y entonces se empezó a pensar en el Apocalipsis: jinetes brasileros que huyen despavoridos pero por el momento, bien gracias. Pero esta historia no difiere en nada a la de Ferrosur, cuando andaban tratando de piantar a la vieja Fortabat y ahora están negociando con ella... ¿cómo se entiende todo esto? ¿acaso ella también no hizo trastadas???? Yo no lo entiendo, pero sí entendí porque el FC Belgrano es el santuario de la corrupción gracias al diputrucho que le dio vía libre a la Unión Ferroviaria. Pero la estatal Ferrobaires se dista en nada, en tanto que TBA compite con ella cabeza a cabeza por el mejor y deplorable servicio, la carrera opuesta la hacen Metrovías y Ferrovías. Por ahora, los ferrocarriles están muy intoxicados y lo seguirán así mientras se siga negociando con estas ratas de cloacas.

¿Hace agua el Gran Capitán? – Lopa

Por la enésima vez vuelvo a la carga de que el Gran Capitán hizo agua en los 90, tuvo un intento amagado hace un poco más de 2 años y ahora está funcando flamante pero atado con alambres. Renombrada es esa historia de pueblos y desarrollo económico, no me pienso detener en ello. Tampoco pienso hablar del cirujano porque es re contra sabido de quien se puede tratar. Más de una vez se abarajó la posibilidad de concesionar el servicio pero es bueno que quienes ahora se llenan la boca hablando los efectos negativos de los actuado en 1990, en su entonces, apoyaban lo que se estaba por hacer bajo la excusa de combatir la corrupción. Pero no importa, todos sabemos los beneficios de los ferrocarriles, solo quiero decir que la gente se masticó un sapo y tardó mucho en sentirle el gusto amargo. Quiero pensar que no nos vamos a masticar otro sapo semejante ¿no?

Corruptos por definición IV – Lupe

Éste ya es el rótulo para los chicos tuneleros porque si hay algo que los define, esa es la corrupción. Menos mal que es verano pero no se perdieron la clásica costumbre de hacer paros en el mejor momento en que la gente tiene que hacer sus actividades y entonces el público termina diciendo “Me c... en los ferroviarios”, porque a esta altura a causa del perjuicio ajeno, les importa un bledo que ellos pidan aumentos si siempre son lo mismo. La última vez que pararon fue contra las máquinas expendedoras de boletos, ahora porque piden aumento de salarios pero que yo sepa ellos nunca han demostrado ser ferroviarios tan ejemplares como para merecer ese tan ansiado aumento. Y bueno chicos, ya sé que me quieren cortar la cabeza pero como que sigan jodiendo a la gente con sus paros, nunca podrán obtener apoyo alguno, siempre van a recibir insultos así que mi receta es que empiecen a demostrar un poco más su transparencia en los actos.

Café Ferroviario LI: Títeres sin cabeza

“Dicen que soy tosca, que no sirvo ni para taco e` fusil, pero yo les voy a meter la tapa” – se ufanó Sol cuando la criticaban los ingenieros en Mecha.

“Tranqui Sol, que en el momento menos pensado se acuerdan que sirves para algo” – le dice La Chabona.

“No es el tema Chabona, pero me tienen harta de que me critiquen que no más por ser de la fábrica ALCO tengo que pagar los platos rotos no más por ser una enana de cuarta” – le dice Sol ufanada.

“¿Y acaso piensas que tienen algo en los cerebros los ingenieros?” – pregunta Maribel a Sol.

“¿Sabes algo? Que buena pregunta la tuya Maribel” – dice Sol.

“Es que yo más bien diría que la palabra ingeniero se la asocia a una persona con nulo entendimiento, inteligencia 0” – dice La Chabona sin anestesia.

“Lo que pasa es que ellos no entienden más allá de las potencias” – dice Maribel.

“¿Pero será para tanto para cancelar un tren?” – pregunta Sol.

“Estate tranquilita que no van a cancelar ningún tren que va a la costa, otro sí” – le responde Maribel.

“Ah, o sea, yo soy inservible para el Bragado ¿no?” – quiere saber Sol.

“Y... te hicieron saber que debes sentir lo que es ser inútil absolutamente” – le dice La Chabona.

“Igual, yo les voy a meter la tapa, y vamos a Caballito” – dice Sol y las tres salen de paseo.

En el playón de Caballito...

“Oye Chabona: tienes vela con el Bragado” – le dice Sol.

“Lo sé, pero creo que probablemente tú Sol tengas vigilia con el Martita” – le dice La Chabona a Sol.

“No sé porqué pero me huele a que hay algo que anda bien” – dice Maribel.

“Yo sé que es lo que no anda bien acá” – dice Sol.

“Ya sé, nosotras en primer lugar” – se apura a contestar La Chabona.

“Yo colocaría en el primer lugar a los ingenieros porque siempre se caracterizaron por eso: entendimiento nulo y más nulidad, imposible” – dice Sol.

“No te hagas problemas Sol, que esta gente que se dice sabérselas a todas, no obtuvo los títulos en la universidad, sino que los compró al canillita de la esquina” – dice Maribel.

“Pero estense tranquilas chicas: nosotras andaremos como el tuje pero que yo sepa, nuestras hermanas industria GM andan también para el carajo” – dice Sol.

“Es que todo el parque anda totalmente automático... somos la sombra de la verde extinta en Saint Martín” – se consuela Maribel.

“Pero quiero creer que el héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino estará enterado del quilombo interno ¿no?” – dice La Chabona.

“Eeeehhhh... Mmmm... como dicen Juan y Eduardo “Que buena pregunta Mario”” – responde Sol.

“Mejor es el papel que estamos jugando” – dice Maribel.

“Nadie lo duda Maribel, hace rato que estamos jugando el papel del Imbatible” – dice sin anestesia Sol.

“Y... perdón por la guasada ¿qué es ser Imbatible acá?” – pregunta haciéndose la boba La Chabona.

“Ja, ja!” – se ríen Maribel y Sol.

“A ver, el papel del Imbatible acá es una pura lógica filosófica pero a la ferroviaria: Ingeniero sabelotodo burro + Mecánicos sabelotodos bestias + Repuestos usados made in desvestir un santo + emergencia provincial = Reparación berreta, trucha... ¿Me entiendes?” – trata de explicar Sol.

“Ahora entiendo qué es lo que planifican los de arriba” – dice La Chabona.

“Salvo cuando se trata de pasar el verano caliente con la Unidad” – la remata Maribel.

“Eso es un dolor de cabeza” – dice Sol.

“Es que nosotras somos las cosas más baratas existentes en el país” – dice Maribel.

“Lo que no resulta ser barato es que los mocasines planifiquen sus vacaciones” – dice La Chabona.

“Claro, no es barato porque llama la atención, sobre todo si vas un día a la playa y que no te sea extraño encontrar alguno panza arriba tomando sol” – dice Maribel.

“Y chicas... ¿ven que ando? ¿Cuánto rato estuve haciendo huevadas en Caballito?” – les dice Sol.

“Nadie lo duda Sol, pero yo hace rato asumí que esto está en los caños” – dice La Chabona resignada.

“Ya sé Chabona, es que todavía hay gente que se pregunta si no se podría haber alquilado una locomotora” – dice Sol.

“¿Para qué? Más simple que para ahorrar guitarra es cancelar el servicio” – le contesta Maribel a Sol.

“Después mis orejas se ponen coloradas de escuchar a los transeúntes decir que los trenes son una porquería” – dice La Chabona.

“No Chabona, no es que nosotras seamos la porquería, la porquería la constituyen quienes manejan las empresas ferroviarias” – dice Sol.

“O sea, nosotras hacemos un porcentaje tan pequeño, el porcentaje mayúsculo lo hacen los ferroviarios en todas las versiones” – dice Maribel.

“Ah... ¿vienen en sólidos, inyectables, líquidos...?” – pregunta Sol.

“Vienen en todas las versiones... ¡Usalos como se te de la gana!” – le responde La Chabona.

“Yo probé todas las versiones... pero hice vela con el Marta” – dice Maribel.

“Y... ¿qué pasó con nuestra hermana GT que andaba por aquí?” – pregunta impaciente Sol.

“No sé, pero además de representar el papel del Imbatible, no me extrañaría que dijeran que somos un circo, vivimos haciéndo equilibrio, somos malabaristas de primera” – dice Maribel.

“Lástima que todo lo que sabemos hacer no sea para entretener al público, sino sea para hacerlo calentar de rabia porque las cosas van bien, bien prendidas con alambres” – dice La Chabona.

“No hay problema, que un buen porcentaje del público sabe que las cosas marchan pa´l carajo, son contados los que saben que ocurre realmente acá adentro” – dice Sol.

“¿Qué podemos hacer mientras tanto?” – pregunta La Chabona.

“Como dijera Pico alguna vez, buscar a Nemo” – le responde Maribel a La Chabona.

Café Ferroviario L: Que mal se Te Ve

Volver al futuro


“¿Por cuánto tiempo 9100 anduvo por aquí?” – pregunta Maribel.

“Mmm... creo que una semana y un cacho, más o menos” – le responde La Chabona.

“¿Y se sabe cuál fue la causa?” – pregunta Maribel.

“Fue cuando Metropoligarcha se dio cuenta de que era hora de pedir un SOS” – se apura a contestar Carolina.

“Por una vez en la vida se dio cuenta de que necesitaba ayuda” – dice Maribel.

“No. Es que Metropoligarcha necesita ayuda ahora” – dice Silvina.

“¿Cómo? ¿Acaso Metropoligarcha no lo fletaron?” – pregunta sin entender Maribel.

“No, todavía no, eso fue un sueño futurista, porque ahora estamos en la serie de volver al futuro” – dice La Chabona irónicamente.

“No Chabona, siempre vivimos volviendo al futuro” – dice Carolina.

“Ahora verás que en unos meses de este corriente 20-05 unas 10 GT´s caerán enjauladas” – dice Silvina.

“¿Cómo? ¿Eso no fue en abril del año 2003?” – pregunta Maribel.

“Pero es que el pasado es una cosa cíclica que siempre se repite” – le dice La Chabona a Maribel.

“Ah, ya entiendo: eso se llama tropezar ciento ochenta mil veces novecientas quinientas dos mil millones de veces en las mismas piedras” – dice Maribel.

“Una cosa así, pero 9100 contará palitos en las paredes de Retiro los días de enjaulamiento” – dice Silvina.

“Sí... me parece que 9100 va a contar horas porque cuando esto salga de las fronteras ferrocas y llegue a los oídos del héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino, les aseguro que la cosa se pone bien podrida” – dice La Chabona.

“No Chabona, la cosa está que arde, dejá no más a llegar a abril pero no entiendo eso del pasado que se repite” – dice Maribel.

“Ya se te lo dijo Maribel... sos hincha che!” – se exalta Carolina.

“No es por nada Carito pero yo tengo la sensación de que estamos en enero y que estoy veraneando” – dice Maribel.

“De veras Maribel, cómo será que pasa el tiempo que ni me dí cuenta” – dice Carolina.

“No chicas, perdonen, tenía razón Maribel: fue hace un año y pico atrás” – se rectifica Silvina.

“Y ahora estás veraneando en éste incendio: buena suerte Silvina” – la carga La Chabona.


Asuntos tractivos


“Ayelén... pst!” – la llama Candela.

“¿Qué cuernos quieres Cande? déjame dormir” – le responde Ayelén dormida.

“Esta bien, sigue durmiendo y soñá con angelitos” – le dice Candela.

“Yo sí soñé” – dice Paola.

“Ah sí! No me digas... ¿soñaste con la sopa de letras?” – le dice M. Eugenia irónica.

“No tarada, soñé con ALCO´s” – se ufana Paola.

“¿Con ALCO´s????” – contestan Candela y M. Eugenia juntas.

“Dicen, los listos que se atreven a todo, que las ALCO son lo mejor que hay” – dice M. Lucila.

“Que suerte Lucila, porque acá nos hacen sentir como la última basura existente en el planeta ferroviario” – dice M. Eugenia.

“¿Te parece?” – le pregunta Candela.

“Y... hace falta decir que cierta gentuza siente más delirio por nuestras colegas GM, aquellas cosas rectangulares estacionadas a metros nuestros” – dice M. Eugenia y las señala.

“Mmmm... eso es cierto. Aunque otra certeza es que no en todos los lugares gozan de una circulación en paz” – dice Paola.

“No hace falta decir Paola, es que hay hermanas nuestras que aprendieron danzas en medio del fuego” – rompe con humoradas Candela.

“Niii... con razón Maribel me dijo que ella había aprendido a tocar la 5ª sinfonía de Beethoven en Mendoza” – dice M. Lucila.

“Pstttt! ¿Cuándo las cuidaron esa gentuza?” – pregunta Paola.

“¿Cual gentuza?” – pregunta Candela a Paola.

“Paola se refiere a ALL, aunque me parece que la teoría de Apocalipsis está lejos de ser” – responde M. Eugenia.

“No Paola, mejor averigua cuanto tiempo queda más de vida” – dice M. Lucila a Paola.

“Yo sé que están próximas a la extinción” – dice Paola.

“Como las de la UGO en el SM, ese ferro es la perfecta escuela de dónde se puede aprender a cómo ser automático del todo” – dice Candela.

“Yo mejor diría que para todo es necesario el papel oro pero bueno... acá no se hace filantropía con los capitales. Va a los lugares seguros” – dijo M. Eugenia.


Asuntos tractivos II


“Flor... ¿Viste algo raro en Liniers?” – le pregunta Bragado a Flor.

“No que yo sepa” – dice Flor.

“Yo sí” – dice Pico.

“Con Pico vimos a la B826 allí” – le dice Bragado.

“¿Qué demonios hacía esa locomotora allí? ¿acaso no es de Metropoligarcha?” – pregunta Flor.

“Ay Flor... Flor de incógnita” – dice Pico.

“No. Es que Transportes de Basuras Acopladas está en la yostra de la UGO y entonces tienen el deber de estar en el SM” – dice Bragado.

“Ya lo creo que su estadía en esa línea será para más desgracias que cosa buena” – la remata Flor.


Otra de los chicos tuneleros


“Vamos a los túneles” – sugiere Truman Capote.

“¿Pa` qué?” – contesta con una pregunta 22.

“No, lo que pasa es que los túneles casi arden otra vez” – dice Lupe.

“¡¡¡¡Otra vez!!!!” – se exalta Aquilina.

“Sí, otra vez” – dice Cibriano resignado.

“¡No me digan nada! Seguro a que soy yo me juego la cabeza de que se trata de aumentos salariales” – dice Aquilina.

“La pegaste en el poste” – dice Pepito.

“No, ahora la emprendieron contra las máquinas expendedoras de boletos” – dice Lopa.

“Ah, por la enésima vez Metrovías tuvo que aflojar a los pedidos de estos chicos tuneleros” – dice Pepito.

“Oigan... ¿no están cansando un poco?” – dice 22.

“Mejor andá preparando el combustible aéreo y los fósforos porque acá la cosa cualquier día arde fiero” – advierte Cibriano.

“Yo mejor llamaría a Dalai Lama y aprendería a hacer meditación trascendental” – dice Lupe.

“Pero por una mugrosa máquina expendedora... no lo entiendo” – dice Lopa.

“Nunca se va a entender eso Lupe” – le dice Pepito.

“¿Y quién bocineo ante la prensa?” – pregunta 22.

“Un tal Pianelli” – responde Lupe.

“¿Quién es ese Pianelli?” – pregunta Truman Capote.

“Perdón por la ganzada que voy a decir, pero es un Pirelli cualquiera” – dice Cibriano.

“Ah, pensé que era del rubro de los corruptos por definición” – dice Aquilina.


Desinteligencias argentas


“Moebius tiene algo raro” – dice Jo.

“Perdonen mi burrada: pero me da la impresión de que Moebius se parece a un pescado del tamaño de una ballena” – dice Anastasia.

“No piba, dijiste una cosa acertada” – dice Olivati.

“No sabía que a los túneles íbamos a practicar buceo” – dice Catalano.

“No sé, pero es lo más malo que pude ver en materia de filmaciones ferroviarias” – advierte Anastasia.

“Como tengo que ser finoli, no diré que es lo que estoy pensando en éste instante” – dice Catalano.

“No hace falta Catalano, solito salta” – le dice Jo.

“¿De qué se trata éste adefesio por película?” – pregunta Olivati irónica.

“No se sabe de qué se trata porque juntaron en un argumento varios diálogos sueltos que no pegan ni con poxicola” – rompe con humoradas Jo.

“Ja, ja!” – se rién todas.

“Tampoco deben de haber pegado con poxicola los actores ¡Ni lo digan!” – se exalta Anastasia.

“Solo algo rescatable” – dice Jo.

“¿Qué?” – pregunta Olivati.

“Soñar con una red tunelera hasta la general Paz” – responde Jo.

“Pura fantasía argenta” – dice Olivati.

“Ahora, el chabón telefonea para pedir por la formación 86 pedida pero que contradicción, la imagen muestra el vagón 86 ¿Cómo se entiende?” – plantea Anastasia.

“Mira Anastasia, la gente que hace cine lo hace sin la menor idea de qué se tratan las cosas, hasta es posible en las películas no desaparecer un tren, sino un ferroca entero” – responde Olivati.

“¿Qué trata la película?” – pregunta Catalano.

“No sé. Preguntale al autor qué historia quiso recrear” – responde sueltamente Jo.

“Yo sigo en mi teoría: las ballenas se metieron en los túneles” – concluye Olivati.

Café Ferroviario XLIX: El fin y el inicio de una nueva historia según Mardel

Señoras y señores: desde que los trenes cayeron bajo la lupa racionalizadora, los trenes se convirtieron en la excelencia que hace caracterizar a un país del primer mundo, pues eso es lo que nos quisieron meter en la cabeza nuestros queridos gobernantes. Que yo sepa, los trenes lejos de ser la excelencia, pasaron a ser las cosas más automáticas que nunca, donde es más fácil caer en reparación por reparaciones berretas que por excelencias reparadoras, que es más simple obtener el rótulo de radiado porque enseguida sos una chatarra inservible, pero bueno, no me hago drama porque esto es un mal contagioso, como el incendio sarmientero, ahora devenido en incendio sanmartiniano, porque hay líneas que parecen estar embrujadas y todo el material que pasa por ellas, retorna a sus pagos con males tétricos. En fin, todos sostienen el pensamiento de que hay que ser un ingeniero para informar sobre las cosas que están patas para arriba pero yo soy una convencida de que para informar que las cosas van bien, bien prendidas de los pelos no hace falta ser un catedrático en la materia, porque con un poco de inteligencia y juicio crítico es más que suficiente. Bueno, basta de palabrerio y pasemos a lo que importa.

Bien sabida y rementada es esa vieja historia que no se deja morir, aquella vez que cuando la birome del Turco firmara los decretos de racionalización ferroviaria porque todos decían que había que renovar Ferrocarriles Argentinos. Sí, es cierto, había que renovar pero la verdad que la renovación se hizo tan bien que en realidad yo diría que el tiro salió por la culata. En fin, este buen Turco no estaba solo, sino que venía acompañado de un Cerebro Pelado que no hace falta decir quien es, porque de solo nombrarlo ya causa retorcijones de intestinos. En fin, este flor de equipazo hizo las cosas tan bien que nadie de los que estaban afuera se dieron cuenta de que la cosa venía mal parida desde el inicio. O sea, graficando, al público le armaron un sapo que el mismo público se lo masticó y no le sintió el gusto al principio (Porque el gusto amargo sí se lo sintieron, hay que esperar) pero está todo bien, porque todos estaban de acuerdo en renovar a Ferrocarriles Argentinos.

Y bueno, uno por uno los ramales fueron renovados: pobre San Martín, ya tan aquejado por los paros sumado a que los servicios eran de cuarta, completaban el panorama. Entonces mi pregunta es ¿dónde estaban los ferroviarios tan eficientes por los cuales pagábamos un sueldo? Ay... que buena pregunta, no lo sé pero que yo sepa, muchos fueron licenciados. Es que, dicho en gráfico, los fletaron no por opción, sino por la fuerza, unos mangos y... Y después se jodieron pero al por mayor. Pero mientras nuestros ferroviarios eran fletados y ellos resistían haciendo paros que uno no termina de entender, mi pregunta es ¿dónde estaban aquellos que se dicen ser los defensores del obrero? La verdad, qué les puedo decir... solo sé que quiero pensar que los habrán sobornado para que se callaran la boca pero sé que durmieron una larga y pesada siesta mientras había fletamientos masivos. Pero bueno, la birome del Turco a esta altura ya no era un útil inofensivo, ya se había convertido en un tifón exterminador.

Mientras que se daban los fletamientos, en alguna mesita de vaya uno a saber que bar (La cafetería La Strada es imposible porque de ahí las cosas salen despedidas a todos oídos, cuidado que haya oídos aficionadios porque ahí si la cosa se pudre en serio) teníamos al Cerebro Pelado firmando papelitos con Marito Montoto. Bueno, hasta el momento el público no sabía un cuerno de Montoto, solo supo que un día se cayó del catre y se enteró que el San Martín se había renovado bajo la tutela Metropolitano. Es que la gente mucho no sospechó, solo le importaba mejorar su calidad de viaje.

Así como Metropolitano surgió, se encargó de desterrar lo suficiente a Ferrocarriles Argentinos, que por desgracia, a esta altura, esas palabras ya sonaban a malas palabras (Aunque ahora no zafan de esa categoría), entonces algo hizo que se los caracterizara por ser verdaderamente verdes. Así que locomotoras y vagones pasaron por los galpones para una pintura y ajustes numerativos. Pero hasta aquí nadie piensa que dentro de muy poquito se iba a desatar la otra tragedia.

Dicen, los atrevidos que se atreven a todo, a develar aquellos recuerdos del pasado que no quiere dejar morir, que el parque sanmartiniano se componía de una nutrida cantidad de ALCO pero alguno logró escabullir hace tiempo y espacio que solo andaban 7 u 8. Bueno, es que Metropolitano supo resistir a brazo armado sostener el servicio en esa línea con esa cantidad de locomotoras ALCO y complementado con alguna que otra locomotora proveniente de la línea Roca. Y cómo supo resistir tan bien que hasta el día de hoy no bajamos de esa cantidad. ¿Ven que acá las cosas siempre marchan ataditas con alambres?

No hablé de empleados. Bua... es que mientras muchos eran fletados, otros supieron resistir los cambios, por eso están más cercanos a ser fósiles bien petrificados, que resisten todos los cambios en el tiempo, ellos perduran, pero fueron los mínimos. Se ocuparon de preservar empleados más próximos a jubilarse que de hacer una renovación generacional, pero algo nuevo empezó a andar: las mujeres boleteras detrás de las boleterías. Si algo es rescatable de estos tiempos es que despacio, lentamente y cancino se está perdiendo el prejuicio de que ser ferroviario es solo cosa de varones, comprobado está que hay cosas que bien las pueden hacer las mujeres. Como siempre hay hombres a bordo de los trenes prestando servicio, mi pregunta es ¿por qué no prueban con mujeres prestando servicio? ¿no serán un poquito más efectivas?

Volviendo al tema, me fui por las ramas, es que ahí el concepto de ética no llegó ni a palos. Es que empezó a ser cosa muy común salir a servicio y que en medio de recorrido la locomotora plantara bandera. Pero no era cosa de una vez, ya era cuestión de a diario y varias veces a diario. Y entonces la línea San Martín se convirtió en algo trágico, ya estaba bastante incendiada. Pero a no hacerse problemas, si hacía falta un SOS, presto estuvo el Turco para traer más locomotoras y poder continuar adelante. Pero una sufrió el Mal Turco: fue tocada y quemada, fue conducida por el primer mandatario y quemada por choque y... al galpón. Pero no importa, está todo bien.

Mientras el San Martín era un incendio que despacio empezó a ser imparable, los periodistas se han llenado la boca hablando de las malas prestaciones y la falta de control pero el tiempo se fue sucediendo ¿acaso las cosas no vinieron mal abarajadas de salida? Es que para descubrir la verdad siempre hay que esperar un largo trecho y ahora verán que es cierto.

Y llegó el momento de recambios. Mientras en Balcarce 50 el Turco dejaba la herencia bien patas para arriba, Fernando VII se encargó de hacer lo mejor posible para terminar bien pal carajo. Mientras Fernando VII hacía monerías ridículas, el incendio sanmartiniano empezó a ser mayormente alimentado por un nuevo combustible: los paros sindicales. Pero no hay problemas, presto estuvo alguno para definir a los sindicatos como corruptos por definición. ¿Hace falta decir la causa? Que bueno que ahora los argentinos abrieron los sesos pero falta todavía despertar un poquito (Aunque estos cirujas ya despertaron de su larguísima siesta, haciendo reclamos netamente idiotas).

Y así fue evolucionando San Martín hasta que vino la debacle 02: a todos a afectó y esto terminó de hacer más imparable el incendio: lo que pasaba era que había unas locomotoras alquiladas – regalito del Turco, herencia- y como no aparecía la guitarra para pagar, apareció la mano de la justicia para empezar un largo encierro en el Patio de Retiro. Y ahí la tragedia se hizo imparable pero esperemos a un cacho más.

Mientras solo un reducido grupo sabía del encierro, el público ignoraba totalmente que pasaba en el entretelón de Metropolitano. Solo se sabía que viajar mal empezaba a ser la nueva tragedia a sumar a este incendio, todos los lugares eran buenos para viajar, hasta los bastidores de las locomotoras eran sitios para viajar. Presto estuvo alguno para cazar el teléfono y llamar a la prensa. Era increíble, de repente todos los medios de la TV presentes y, como no podía ser de otra forma, salieron todos los chabones de Metropolitano que vaya uno a saber donde carajo estaban escondidos. Pero atenti: eso solo era el armado de la escena para la TV, cuando la TV se iba, los chabones hacían chau!

Diré que alguno tuvo las agallas suficientes para encarar al Payaso Fernandito sobre los desastrosos servicios. Pero como Fernandito es un payaso, más divertido que el mismísimo Piñón Fijo, que prometiera servicios mejores, siempre era lo mismo que asociarlo a una promesa electoral, porque como dicen los profesores de lengua, son sinónimos, yo digo que sí, que son sinónimos pero de la realidad cotidiana (Algo politiquera ¿no?). Entonces al Payaso Fernandito se le deslizó por ahí comentar lo de las locomotoras enjauladas. ¿Será que ellas aplaudieron cuando se enteraron que hasta estaban en boca de toda la TV? Y... festejar, seguro, porque ahora el encierro ya pasaba las fronteras del ferrocarril, ya era asunto público y porque no hasta político también.

Y ellas mientras permanecían enjauladas, los mecánicos e ingenieros siempre tenían la tentación de esperar que la justicia se hiciera la sonsa y ver cuando salían a salvar las papas del fuego. Pero tan ligero como un suspiro transcurrieron sus últimos días de encierro que un repente nos llevamos la sorpresa de que nuestro héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino decidió poner la guitarra para poder apaciguar el incendio. Así como se dijo, apareció la guitarra y de vuelta a la vía pero Marito y su Iglesias bien gracias.

Pero a pesar de que las enjauladas regresaron al servicio, el incendio continuó tal cual. Pero ya eran muchas las trastadas las de Metropolitano para decir que los servicios eran de primera, entonces nuevamente el héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino la emprendió contra Metropolitano solo para decir “Que se vayan todos”. Cuando esta frase llegó a oídos de los capos, retumbó tanto que empezaron a armar el argumento perfecto para resistir. Y sí señores hay que resistir, pero a mano armada y no torcer el brazo bajo ningún aspecto. Eso sí, mientras por un lado los tenían montados, ya estaban listos para presentarse como la opción alternativa de una nueva generación de trenes bajo el nombre de COFEBO solo para... para seguir currando porque los servicios que se los lleve mandinga.

Entre idas y vueltas de la justicia y que se yo, nuestro héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino ya estaba lo suficientemente harto de aguantar a esta gentuza. Y cuando Metropolitano vió que el destino era inexorable, como todos, decidió dejar su sello patente y qué mejor que recordar lo acontecido últimamente, para pensar solo en que todos hacen exactamente lo mismo.

Por empezar, las ALCO van en picada: una que dejó de circular por un motivo, la otra por otro y la otra que chocó a una G-22 en Retiro, en tanto que sus colegas G-22 vinieron del Roca a tapar agujeros pero hay que regresar... aunque el regreso a A707 fue chocado.

Luego, si nuestro héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino había apaciguado un poco el incendio, Metropolitano se ocupó de hacerlo un poco más gigante: diagrama de sábado en los horarios de trenes de día de semana. Ahora ¿quién para éste incendio? Esperen que falta el broche de oro: un paro en reclamo del pago de salarios. Conclusión: más que incendio sanmartiniano, es un San Juan Sanmartiniano, y... ¿y quién lo apaga ahora? Acá si que no hay dotaciones de bomberos que valgan.

Y ahora en medio del San Juan Sanmartiniano desembarcó la UGO. Más de uno quiere saber ¿qué es? Bueno, les digo que es la mezcla de lo bueno con la porquería, o sea, el rejunte entre Ferrovías, Metrovías y la renombrada Trenes de Buenos Aires –llamada Transportes de Basuras Acopladas según Truman Capote- que bueno, entre ellos deben apagar el incendio provisoriamente. Pero como quien dice, es imposible cambiar todo de la noche a la mañana. Así que lo primero es poner el ojo en el material tractivo y entonces como es necesario en forma urgente locomotoras, lo mejor es recurrir a las cargueras con una generosidad nos presten provisoriamente hasta poder pararnos. Eso sí, Metropolitano todavía está bien arraigado, porque de los trenes no se fue, aunque de los boletos ya los fueron. Por eso, Silvina y una de NCA ya empezaron a ir y venir en medio del incendio sanmartiniano. ¿Maela Itatí no la ligara en tercer lugar?

¿Entienden ahora que esto es el fin y el inicio de una nueva historia? Y menos mal que los argentinos en su mayoría estamos de vacaciones así podemos seguir durmiendo tranquilos. Y el regreso a los carriles correctos no lo veremos nunca.

Los grandes momentos ferroviarios XLVIII

Los sucios no desinfectaron... para nada II


Yo, yo soy parte de esta historia,

Yo les sigo haciendo compañía

Porque con ellos la pasé re bien.

Y, ahora me lo lamento,

Porque esta historia, puede ser un mero recuerdo.

Solo sé que ahora el tifón ya pasó

Porque la historia ya cambió

Porque con Matropolitano la cosa iba re bien

Los recuerdos sanmartianianos de incendios

Ya son parte del pasado que no se deja morir

Y que la línea sigue igual,

Porque la brujería todavía no terminó.

Solo esta historia se puede contar

A bordo de los trenes abarrotados

No hay mundos de silencios

El bullicio todo lo puede

Hoy, la verde a tientas funcaba

Y eso no era de un día

Ya era un mal a diario y contagioso

Hoy, la verde muestra sus agallas

Como los pescados para un desesperado intento

Porque es necesario un buen producto

Bien indispensable para poder limpiar

Todas las culpas y relucir

Porque acá nada pasó

Solo esta historia se puede contar

A bordo de los trenes abarrotados

No hay mundos de silencios

El bullicio todo lo puede

Y... la despedida se vino

No hubo descorches, porque la cosa estaba imparable

Y... era hora de tomar una decisión

Y poner a la UGO en acción

Para ver si las culpas se pueden purificar

No soy cura de bautizos

Y es hora de intentar ordenar

Porque el San Martín es un tremendo desorden

Que se ha tornado todavía imposible barrer la verde

Solo esta historia se puede contar

A bordo de los trenes abarrotados

No hay mundos de silencios

El bullicio todo lo puede

La Pavada Ferroviaria de Lopa y Lupe XLVII

Los sucios no desinfectaron... para nada – Lopa

¿Recuerdan los trajines de Metropolitano en su resistida lucha por dejar el San Martín? Pero eso no se olvida –aunque otras cosas se olvidan muy pronto-, si sobre todo recordamos cuando la caja boba mostraba que viajar en los trenes era como querer viajar en un tren de hacienda. Mientras Metropolitano resistía irse, bien un alguien dijo que los sucios desinfectaban mientras que por otro lado el fantasma andaba al asecho: es que nuestro héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino ya los tenía montados desde hace tiempo y espacio... ya se había tomado un yogur con Vi-Do y entonces ante las clarísimas evidencias era imposible seguir amparando La Verde, que en sus últimos años se había convertido en una cosa hiper automática, si no creen, vayan a buscar las evidencias que están a la vuela de la vía. Después que se tomó el yogur entraron a revisar los prontuarios y creo que debe haberse tomado varias bayaspirinas forte porque en verdad, no hay uno como la gente para poder tomar un ferrocarril tan incendiado como el San Martín. Pero eso tomó un tiempito que se dijo que prontamente la UGO o como se la quiera llamar, porque en la realidad es un rejunte de todo un poco, lo bueno con la basura –“Que lo llamen como quieran, son todos cortaditos por la misma tijera” grita Truman Capote- y por esas maniobras de nuestra querida y amada justicia, Metropolitano resistió pero... pero un día cuando todos estaban creídos que Metropolitano se las tomaba, ya presentaba su opción para seguir currando y que mejor que la COFEBO para seguir jodiendo pero que yo sepa, la COFEBO está lejos de ser aún porque Ferrobaires no se ha ido todavía a los caños pero esta vez, sí hubo de decir basta e irse de una buena vez por todas. Mi pregunta es ¿qué es lo que se fue? ¿Fue Metropolitano o son las mismas caras que seguirán al frente con otro nombre? Mi respuesta es: todo es posible en este país llamado Argentina.

La UGO y sus agallas – Lupe

Como era de prever, si vemos los actarios, la UGO, gracias a los cielos, estaba un poco como los indios, a los codazos, a los gritos y en bolas. Es que su material tractivo no es muy abundante que digamos porque groso antecedente el que dejó Metropolitano con esas pobres ALCO´s cuyo destino fue... fue... fue el desarmadero para no saber de volver a la vía. Es que con todas ellas desarmadas es posible desvestir varios santos para vestir uno pero por desgracia no hay para todos. Volviendo, un poco de cuentas, San Martín le quedaron algunas ALCO´s contadas con los dedos de las manos, alguna GAIA perdida por ahí y las tan polémicas GT canadienses made in Yanquilandia que estuvieran presas por bueno... buah, gran antecedente gran... –“¡¡¡¡¡Inombrableeeeee!!!!” – grita 22-. Que bueno que estuvo el héroe ferroviario de los mocasines en forma de Pingüino para poner la guitarra y salvar las papas del fuego. Entonces para poder tapar los agujeros –“negros” dice Pepito- no hay mejor cosa que recurrir a la grandiosa generosidad de las cargueras porque al parecer, anduvieron recolectando de cada empresa alguna locomotora que otra para reforzar el parque motorístico sanmartiniano. Y bueno, no hay que hacerse problema, los destierros ferroviarios hace tiempo que están instalados.

La UGO y sus agallas II – Lopa

Bien dijo Lupe de los destierros ferroviarios y bien hay que remarcar que FEPSA y NCA la ligaron en primer lugar. Así fue que tanto Silvina y la 6603 de NCA o Ferrocentral, como corno se la quiera llamar, se están haciendo compañía. Pero muchachas, háganme caso: háganse compañía mutua, sean irrompibles, demuestren que son de acero enlatado de primera calidad porque les aseguro que donde se han metido es posible que tengan que sufrir algún incendio sanmartiniano como producto del berretismo. Yo diría que más que los aficionados apunten las cámaras, preparen las neuronas para elaborar juicios críticos con buenas pruebas técnicas para demostrar que las cosas siempre andan bien, bien prendidas de los pelos.

Carolina y las dos patas – Lupe

Bien sabido que Carolina tiene ruedas y que las dos patas muchas veces corresponden al gen opuesto a ella. Tras su paso por Puerto Madero con el bobinero, supo que un alguien la espiaba desde los árboles y construcciones pero que su compañía femenina impedía un disfrute como la gente. Perdón, pero vamos a sacarnos la careta: ¿a qué mujer le gustan los trenes? Mmmm... digamos que un 2% y si se llega a ese porcentaje es mucho, porque las demás le hacen por suerte cara de asco a los trenes. ¿Acaso las locomotoras no son en el sentido de la palabra algo femenino? Pues sí pero evidentemente ellas, las de las dos patas, no lo ven así, por eso, que Carolina piense que las chicas de las dos patas piensen en idioteces sin sentido y no sepan usar el cerebro en cosas que valen la pena es como alguno dijo alguna vez “Donde pone el ojo, pone la bala”.

Chochamus UGO! – Lopa

Perdón, pero me voy a tomar la molestia de responder las preguntas de Chochamus:

¿Alguien sabe si van a arreglar las ALCo que estos tranfugas de Metropolitano dejaron tiradas por todos lados?

Chochamus, te sugiero que le preguntes a Marito Montoto cuánta guitarra es necesario invertir en ellas y a Iglesias si tiene algún contacto conocido por ahí para conseguir repuestos a bajo costo, que eso implica que estén usados y porque no, rotados también.

Otra - ¿quedaron en el San Martin las GT Canadiense? (espero que si...)

Mira Chochamus, es que San Martín es un incendio imparable, al igual que el incendio Sarmientero, pero eso es contagioso. A otro ferro no van a dir si por suerte Roca es el salvavidas en materia tractiva, pero esta línea está embrujada: los auxilios volvieron a Escalda rotos.

¿Conclusión?: vaya uno a saber si de esto es posible extraer conclusiones, por lo pronto, 5-mentarios.

Los TER dan que hablar – Lupe

Debe ser como la enésima vez que estos coches hacen las veces de chicle, andan en boca de todos y nadie los traga. Por la quituagésima vez en su vida de nacionalidad argenta made in Sapin fueron a los galpones de 4 a una reparación, según las malas lenguas. Pero presto estuvo alguno para decir que se los está reparando ¿integralmente?. Y... quisiera saber qué tipo de reparación es: ¿será una reparación como la del año pasado que fue una recauchetada así no más y a volver a la vía? ¿o será que esta vez sí volveran a funcar por sus propios medios? Por lo visto, no se olviden que, como el verano anterior, Materfer Primera les arrebató la rodada por el ramal Bolívar. Y bueno, ya a esta altura da lo mismo que caminen por sí solos o que los lleven de tiro con una locomotora, supongo que Doris a esta altura ya dice “¡Largo los bofes con los TER carajo!”.

Nación Once – Lopa

Me he dado una vueltecita por Estación Once, siempre es bueno volver después de un tiempo. La verdad es que no ha cambiado en nada, es más, desde que la vaporera del inexistente andén 8-9 se fue a dormir a Saldías (El mejor museo eligieron pa` dir a dormir!) continuó siendo una cosa más decrépita que nunca. Empecemos. En el sector ferrobestia todo bien gracias, salvo la parte externa que tiene esos carteles que dicen “Unión de pareja, un phone y pagas en la unión” (¿Quién carajo va a ir a mirar un cartel a una boletería???), le hacen compañía todos los otros cartelitos juntos que la verdad, no les vendría mal una cartelera, así que mi sugerencia pa´ estos chicos es mejorar un poquito el aspecto exterior. Por el sector TBA la cosa va así no más, prendidita de los pelos, cuyo panel de destinos funca a medias, porque ni el sector que indica los horarios de salida de los trenes anda como debiera, pero en fin... donde están los horarios, cartel muy pipí cucú pero el vidrio no es que esté roto, pero está escrito con corrector. El sector de los andenes, el andén 10 bien gracias, la cocherita dormitorio de las Ferrobestias (Gracias chicos, los felicito!), en el 7 un chabón pintando un coche CT pero vaya uno a saber si eso era lo que pintaba o si pintaba otra cosa... Eso sí, se ocuparon de pasar matayuyos pero la mugre que hay impera que da calambres. Después nos quejamos de PC pero nos podemos quedar tranquilos: a Once la corrupción y la miseria junto al chantaje la camuflan íntegra.

Los cuentos de Bolívar y María Eugenia XLVI: Solidario a Miramar

Nota: Es una fantasía. Toda coincidencia con la realidad es pura casualidad. Los personajes son reales, pero en este caso se deben tomar como ficticios.

En Mar del Plata los aficionados juntaron alimentos y otro tipo de cosas como ropa, útiles escolares y algunos remedios que con generosidad de los pobladores les donaron para los más necesitados de Miramar. Y como ellos eran los organizadores de este emprendimiento, no se iban a perder el convite de tan loable acción benéfica hacia terceros.

Entre todos estuvieron toda la tarde del día anterior acomodando la mercadería en los tres furgones que Ferrobaires les prestó sumado a los tres vagones clase primera que lograron conseguir para viajar.

A las 8.25 se dieron todos cita en la estación de trenes. Todos tenían muchas ansias de viajar. Pero a último momento la locomotora que les habían asignado, se las reemplazaron por una vaporera. “Empezamos bárbaro el día Mattalía” – le dice Manuel a Gabriel. Gabriel le dice “Cosas de último momento”.

Por el altoparlante de la estación dieron la orden a los aficionados de embarcar y todos ordenadamente fueron subiendo al tren y acomodándose en los respectivos asientos.

En el andén, mientras esperaban su turno se subir, Aldo le dice a Valeria “Nuestras cosas ya están en el tren ¡Date prisa!”. Valeria le responde “Viajar haciendo cosas para los demás es muy emocionante”.

En la locomotora, Manuel le dice a Gabriel “Creo que todos embarcaron, podemos partir” y Gabriel acomoda la leña y el carbón en la caldera.

En la puerta del primer vagón de pasajeros el guarda Enrique grita con una farola en mano “¡Es hora de mover el solidario Manuel! ¡Acelera!” y agita la farola.

Tras un largo sonido de bocina, el tren se pone en marcha. En la locomotora Manuel le dice a Gabriel “Pon más carbón en la caldera Gaby, así no nos preocupamos por un largo tiempo”.

“¿Allá delante?” – pregunta Gabriel.

“Ahora tenemos que remontar un ascenso para luego seguir en el largo descenso” – le contesta Manuel.

En los vagones, los aficionados dialogan entre ellos.

“Este año tengo ganas de irme en un carguero desde Bahía a Rosario” – le dice Marcelo a Juan.

“Intentaste lo mismo el año pasado” – le contesta Juan.

“¿No has dibujado algo distinto?” – pregunta Eduardo a Andrés.

“Ah, sí. La escena del incendio de la Plaza de los Controles” – contesta Andrés.

“¿Y está negrita barata de todo por 2 mangos?” – pregunta Eduardo.

“Marisol” – contesta sueltamente Andrés.

“¿Y esta otra?” – pregunta Eduardo.

“Suicidio patriótico” – responde Andrés.

“Ah, ¿qué presidente va a poner la cabeza para que lo pasen por las sogas?” – pregunta Eduardo.

“Ninguno pero estate tranqui que hay uno de ellos que es digno de ser pasao por las armas” – responde Andrés.

“Veré si puedo tener liga en EmFer” – dice Daniel a Juan.

“Vení que en Primera Junta tendrás más liga” – le contesta Juan.

Cada uno hace distintas cosas, algunos toman mate, otros duermen y otros sacan fotos. En fin, todos están contentos, pero un alguien no lo está: escondido en algún rincón de los tres furgones hay una persona llamada Gilberto el Malo “¡Me vengaré de estos aficionados de mandinga, aunque sea lo último que tenga que hacer!”. Sale caminando en cuclillas, abre la puerta del segundo furgón y con una herramienta para tuercas suelta la manguera de los frenos, mientras dice “Ahora necesitarán los frenos je! je!”.

El tren ingreso al sector del largo y pronunciado descenso, Manuel dice “Ahora solo hay un descenso”. Manuel oprime el freno, cuando lo hace, se da cuenta que no funcionan y dice “¡Hey! ¡Hay algo mal! ¡Los frenos no funcionan!” y Gabriel se sorprende. En los vagones también advierten que no todo iba bien en el tren. Aldo le dice a Valeria “¿No vamos muy rápido?” y Valeria le responde “Tranquilo, Manuel y Gaby son buenos maquinistas”.

Mientras tanto, Manuel le pide a Gabriel que vaya a ver qué pasa con los frenos, mientras Gabriel iba tratando de trepar por la carbonera en el tender, le dice Manuel “¡Cambia los frenos de mano!” y Gabriel le dice mientras está en el tender “¡Ya voy, si me caigo nos veremos en Miramar!”.

Gabriel logra trepar y en el techo del primer furgón dice “¡Abro aquí, cierro allá! ¡Debo darme prisa, la curva del esqueleto está cerca!”. Finalmente logra activar el freno de emergencia del segundo furgón, dice “¡Ya funcionan los frenos!” y Gilberto dice “¡Hey! ¡Hay un alguien en los furgones tratando de frenar el tren! Echaré un vistazo” y camina al segundo furgón donde lo encuentra a Gabriel que le dice mientras con el dedo índice de la mano derecha le hace la seña de girar al sentido opuesto “¡Hey amigo! ¡Estás girando mal! ¡Da la vuelta al otro lado!”. Gabriel ejecuta lo que le dice Gilberto y le dice “’¡Vaya, gracias! ¡Ahora es más fácil!”.

Al girar los frenos el tren se pone en marcha otra vez pero más rápido. Manuel en la locomotora grita en la ventanilla “¡No sé por qué pero la locomotora va más rápido!”. Y justo llega Gabriel a la cabina de la locomotora que le dice “¡Listo! Lo estaba haciendo mal pero apareció un tipo que me dijo como hacerlo mejor”. “No Gaby... ¡Ese tipo te dijo mal! ¡Regresa y da la vuelta al freno!” y Gabriel vuelve por los frenos “Abro aquí, cierro allá...” dice mientras trata de llegar al techo de los furgones.

En tanto, en los vagones empiezan a advertir de que las cosas no iban para nada bien en el tren. Valeria estaba en el lavatorio y le dice a Aquilino “Aquilino, creo que estamos en apuros” y Enrique dice a todos “¡Chicos! ¡Estamos en apuros! ¡El tren va sin frenos!” mientras hace señas con ambas manos. Entonces Andrés dice “¡Sí, todos al techo para buscar el problema de los frenos y parar el tren!” y todos se ponen en marcha.

Con una escalerita maltrecha que colocaron los mismo aficionados en el último vagón en que viajaban, treparon al techo, mientras Aldo dice “¡Adelante del vagón!” y Marcelo grita “¡Rápido! ¡A frenar el tren!”. Una vez que lograron subir al techo del tren, Eduardo advierte “Si estamos en apuros por falta de frenos amigos...” y en una curva uno de los furgones casi descarrila y Juan Carlos dice “¡El furgón de los materiales de la construcción! ¡Descarrilará el tren!” y una vez pasada la curva, le dice a Carlos “¡Hey Carlos! ¡Ve a enderezar el furgón de los materiales de la construcción y nosotros iremos por los frenos!”.

Mientras todos ellos estaban en el techo, Gabriel advierte la presencia de ellos y regresa a la locomotora, le dice a Manuel “¡Todo irá bien Manuel! Los chicos subieron al techo para ayudar”. Manuel le dice a Gabriel “¡Haz que bajen de allá! Pasaremos por el túnel Cara Negra antes de llegar a la curva del esqueleto” y Gabriel regresa otra vez al techo del tren y les grita a los muchachos “¡Hey chicos! ¡El túnel está cerca!” y Juan Carlos le dice “Aún hay tiempo Gabriel. Carlos fue a acomodar los materiales de la construcción en el furgón y ya casi lo logra”. Carlos acomodó los ladrillos y el cemento de forma tal que hicieran equilibrio para no descarrilar “¡Listo! ¡Así no habrá más problemas ni peligro de descarrilos!”.

Mientras continuaban buscando el problema de los frenos, Marcelo, Mariano, Juan y Valeria descubren que la manguera del freno en el segundo furgón estaba suelta “¡Vean! ¡La manguera del freno está suelta!” dice Valeria. “Unir la manguera para nosotros cuatro será fácil gente” dice Marcelo. Y entre los cuatro se ponen en campaña: introducen a Valeria en tanto que de los pies la sujeta Mariano y en cada uno de los dos vagones están Juan y Marcelo, que dice “¡Es muy fácil!”, Valeria que tenía que enganchar la manguera dice “¡Un poco más!”.

Entre la lucha de poder unir la manguera del freno que estaba suelta, el viaje seguía promediando. Manuel advierte la cercanía del túnel Cara Negra, se da vuelta y le pide a Gabriel que le diga a los chicos que bajen del techo “¡Ahora Gaby!” y Gabriel grita parado en el tender “¡Viene el túnel! ¡Bajen chicos!”.

En el techo cuando oyeron la frase de Gabriel, todos salen a las carreras para bajar, Enrique dice “¡Después del túnel Cara Negra viene la curva del esqueleto!”, Juan Carlos dice “Creo que estamos en apuros”. Mientras tanto, Marcelo, Juan, Mariano y Valeria continuaban insistiendo en unir la manguera del freno, Juan dice “¡Sigan, acá no vamos a desistir!” y Mariano dice “¡A menos que nos rindamos!”, Valeria dice “¡Ya casi está listo!” y en esa el túnel estaba demasiado cerca como para poder bajar, no les quedó otra que pasar el túnel arriba “Aguantemos un cacho ¡¡¡¡Respiren hondo!!!!” “¡Ya lo creo!” dice Juan y Valeria dice “¡Ya está chicos!”.

El tren comenzó a pasar por el túnel mientras atrás todos estaban tratando de bajar. Eduardo quería abrir la puerta “¡No puedo abrir la puerta!” y Aldo grita desde el techo “¡Sáquenme de aquí rápido!” y Aquilino lo baja del techo. Mientras pasan por el túnel, Eduardo dice “¡Listo, abrí!” pero quienes quedaron en el techo con la manguera de los frenos la pasaron fulero.

A la salida del túnel, Manuel le dice a Gabriel “¡Ufff! Que bueno salir del túnel. Ya siento presión en los frenos”. Pero cuando Marcelo, Mariano, Juan y Valeria regresaron a los vagones, Mariano le dice a los demás “¡Descubrimos que alguien soltó la manguera de los frenos!”.

Cuando parecía que la cosa se había normalizado, Gilberto corta la luz del tren pero en un clavo sobresaliente enganchó el codo del saco y lo arrancó. Al advertir del corte de luz, empiezan a buscar las fallas. Mientras buscan las fallas del corte, Aquilino descubre que en un clavo había un trapo enganchado y lo saca. Pero por una endija los ve Gilberto y dice “Yo me largo de aquí”. Una vez solucionado el problema del corte, Aquilino dice “El dueño de esto fue quien provocó todos los problemas”. Andrés dice “¡Vamos a buscarlo! ¡Tendrá mucho que explicarnos!” y salen todos en patota a buscarlo en el tren. En la locomotora Manuel y Gabriel estaban tranquilos, justo llegan a la curva del esqueleto, Gabriel se asoma por la ventana y dice “¡Vaya Manuel! ¡Esa curva aún a pie, es peligrosa!”. En el tren empiezan a buscar a Gilberto “¡No creo que esté escondido por aquí!” dice Mario. “Solo queda un vagón ¡Ahí debe estar!” dice Enrique, Eduardo agrega “¡Lo atraparemos!”. Gilberto sabe que lo andan rastreando y dice “Aún tengo cosas que ajustarles a estos payasos” y se fuga para bajarse del tren. En la locomotora ven las cercanías de Miramar, Gabriel le pregunta a Manuel “Allá está Miramar ¿Cuánto falta para llegar?” y Manuel le contesta “Quince minutos”.

Después de más de quince minutos de viaje, el tren llega a Miramar. En la estación había una multitud de gente esperando el tren, que hubo de estacionar en la segunda vía “Llegamos Gaby” le dice Manuel a Gabriel y Gilberto escondido detrás del tender dice “Yo me bajo aquí”. Una vez que se baja Gilberto, dice “Me esconderé en los galpones hasta que salga el tren de vuelta a Mar del Plata” y mientras corre rumbo a los galpones dice con bronca “¡Después volveré para vengarme!”.

Juan abre la puerta del tercer furgón y vé que un alguien corre sin el codo del saco “¡Vean! ¡Ese tipo huye y le falta la codera!”, Eduardo grita “¡Es él! Y todos salen a atraparlo. En la carrera, Enrique grita “¡Alto saboteador!”, Eduardo y Aldo dicen “Espere, queremos decirle algo”, Juan dice “Rodéenlo” y Aquilino que se bajó desde otro vagón aparece montado a caballo, mientras va a galope grita “¡Del lazo, no escapa!” y corren todos a Gilberto. En un desvío Aquilino enlaza a Gilberto, los demás llegan y lo maniatan, le prueban la codera del saco y comprueban que efectivamente correspondía a su saco “¡Le queda perfecto! ¡Es él!” dice Eduardo.

En tanto, los demás aficionados bajaron del tren y a un costado estaban Manuel, Valeria, Gabriel y Andrés. Manuel dice “¡Vean! ¡Atraparon al bandido! Ahora sabremos quien fue”, Gabriel dice enojado “¡Eso no fue broma!”.

Mientras todos llevan a Gilberto maniatado, Juan dice “Eduardo y Aldo te vigilarán” y Aquilino le dice a Manuel “¡Mira Manuel! ¡Es el loco que casi derriba el tren!” mientras señala con el dedo a Gilberto. Manuel dice “Gilberto el Malo ¿por qué lo hiciste?”. Aquilino le contesta “Dice que nosotros estuvimos robando parte de la mercadería y que enviamos alimentos vencidos y en mal estado”. Gabriel mira a Valeria y a Andrés. “Pero son donaciones de la gente, nosotros no somos ninguna asociación de scouts ni nada por el estilo que nos vamos a afanar todo... no tenemos depósitos tan grandes para almacenar tanta mercadería” dice Valeria serenamente. “Este tipo nos odia, por eso hizo todo lo que hizo, pero ahora las va a pagar todas juntas” dice Andrés.