Te lleva unos segundos firmar este petitorio

domingo, 30 de diciembre de 2007

La Pavada Ferroviaria de Lopa y Lupe XXX

Fuera de juego – Lupe

Después de la batalla que Mercedes perdiera contra medio mundo, ahora caen las reflexiones. Al inicio, al parecer, las cosas no andaban por los buenos carriles. Cuentan las malas lenguas, que hubo un tiempo allá hace tanto como un par de años atrás, que NOA tuvo el tren sin circular cerca de un trimestre, algo que un argentino común calificaría como excesivo el tiempo del tren sin circular. Por suerte parece que de una galera encontró la solución y el Jardín de la República volvió a los rieles. Tan poco le duró la victoria a NOA para tener alguna que otra discrepancia con NCA que no le permitía traccionar con el capot largo en el frente, esas sí que son solo cosas que entre ingenieros o por ahí, entendidos, porque hasta dudo que sean ingenieros de adeveras, lo saben clarito. Pero nunca faltan aquellos que están para desmentir versiones, pero bueno, que le vamos a hacer. Alguno que otro logró escabullir que los seguros no estaban pagos cosa que da pie a sostener la frase “Algo huele mal”. Otro de los llevan y traen info, al parecer, del riñón de NOA se escaparon algunas cosillas de corte técnico, pero no me pienso detener en ese tipo de explicaciones porque acá lo que importa es que como comentara por ahí Cibriano “Vamos a tener tren a Tucumán más pronto de lo que puédamos imaginar”. ¿Será verdad? No lo sé, pero veamos que sucede luego de este descanso de 1 minuto en el nuevo round boxístico. Pero ya que estamos de paso, culpemos al primero que se nos cruza, es lo mismo Benoit que Etchegoin.

Los sucios desinfectan – Lopa

¿No saben que en nuestros trenes argentinos los sucios limpian más que el jabón y la lavandina, o el detergente y el quitamanchas? Pues eso es bien clarito, y si alguno no lo entiende, sugiero dar una vuelta por el sector Metropolitano y con ver a las ALCO o alguna General Motors es suficiente para terminar diciendo que hay productos que son propios de la Industria Metropolitano: Hollín, Grasa, Tierra, Aceite, Pintadas... ¿Se recomienda limpiar? Que dilema... por el momento, solo sé que estos productos ya llevan el sello “Industrias Metropolitano” y se los puede conseguir en todas partes y vienen en sólidos, gaseosos y líquidos, pero señor pasajero, no se preocupe por ellos, úselos como se le de las ganas porque ellos son gratis, como el aire puro que respiramos.

La grande – Lupe

Alguna vez usted discó 0-800-... y estuvo, estuvo, estuvo, estuvo hasta que las velas ardieron. Mas que las velas ardieron, es porque uno se hartó y colgó en forma violenta el phone. Pero alguna vez amaneció con un día de suertes y discó el mismo 0-800-... y fue tan suertudo que consiguió que algún empleado se dignara a atenderlo, pero no importa, ya eso es todo un logro. Ya cuando se dispone a disparar la consulta que tiene para hacerle al empleado que le acierten la respuesta es otra lotería, porque más de una vez no saben ni siquiera dónde están parados. Conclusión: encontrar eficacia y eficiencia es como sacarse el Prode, el Telekino, el Loto, la Quiniela y todos los juegos de azar juntos.

Por una vez... – Lopa

Sí, por una vez nuestras ALCO tienen una noticia de corte positivo: es que Flor, 652, made in Spain, se dió por enterada que es funcar bien. Claro está que entre Luján y Mercedes levantaba vuelo sin dramas, como sería que tenía ganas de hacerse una carrerita para probar que tan bien estaba arreglada pero al parecer el don que tiene los comandos dijo “No” con la excusa de “Ahorrar combustible” a lo que ella supuso que se trataba de una urgente orden de Roteque Cirigliano con el cuento “¡Amarroquen combustible señores maquinistas!”. Eso sí, también supo como opacar a los vagones que no se diferenciaban en nada al estado que se encontraban cuando Elisabetta relató una sarta de viajes por el Roca.

A tomarse una garompa – Lupe

Hace un tiempito largo que en nuestra queridísima Caja Boba hay una publicidad dando vueltas y justo tiene como protagonista principal y secundario a un tren de pasajeros, pero las críticas constructivas se las lleva alguien más que A920... ¿Vieron cómo empieza? Veamos, tenemos un chabón que quiere ser una especie de atleta y se toma una pastilla vitamínica y para probar su efecto corre desde el puente, baja las escaleras, corre por el andén saltando sillas y obstáculos que hubiere por su camino mientras A920 pasa como que si nada, seguro que habrá pensado “No sabía que hubiera energizantes tan poderosos...”, y luego este chabón sigue corriendo el tren por la vía a la par de la locomotora. Con un poco de juicio crítico, más de una debe haber dicho “¿desde cuándo te tomas un vitamínico y después sales corriendo al mismo ritmo que una GT-22?”. Pero a no alarmarse gente, con tal de vender, Roche es capaz de inventar el Berocca con un poder tal de ir tan ligero como un TGV. No hay problemas, cuando se trata de vender, hasta la truchada misma vende.

Gana hasta el de Invasión Tropical – Lopa

Realmente es increíble como nuestra Caja Boba vende... no vende cosas de buen provecho, sino cosas más bien calificables como “Amarillismo barato”. Y esa es la sensación que tenemos cuando en Polvorín –y algo más que Polvorín- nos ponemos a mirar los noticieros. Alguna vez Mardel definió al periodista argentino como “Persona que habla de todos los temas sin saber de nada” y en una buena medida acertó el blanco. Y más se nota el amarillismo barato cuando se habla de trenes... o les dan palos o los aplauden, pero digamos que cuando los noticieros informan sobre trenes es lo mismo que nos anuncien que mañana mismo va a haber un terremoto, porque hay que temblar con las noticias. Como lo que importa es vender, al periodista le importa un bledo si lo que está informando es verídico o no, pues con decir una línea es suficiente para armar un discurso que genere un buen escándalo, cosa que todos se empapen del tema y salgan hablando de él, pues como hay temas que venden y venden, que lo hablen todos es aceptable porque ganan todos, incluso hasta el de Invasión Tropical. ¿Y el COMFER? Bien, gracias, la telebasura acapara todos los espacios. ¿Y los trenes que dirían ante todo esto? 5-mentarios.

La Pavada Ferroviaria de Lopa y Lupe XXIX

Nota: Lopa y Lupe son tranvías de Polvorín

NCA y Ferrovías – Lopa

Bueno, bueno. Era hora de que pasara algo distinto y qué mejor que Nuevo Central Argentino y Ferrovías para dar noticias de corte positivo. Y todo sea para opacar un cacho a TBA y a Metropolitano. Bueno, para los que no recuerden esa vieja historia de Ferrocarriles Mediterráneos, más conocida como FEMED, resulta que tanto uno como otro tuvieron una serie de problemas, de tal suerte que el trencito de Córdoba – Villa María ya se estaba viendo en sueños porque parece que el concesionario no hizo los deberes y entonces Josesito le pasó la factura y lo piantó de una pata en el rabo. En el lapso de la pata en el rabo hasta hace unos días atrás, pasó un tiempito algo más que el entretiempo futbolero y entonces en un nuevo round ferroviario cordobés aparecieron los salvadores de la tragedia, fusionados en el Ferrocentral. Mesita de por medio, el acuerdo llegó pero a medias, pues el servicio empezó a rodar, ahora hay que saber cómo andamos de material rodante y de paso vamos a archivar en algún lugar a mano la promesa de trenes de Retiro a Córdoba. ¿Será posible? Solo es cuestión de esperar que sucede en estos próximos 45 minutos.

TEA y NOA – Lupe

¿Recuerdan a TEA y NOA? Buah... Esa gente desde que tengo uso de razón son emergencia nacional, provincial, municipal... en fin, emergencia ferroviaria. Es que Mercedes 9093 y Loretta 7911 hace rato y añares que están salvando las papas del fuego. Lo que le paso a la pobre Mercedes es que siempre da vueltas por el patio trasero de Retiro Mitre y ve arrumbada a su hermana Yoly con su expediente cajoneado y la justicia que, mejor ni decir qué hace. Entonces Mercedes hace lo que puede, pero a veces hace más de lo que puede y de vez en cuando termina viendo las estrellas de todos colores y entonces va a parar a Pérez porque necesita ser operada de emergencia. Y por el lado de Loretta aprendió a ser el salvavidas no solo del Gran Capitán, sino salvavidas de los cargueros mesopotámicos, y también aprendió qué es que venga el caótico tráfico y la destartale enviándola de urgencia a reparación. ¿Repuestos? No... no hay ningún problema, andamos bárbaro, por estos sectores no es necesario porque con uno alcanza y sobra.

CNRT – Lopa

¿De qué estamos hablando? Esa es la pregunta que nos hacemos porque realmente varios nos quedamos con la pregunta de qué es eso. Si para los reclamos siempre se declaran incompetentes en todo, entonces ¿para qué los queremos? Solamente para gastar más guita en burocracia idiota e ineficaz. Solo hay algo rescatable de ellos: saben muy bien la función de tirar la pelota a otro sector.

Horas pico y sardinas – Lupe

Otra vez en los foros ferroviarios están jorobando con el tema de viajar como sardinas enlatadas en el San Martín. Pero esto no es novedad, porque me atrevería a sugerir que metan las narices en el Sarmiento y con decir que allí para subir o bajar del tren ni los empujones son suficientes. Convengamos que esto de viajar mal es acá, en la China y en el Congo. Si bien hace más de 10 años criticábamos a FA o a subterráneos de Buenos Aires por ese asunto, a más de 10 años la situación no cambió en absoluto, es más, empeoró peor. Si en los trenes se viajaba mal, hoy seguimos igual y quién no va a recordar el cuento de que cuando en la línea San Martín de 20 locomotoras solo andaban 5 o 6, entonces ¿qué clase de servicio es ese? Mejor, no sabría si se puede explicar, o las explicaciones solo pueden llegar a convertirse en excusas de empresas que nos prometen siempre mejorar el servicio. Pongámonos de acuerdo: no todos resultaron ser la misma porquería, pues que yo sepa, en la línea Urquiza y en los subtes se mejoró notablemente la calidad de viaje, y en la línea Belgrano Norte por ser zona de plomo, se viaja como duque. Ellos nos hablan de las formaciones pero solo lo entiende una minúscula partecita porque al común del público le importa viajar un poco mejor, pero solo se sabe que son promesas o anuncios que se diluyen muy pronto. ¿Y el resto? Bueno, me parece que voy a pedir a alguno que haga la versión ferroviaria del cuentito “El patito feo”.

Mentirosos y compañía – Lopa

No hace falta un opinator acerca del tema, cualquier argentino común y corriente sabe la solución acerca de este tema, mejor sería revisar las teorías de Manuel Mesa “...yo aparte les cortaría la lengua para que no sigan mintiendo”. Pero como quien dice que las cosas que hacen estos personajes tiene efecto con tuti, entonces una buena conclusión que puede expresar un estado de ánimo es “Muy cansado de que me forreen”. Y... es evidente que se puede estar hablando del Anticristo pero todas las leyes religiosas son buenas para aprender a ser cada vez más forro. No hay problemas, es que el país en materia de funcionarios es una cosa políticamente incorrecta.

TER de la Unidad – Lupe

Hace 10 años llegaron al país un par de duplas motrices que la PBA compró a RENFE de España. Según las malas lenguas dicen que funcaron un bimestre, y el resto de su existencia como coches argentinos la pasaron como coches remolques. Dieron vueltas por todos los corredores, por la costa, por Junín para por último morir en el Bolívar y últimamente a Daireaux. Y ellos supieron de la compañía de Doris 7902, de alguna GT pero no mucho más allá de todo, sí supieron de las descarriladas, y saben también qué es pasar por el taller para reparaciones y retoques ridículos. Pero parece que ésta vez quedaron presos, porque Materfer CT salió a yirar por el ramal.

Café Ferroviario XXVIII: El ojo de Truman Capote

Bbbzzzz! Bbbbzzzz! Supongo que ustedes deben de conocer una empresa ferroviaria llamada inicialmente Trenes de Buenos Aires, pero actualmente devenida en un nuevo nombre de Transporte de Basuras Acopladas, porque dista mucho de poder llamar Trenes al material que circula, se asemeja más a Basuras porque su estado es más que evidente y Acopladas porque como dijera alguna vez Cañuelas a las perdidas “Él los hace, ellos se juntan y el viento los amontona”.

Digamos que yo nada tengo que ver con esta gente. Es cierto y por eso agradezco ser tranvía encerrado de lunes a viernes, tan solo para no ver la calamidad, pero Bragado está presta a hacermela ver en fotos.

Pues, alguna vez existió una tal FEMESA, cuyo paso fue tan largo como un suspiro para luego devenir en esta maraña. Pero con TBA ya somos vecinos hace tantos como unos 11 pirulos, según las observaciones astronómicas de Quequén me indican que hemos de convivir unos 30 años luz más, así que me parece que para cuando termine la concesión, los argentinos estaremos en el Juicio Final.

Cuentan, están los audaces que nos atrevemos a todo, que desde que desembarcaron estos chicos en Mitre y Sarmiento, hubo varias cirugías sin anestesia, algo así como que te intenten meter un petardo en el orto y bue... nos vemos en el Expreso Celestial.

Pero para que aconteciera todo esto había una vez un personaje verde, asqueroso, proveniente del Planeta de los Cínicos –boludos los argentinos, se masticaron el sapo y ni le notaron el gusto- con el cuentito del progreso peronista 100% pero que yo sepa –como digo que me considero genio y brujo- lejos de progresar, hemos retrocedido varios años como se quiera pensar. Lo que pasó netamente es que este bicho verde operó los trenes y entonces tomó un bisturí y empezó a diseccionar el mapita, lo hizo tan, pero tan bien que si alguna vez llegaba a decir que la cosa se había hecho como el reverendo tuje, era más obvio que recibiera una buena patada en el culo y se fuera de regreso a su planeta, pero no fue posible porque para eso ya había descubierto el método perfecto de como seguir un tiempo más rompiéndonos el culo.

Si no hubiera estado ahí ese asqueroso bicho verde ¿cómo podía surgir TBA entonces? Es que había que preparar la escena señitos! Al inicio, mas de uno tuvo la impresión de que la cosa iba viento en popa pero solo los internos sabíamos que la cosa iba pésimo. Bah, no en el tranvía. Pero sí afuera. Si rememoramos un poco la historia, hay para contar y largo. Cada cuatro por tres TBA era noticia en Crónica TV por alguna cosa. Pero una que estalló fue un piquete ferroviario en estación San Isidro cuando TBA dijo “Bueno señitos, muchas gracias por sus servicios, acá tienen lo suyo y nos vemos la próxima”. Pues como para eso hasta los sindicatos ferroviarios decidieron irse a hibernar como los osos polares y otros bichitos de la naturaleza –las arañas son mejores, otras arañas son humanas, peludas y asquerosas- todo era una complicidad y entonces despertaron con una fiaca terrible a tener que hacer quilombo, entonces los piqueteros ferroviarios vino la cana a llevárselos al costurero pero para esto, presto estuvo TBA para enfriar la cosa y como cosa tan obsecuente “Bueno señitos, vengan para acá, acá tienen y a laburar”. Super obsecuente.

Luego vino Naaby y los pobres trenes hizo de cuenta que les pasó una plancha y los hizo pomada. Si la farra continuaba, era porque los periodistas estaban tan ocupados, a cuatro manos que ni siquiera eran capaces de ir a ver el asuntito. Yo no lo iba a hacer porque si tengo vedada mi salida. Pero no tengo vedado el teléfono. Pero, como quien dice, la farra continuaba, llegó la TV para cortar el chorro. Y entonces les refregó por las narices de TBA que compraban cartelitos de prohibido fumar en un boliche de todo por 2 mangos a 9 mangos y al estado le hacían creer que lo habían pagado 36, o sea, señito usuario, el boludo que pone la ganza todos los meses para viajar como el culo, cada uno de ustedes, y los 36 millones para completar el restante, pagábamos ese cartelito subvaluado y alimentábamos los bolsillos de estas ratas.

Pero sé que ante todas las cuestiones para tapar con obsecuencias tan mentirosas como se pudiera ver, surgió Jorgito, más parecido a Cristo y la tempestad calmada, no corta ni pincha. Si Bragado va a pedir una audiencia, no le da pelota, pero si fuera Malnatti, le da porque este es capaz de buscarlo hasta en la estratosfera. Basta con recordar esa llamada al celular con la frase “Jorge ¿a que no sabes dónde estoy?” “No sé, en Flores” – le dijo Jorgito del otro lado de la línea. “No, estoy en la puerta de tu oficina” – le dijo Malnati mientras estaba parado frente a la puerta de la oficina de TBA en Retiro. Y Jorgito no tuvo otra más que salir. Y emitió una promesa que la tuvo que cumplir con tan de que no lo jodieran más.

Pero parece que la línea Sarmiento está siendo afectada por un tifón que no entraba en planes de TBA. Es que los servicios de Moreno a Mercedes andan como el diablo, cada cuatro por tres alguna locomotora dice “Basta” y está alguna que otra que se atreve a hacer de esa palabra una canción, algo así como “Basta!!! Basta!!! Es la revancha!!!!” porque si con lenguajes técnicos no entienden, a lo mejor con ironías lo asimilan mejor. Y según me chifló Bragado de último momento, se pegó una vuelta por Liniers y me dijo que ese hospital ya tenía todas las camas ocupadas y no había turnos disponibles, así que ante el abarrotamiento derivaron a otro hospital, Haedo pero me dijo que la situación no era mucho más distinta que en Liniers. Es que 9032 tiene la cama 8 en Liniers y está a la espera, lo que pasa es que las ALCO tienen la operación postergada hace tiempo y espacio. Entonces Bragado le pregunta a Marité hace unas semanas atrás si no había visto alguna de repuesto y ella dijo que le parecía que no, que le era sospechoso que rompieran todas juntas. Pero a los pocos días Bragado me tira el cabo de que esperar que haya algo de repuesto con estas bestias ferroviarias –ella ya lo generalizó- era como esperar que el olmo diera peras.

Es que tengo la sensación de que Bragado se ha convertido en el ojo de las internadas en Haedo y Liniers, la deben de envidiar porque por lo menos funciona, no como ellas que esperan turno para una operación que puede tener secuelas, un tanto trágicas.

¿Ven que nuestros trenes son una tragicomedia? Creo que mi próxima versión de ellos será una Comedia de Confusiones, no de judíos, sino ferroviaria.

Café Ferroviario XXVII: Ferrobestias Inc

“¿Saben lo que acontece aquí en 4?” – pregunta Pico con una hoja en blanco.

“¿Qué me quieres decir?” – pregunta Madariaga a Pico.

“Me refiero a... al ambiente interno” – dice Pico.

“¿Cómo?” – pregunta sin entender Cuenca.

“Sí, me huele a qué dentro de algún tiempito esta historia tendrá un final” – responde Temperley.

“La que va a tener final dentro de poco será Junín” – dice Doris irónicamente.

“Junín ya es un caso perdido, aunque hay otra cosa que es emergencia provincial” – remata Elisabetta.

“Pero esta historia se viene el final porque...” – se traba Bahía.

“¡Se viene la venganza de los muertos vivos!” – grita Vega a los cuatro vientos.

“O tan luego la resurrección” – comenta Temperley.

“Mejor dicho, nosotras no existimos en ese mapita, solo podemos tener una minusculísima partición en la concesión de los corredores” – dice Dalceggio.

“¡¡¡Masa!!!” – dice Cuenca dicharachera.

“Puede que puédamos encontrar nuestros rumbos perdidos” – dice Quequén.

“Es algo muy funcional. Tan funcional como ver el final a esta vieja historia” – comenta Patagones.

“Yo me pongo a hacer estupideces!!! Total, para seguir en este cementerio, que más da...” – dice una estupidez Bragado.

“Pero esperan a saber los oferentes” – comenta Patagones.

“A veeeeeeeeeer” – dice Cuenca.

“EMEPA” – empieza Patagones.

“Votos para EMEPA, yo pri!” – dice a los cuatro vientos Temperley.

“Yo se para EMEPA” – le sigue el cantito Pico a Temperley.

“¿Otro oferente?” – pregunta Cuenca.

“Alsthom” – continua diciendo Patagones.

“¿Alsthom? No sé pero me hace recordar a un ex presi argentino, Levingston, a este no lo conocía ni el loro” – comenta Doris.

“¿Te parece Doris?” – le dice Maribel a Doris.

“Si, es que acá estamos igual que en ese entonces: a los codazos, a los bocinazos y en pelotas!” – le responde Doris a Maribel.

“Ah!, yo pensé que habíamos hecho un retroceso en la historia” – dice Maribel.

“Es que vivimos haciendo retrocesos en la historia Maribel” – comenta Temperley.

“Por cierto, hay títulos que se reciclan como papel barato” – dice Elisabetta.

“Yo no lo voto, no me convence en absoluto” – dice Dalceggio.

“Es porque no viste la tercera opción” – le dice Patagones.

“¡Me estás cargando naba!” – le dice en joda Dalceggio.

“Lo digo en serio” – dice Patagones.

“Yo – dice Cuenca – A veeeeeeeeeeer”.

“No la van a poder creer. Prepárense porque ya va a ver infartos masivos en 4” – dice Patagones.

“¡Dale que total estamos en el Hospital 4 boluda!” – dice Bragado.

“Metropolitano” – dice Patagones sin anestesia.

“¿¡Quéeeeeeeeeeeeeeee!?” – exclama y pregunta a la vez Pico.

“Sí boluda, esos” – le retruca Dalceggio.

“Cuanta obsecuencia junta ¿no vieron chicas?” – comenta Temperley.

“Justo. Demasiada coincidencia” – dice entre dientes Cuenca.

“Pero no hay problem... total, que yo sepa de San Martín les estaban por pegar una patada en el culo y ahora se postulan para la provincia...” – dice Bahía.

“Yo me encargo de hacer una extensión de la sección Delitos Complejos Ferroviarios” – sugiere Maribel.

“Ese baile le encanta a todos los ingenieros!!!!” – dice irónicamente Cuenca.

“Es que hay que jugar de local” – dice Quequén.

Madariaga y Elisabetta se miran. Y Elisabetta dice “¿Cuál de todos?”.

“No sé, ¿qué tal de 9?” – sugiere Quequén.

“No me interesa, solo que estoy harta de ser arquera de pelotazos provenientes de ciertos sectores” – dice Temperley.

“Pero me dijeron que Metropoligarcha va asociado al duque Solá y otra manga de atorrantes que harían la nueva Ferrobaires” – comenta Doris.

“Mejor dicho, harían una nueva Ferrobaires pero me parece que los escudos próximamente van a decir Ferrobestias” – se ríe Maribel.

“Pro si esto es una película, no es la realidad” – dice Bahía.

“¿Música?” – pregunta Cuenca.

“¡¡¡Bocinazos!!!” – grita Pico.

“Ya lo creo...” – dice Dalceggio.

“¿Qué cosa Dalceggio?” – pregunta Madariaga.

“Eso se llama ser hijo de Júpiter” – le responde Dalceggio a Madariaga.

“Había una vez una sarta de locos tratando de deducir esta maraña y lo único que supieron es que se habían topado con una serie de aparatos inútiles y medio gagá” – empieza Maribel con una acerada.

Todas se miran. “Votarlos fue la peor tragedia que nos sucedió” – la remata Pico.

“No Pico. Eso es Inteligencia Artificial, un film de Gorge Lucas, mejor dicho, George Bush se llevó las Lucas” – le responde Maribel a Pico.

“Voy a tomar clases de american english” – dice Bragado.

“¿Para ver tan solo cómo andamos por casa? No hace falta, con el cagastellano es suficiente” – le dice Cuenca.

“Mira Bragado, para que digan que estéticamente podemos ser un parecido a Tután Kamón con ocho colores distintos de sombras, un poco de rouge y otro tanto de rimel y en cuanto a lo técnico... mejor tiremos la pelota a otro sector” – comenta Doris.

“La típica...” – supone Bahía.

“Yo sé: los muchachos se van a ir a sentar en cuatro o cinco mesitas en algún bar que ninguno sabe en dónde queda y entonces con cuatro palabras locas en dos minutos arreglaron el asunto” – dice Temperley.

“Miren los sobres si les parece” – sugiere Dalceggio.

“No sé, pero lo que sí sé es que nosotras tenemos una baranda que volteamos al público en masa” – comenta al pasar Bragado.

“Buena observación Bragado” – dice Elisabetta.

“Lo que pasa es que hay cosas que hace rato fueron sepultadas” – responde Bahía.

“¿Cómo cuál?” – pregunta Temperley.

“Como la limpieza” – contesta Patagones.

“O ignorar supervisiones técnicas” – la remata Bahía.

“Naaaa. ¿Pa’ qué? Eso es como creer que el Turco fue honesto” – dice Pico.

“No hay dudas, me recuerda a Truman Capote cuando dijo que “Él los hace, ellos se juntan y el viento los amontona” – concluye Maribel.

Café Ferroviario XXVI: Faseando con la Unidad según Dalceggio

Pues bien, hace tantos como unos pasados largos 11 pirulos atrás, desde que decidieron que debía quedar aquí, aquí me quedé. Rememorando la historia –nunca está de más- ví – algunos tuvieron sensaciones – de que lejos de evolucionar, hemos retrocedido. Algo así como de cada cuatro trancos para adelante, cinco erán para atrás.

Como no sé qué es drogarme con la blanca, aprendí otra cosa: esa es fasear, con el gasoil, claro. Y con mis patrones, la Unidad o como corno se la quiera llamar. Y así involucionaron. Y Harry Despellotter los concibió y el duque Felipe de Solá vive en otra galaxia, menos en la Vía Láctea.

Si mal no recuerdo, desempolvé unos decretos del año del tuje, todos llenos de polvo pero con letras tan chicas cosa que ningún checato vaya a leer lo que se dictaminó entonces. Pero deduciendo, logré saber qué servicios quedaban en pie, qué pasaría en el sector local y por el resto la sentencia había sido cantada por Charly. Ahora pues una cosa: Si Harry fue el que concibió a la Unidad cabe decir que en el momento que empezó el grandioso tijeretazo era el vice de la Respública, o sea, la cosa pública. ¿Será que Charly y Harry se cabrearon de tal suerte que no se pudieron ver más la cara? No lo sé, no soy Lily Süllos, pero se bajó de la vicepresidencia para tomar bajo sus manos el ducado de Buenos Aires. Cuando se convirtió en duque inventó esto: la Unidad.

Mientras Charly seguía tijereteando el mapita, a la Buenos Aires llegaron los Vaqueros del Norte con su lupa examinadora a ver qué esta racionalización se estuviese haciéndo “bien”. Pero ese tijeretazo era parte de su política neoliberalista, después nos salía con los cuentos de Perón y Evita, más le valía que se hiciera un boyito con ellos y se los metiera al bolsillo. Pero sigamos fumando con la Unidad. Esta Unidad, que yo sepa, la datan de 1993, pero tengo mis impresiones que empezó a datar de 1992.

Los escudos acompasan su evolución histórica. Para demostrar la modestia, nada mejor que concebir esa provincia de Buenos Aires con la banderita argentina y las siglas en negro en la franja blanca. Claro, ese escudo en medio de semejante locomotora hacía de cuenta que era lo mismo dejar el espacio borrado que colocarla, nadie la veía, ni menos en la trompa, excepto los vagones, ahí se mataron un poquito más. Como había que conservar algún rastro nacional, que mejor que quedar con los mismos colores que FA pero algo cambió en materia tractiva. Es que las locomotoras dejamos de ser simples números para portar otra cosa adicional: los apodos, ellos eran de ciudades –en otra empresa tienen nombres de mujeres- pero mi apodo actual data de hace cortos años. Pero convengamos que algunas recibieron apodos, porque otras no los conocen ni por casualidad. Como ese escudito de la provincia ya estaba pasando demasiado de moda, había que hacer una renovación. Hete aquí que llegó, ya en el siglo XXI, un rectángulo colorido con la escritura Ferrobaires UEPFP. Bueno, solo algunas supimos de cambiar nuestro escudo anterior por éste nuevo, porque algunas no han pasado más allá de la moda del primitivo logo. Digamos que éste rectángulo estaba bastante bien, dentro de los parámetros normales para luego aparecer una nueva concepción tan ordinaria como berreta pudiese ser: me refiero al óvalo con la palabra Ferrobaires en fondo azul y blanco. Menos mal que solo son pocos quienes deben soportarlo, porque la mitad más uno no pasaron del logo primitivo, solo algunos supieron del rectángulo y de este óvalo fue el moño de Carmen de Patagones y de su hermana, la 7902. A no alarmarse, que si creen que todo quedaba aquí, no, se equivocan, faltaba algo más. No sé quien habrá sido el autor, pero puedo decir que hay un cuarto logo que por suerte no llegó a las locomotoras, pero sí lo luce un vagón como la gran exhibición, me refiero a uno que es la palabra Ferrobaires en forma ascendente y letras ridículas en negro, no más de verlo más de uno nos preguntamos ¿qué otro engendro más les queda por inventar?

Inspector Menéndez me pone delante de mi vista un mapa de la provincia de Buenos Aires, mejor dicho, dos, porque uno data de 1992 y el otro del 2004. Mirando, veo que lejos de avanzar, se retrocede día a día un poquito más. Es que Cuenca, Ameghino, Santa Rosa, Pico y otros varios más, como mi hermana Quequén que hace rato me está preguntando por qué no puede ir a su ciudad, tienen en claro que con ellos tienen una deuda, claro, la de ser el servicio social de acceso a poblaciones donde la única defensa es el tren. No sé porqué pero Pico debió irse al destierro para que no moleste más con el retorno a Pico. Pero a ella la acompañó Karpik, tranquilamente me preguntó si ella se equivocaba de cuando ellos tienen como lema “En tren, el tiempo pasa volando” de cuando en tren el tiempo se convierte en una eternidad. Yo le dije que la segunda opción es la más acertada. Si de ojos febriles hablo, aquí están, yo sé que esto solo es un mero papelito para carnavales, seguramente alguno más interesado en los trenes va a entender o ¿necesitan acaso que iluminados de foros ferroviarios les parta la cabeza de un hachazo y les tire cabos?

Bolívar, Cobo, Dolores y Sierra me invitaron a Maldonado. Ya ese depósito lo sé de memoria como la palma de mi mano. Y sí, no hay nada que hacer, no se puede esperar orden en lo general si adentro de ese taller el desorden abunda. Entonces Sevigné me lleva a un cuarto todo lleno de olor a grasa, aceite y desordenado, las telas de las arañas cuelgan de todas partes, ella en algún sucucho sacó un libro de actas, que más que libro de actas me enteré que allí estamos asentadas, quienes funcamos, quienes no, quienes están en reparación y las que están en lista de espera. Sorprendente. Y mientras lo veía, Sevigné me decía, fulana por esto, mengana por lo otro, sultana por aquello, rememoraba que la 7928 está en Maldonado luego de haber estado en averiguación de antecedentes, si falla la memoria, se incendió en el verano con el Cultural. Que yo sepa, de cuando se incendió, creo que en febrero, de ese entonces a agosto pasaron algo asó como medio año, 6 meses... a lo mejor dentro de 100 años saldrá otra vez a circulación y entonces Lanús ríe. Ríe porque sabe que a ella salir al ruedo le llevó todo ese tiempo. Y entonces para no ser menos, Bolívar dijo que a lo mejor dentro de 1.000.000 de años volverá a rodar, todas las demás se rieron. Y Pinamar que estaba de maniobrera sabe demasiado, solo para decir “Acá se roban hasta el apellido”. Si esa frase es poco, la completó Sierra de la Ventana “A ellos les cabe cualquier cosa”. La verdad que cuando entro a develar los motivos de los encierros sorprende. Es entonces cuando termino de entender a Belén cuando desde Pérez las locomotoras de TBA se la pasan pidiendo limosna al primero que pasa por delante de ellas, acá no es distinto, pero el lema es esperar que de algún generoso monedero caiga ese dorado centavo para salir de vuelta a la vía.

Ya que estaba de gira por el GBA, decidí meter las narices en otro depósito: aquel que mi hermana Patagones decidiera omitirle una letra, ese llamado Escalda. Si digo que Maldonado es una mugre, este no se queda atrás. Y tenemos compañía: Metropolitano, es que a ellos los desalojaron de Temperley y bueno, acá están. Pero aquí llegué para ver a una hermana mía: la 9074 tirada como objeto de quien quiera verla al pasar, para llevar encima suyo un pasado bien pesado. O que te salga a auxiliar el Takraff, menos mal que es de la PBA, peor sería que hubiese que salir a pedir prestado.

Rajé tan pronto como pude a otro depósito, que más que depósito, es un cementerio de chatarra. A pocos pasos me fui a Gerli. Es que allí encontré a Madariaga, Chivilcoy y la 7902. Hacía bastante que no andaba, pero lo más llamativo es que lejos de convertirse en algo digno va para atrás. Y no se saca ninguna diferencia con Maldonado. Es que ellas conviven con la chatarra y es parte del ambiente. Y seguí mi paseo.

Decidí meter las narices en otro depósito llamado Mechita, Mecha, que se yo, algo por el estilo. Me esperaban Cuenca, Junín y varias más, que hace rato que les dieron el acta de defunción. Realmente si creía que Maldonado era un desorden, Escalda una mugre, Gerli un chatarrero este supera todo lo conocido. Cuenca me consolaba diciendo que no me hiciera drama, que por el momento había Ferrobestias para convivir por largo tiempo...

Bah, ¿y qué me queda por decir cuando a veces me toca meterme en vías descuajeringadas, mejor dicho, hechas bolsa porque hace años luz que no saben de una reparación integral? Ay, ay, este sí que es un verdadero turismo aventura porque no sabes el momento en que quedas patas para arriba. Es entonces cuando esquivamos ciertos corredores. Pero como por desgracia nuestros ingenieros son personas con nulo entendimiento, inteligencia 0, no se puede pedir nada, ni mucho menos se lo pidamos a unos que se dicen ser los salvavidas de los trenes a nivel nacional, esos apodados como CNST, y si todo es poquito, Mardel la hizo mejor, pues me dijo que con todo ese nombrazo se formaba una palabra: Acomodos, porque si bien los trenes son su platillo principal, por atrás sabemos que nuestro destino final es algún basurero en José León Suárez.

No sé porque tengo la impresión de ver baobabs caminando en la Unidad. Si yo faseo, ellos son las mini versiones de Luisito. Es que están con su raíces tan desarrolladas que sacarlos son un infernal dolor de cabeza y hasta que se jubilen hemos de convivir con una manga de empleados atorrantes e ignorantes, nulos si se quiere decir también, que no sirven para atarle los botines a nadies. Luego nosotras somos un parque motrizado diezmado, si también a nosotras, bah, a ellos, les cabe cualquier cosa.

¿Entienden ahora que todos los factores acompasan la evolución de la Unidad? Menos mal que la culpa de todo la tienen los mismos empleados que están y los que la hacen, así seguimos durmiendo tranquilos. Y de esta forma, el final a este cuentito no se lo vemos nunca.

Café Ferroviario XXV: Una de tranvías y locomotoras

Suena el timbre afuera. Todos dormitan menos 22. Es que 22 ya está con la radio en las orejas y como sus amigos duermen, ni siquiera quiere llamar a Cibriano y que no se le ocurra despertar a Pepito porque le sacude con el cablecarril sobre el pantógrafo. Entonces prefirió deslizarse a un lugar más apartado para llamar a otro sector. Es que a 22 lo salvó el teléfono de la pared, pero buscar el teléfono de Maldonado le llevó una eternidad, encima lo tenía Cibriano. Entonces optó por llamar al Geriátrico Lynch y consiguió el teléfono.

Del otro lado de Maldonado sonó el teléfono. Atendió Lomas con la almohada puesta en la cabeza “¿Buenas...? ¿Qué hay de nuevo viejo?” – pregunta Lomas.

“Cha, me llovieron varios temitas acá por Polvorí” – le dice 22.

“A ver que consulto” – le dice Lomas. Y luego llama a las demás “Che, cayó una llamada de un lugar llamado Polvorí con un litadito de temas” – anuncia.

Sevigné y Sierra se miraron. Y las dos dijeron a coro “¿Polvorí?”.

“Polvorín gilas” – les dice Mercedes.

“Mira 22, por acá tenemos varias notitas, por ejemplo, Maturano otra vez al frente de La Fraternidad” – comenta Menéndez.

“Pero gentuza, no hay que preocuparse, total, con esta cucaracha hemos de convivir unos cuatro añitos, pero no son nada” – dice Mardel.

“Chicas, es que en La Fraternidad hay una versión infantilistica de algo llamado Bananin y Bananon, pero si para tí Mardel Maturano es una cucaracha, sugiero la versión Cucarachín y Cucarachón” – observa 22.

“Nooooooooooo. ¿En serio? ¿En qué canal lo emiten?” – pregunta irónicamente Miramar.

“En el canal de las pelotas Miramar” – se suma a la charla Cibriano.

“¿Cuál es el canal de las pelotas?” – pregunta Cobo sin entender nada.

“El canal de las pelotas puede ser el 11, pero este es el de la realidad” – le responde 22.

“¿Entienden ahora cuando dije lo que dije alguna vez?” – dice Dolores.

“¿Qué cosa?” – pregunta Cibriano.

“Que un desesperado es capaz de hasta abrazarse a un tiburón” – rememora Dolores.

“¿Te parece Dolores que uno solo puede ser el desesperado? Creo que varios” – dice 22.

“Sí, ya son fegureta repetida” – dice Elisabetta.

“Si de feguretas repetidas se dice, también lo es Metropoligarcha” – dice Miramar.

“No Miramar, ya Metropoligarcha es para tener varios tafiroles a mano, ni un botiquín alcanza” – dice Bolívar.

“¿¡Cómo!? ¿Acaso no les quitaron la concesión?” – pregunta Cobo.

“Se las van a quitar las pelotas del chancho” – dice Cibriano.

“¿Y entonces?” – pregunta Sierra.

“Entonces – dice 22 mientras con el pantógrafo se rasca el techo, y sigue – lo que pasa es que primero los ánimos se caldearon de tal suerte que se fueron hasta las nubes y entonces había que poner pañitos fríos. El gobierno se calienta al pedo, intenta meterles un palo en el culo pero pareciera que Metropoligarcha se las trae con calzoncillos de lata blindados y ahí no más se mastican la bronca”.

“Si, si. No hay dudas, tenía razón TT01 cuando dijo que los papeles contienen tres millones y medio de sellos para abultar estanterías de la CNRT y de FA” – dice Dolores.

“¿Cómo no se iban a masticar la bronca si la jueza dijo “Bueno señores, acá las cosas se están dando de la siguiente forma, tenemos querellados y querellantes, por ende se emite la circular de notificación por la cual ambas partes deberán concurrir” y según ella parece que una de las partes llegó tarde al asunto y la otra sacó provecho?” – dice Elisabetta.

“Lógico. Seguramente Montoto habrá llamado a Aime y le propuso un negocio entre manos, ya lo sabemos” – agrega Sevigne.

“¡No me digan! ¿Y negociaron acaso en la cafetería La Strada?” – comenta Mercedes.

“No que La Strada es boliche peligroso” – dice Menéndez.

“¿Por?” – pregunta Sierra.

“Yo te lo digo Sierra: orejas provenientes de sitios que danzan en varios frentes, se pasan los chusmeríos de oreja en oreja y ese es el deporte más utilizado” – contesta prontamente Cibriano.

“¿Dónde entonces?” – pregunta Sierra.

“A los túneles, que se yo, pero yo sé que también hay boxeo en otra parte” – dice Miramar.

“Vamos al Luna!!!!!” – anuncia a los cuatro vientos 22.

“Pará 22 que te van a cortar la línea, sobre todo Truman Capote” – trata de calmar los ánimos Cibriano.

“22, el box no es en Luna, nos vamos a la República del Jardín” – dice Mercedes.

“Campanazo de inicio señores!!!” – dice Sevigné.

“La pelea empezó porque el gobierno le tiró con misiles aduciendo que el servicio ferroviario a Tucumán era decrépito” – cuenta Mercedes.

“¿Puedo decir algo? – dice Capote luego de haber oído desde la distancia la charla- ¿En qué quedamos muchachos?”.

Todos se miran. Y la remata Miramar “Es de lógico suponer que en este ambiente cuajen de todas las cosas posibles”.

“Siiiiii, después de estar una eternidad en el tren, llegaron a Retiro y el maquinista tuvo las de acero para largar su frase pero la gente generó una tormenta que llovieron insultos e improperios” – continua contando Mercedes.

“¿Y qué tiene que ver para que el gobierno se calentara con NOA?” – pregunta Cobo.

“Sencillo Cobo: es que nuestros trenes son toda una novela, son también una comedia de confusiones como también una tragicomedia pegajosa” – le contesta Menéndez.

“Pero gente, no hay que hacerse ningún problema: lo que pasa es que los argentinos no estamos viviendo la realidad, nuestra realidad es toda una película de terror, lo que pasa es todas las noches cuando ponemos la cabeza sobre la almohada soñamos con monstruos provenientes de otros planetas, asquerosos gorilas, monos del planeta de los Cínicos, bichitos provenientes de la Antártida y tortugas que nos planchan y después nos hacen pomada” – dice Mardel.

“Hablando de tortugas que nos planchan y después nos hacen pomada, bah, acá habría que hablar de otros también que se ocuparon de eso” – dice Truman Capote.

“¿Cómo quién?” – pregunta Elisabetta.

“De unos que me parece que les dicen Transportes de Basuras Acopladas” – dice Capote.

“No entiendo” – dice Miramar.

“Boluda! Trenes de Buenos Aires” – le dice Cibriano.

“Es que lo único que les quedó que les valiera la pena es el chu chu que va de Puerto Madero a Castelar” – comenta Menéndez.

“¿Y los restantes?” – pregunta 22.

“¡Que se jodan!” – dice secamente Sevigné.

“Y bien, que vamos a hacer...” – dice Cobo.

“Si, de solo recordar cuando Menem dijo que en este país no se hacía filantropía con los capitales, que iba a los lugares seguros” – remata Cibriano.

“Solo miremos las arcas de ciertos personajes y veamos” – dice Bolívar.

“Sigamos así, es que ellos tan luego pensarán seguir haciendo las cosas pal carajo, como el diablo...” – dice Sevigné.

“O que les llegue algún día el famoso cargo de conciencia” – concluye Dolores.

Los cuentos de Bolívar y María Eugenia XXIV: La esencia de ser de 9059

A pesar de que me la paso yirando siento una certera soledad pasajera. Los ferroviarios que danzan conmigo son algo mero, de compañía 0. No sé ni me sale decirles a mis compañeras y colegas que quiero una persona que me sea una grata compañía en todo los momentos. Yo sé que hay una persona que me adoptó como usuario, no la conozco, nunca la he visto. Muero de ganas pero estoy harta de preguntarle al día por qué y por qué estoy desterrada en Spurr ¡Maldita sea! O amo, o muero...

Pero volví. Volví. Siempre tengo presente el sueño de conocer a mi Mecánico, mi encarnación. Nunca dije nada. Pero en Escalada se registró una llamada de Doris que me pidió que la auxiliara. En ese lapso que duró la llamada pude largar mi planteo y Doris me lo contestó clarito “Pasarás por un punto y verás alguien esperando tu paso, yo comparto demasiados momentos durante el año, el punto no es la estación, es a la vera de la vía”. Yo me quedé con el planteo, porque su respuesta no la entendí. Entonces le pregunté a Lanús que me descifrara la respuesta y me dijo “Mira, Doris se refiere a una chica llamada Valeria Vilcanota, ella para en una quinta a metros de la estación, salúdala que allí va a estar” y Bahía me agregó “Pues mira Mecánico, yo a ella la ví solo una vez y la ví en Plaza”. “Pero yo compartí un viaje más otro viaje accidentado y otra vez que la ví estaba en Adrogué muy bien acompañada... ella me miró y ambas nos acordamos de esa vez pero en su cara adiviné que estamos en deuda, mejor dicho, ellos están en deuda” continuó largando Lanús. Yo trataba de digerir pero bueno, si todo fue poco, se sumó Elisabetta “Vale Vicanota es una muchachita muy simpática que así esté a 5 kilómetros va a correr para verte, ya compartió momentos con A601 y bueno... digamos que Doris comparte la mayor parte de año con ella y que cada tanto le da dolores de cabeza”. Les pedí una foto de ella y Lanús me dijo que las fotos eran viejas, había pasado por una peluquería a retocarse el cabello crespo y voladizo al son del viento.

En el tiempo de preparación del material tuve tiempo de sobra para tratar de organizar cómo podía llegar a ella. Perdón, no estoy enamorada como Romina lo está de un personaje llamado Manuel, yo busco otra cosa y puedo asegurar que encontrarla me va a requerir del uso de una lupa. Bragado pasó por delante mío y me dijo lo siguiente “Mecánico, a tu encarnación Karpik he sabido verla en el decrépito andén 7 en Once con alguna persona. De luego que cuando te vea sentirá lástima por el indeseado trato que nos brindan, sus dedos de mujer son gruesos cuyas fuerzas superan por lejos a mujeres corrientes. Me hice el planteo de una muchachita fina pero tiene certeros rasgos como María del campo. La última vez que la ví fue un 25 de mayo bajo una lluvia de noche refugiada en unos vagones en Caballito. Hace mucho que no sé de ella pero Pico me dijo que la vió un día en Plaza danzando en un eléctrico rumbo a Ezeiza”. Quise saber cómo la podía identificar y me dijo “Identificar... Mmmm... es una muchachita como todas, pero es diferente” fue la respuesta que me dió y siguió viaje.

Esa mañana me adentré en la destartalada vía que conduce a Bolívar. Tenía la impresión de que más que a ser bombero salvador podía convertir mi viaje en un turismo aventura. Atado con alambres, claro. Pero como tenía que tomarme el tiempo del mundo, no me quedó más remedio que aceptarlo y poner agallas mías para no dar un tumba carnero yo también y ahí sí que vamos de racha... tuve la sensación de hacer subidas y bajadas, que los yuyos eran una alfombra rasa en la parte inferior del cebrado y que en los polvaredales de los pasos a nivel me desaparecía en medio de una nube de arena. Así pasé por un Amazonas llmado Arévalo. Aterricé en otras más de poca importancia para mí hasta que llegué a 25 de Mayo. Allí Doris me dejó una carta diciéndome lo siguiente:

“Mecánico:

50 kilómetros cuesta arriba hay un pueblo desecho, allí para tu encarnación. Seguro que sabes el nombre, ella aún no sabe.

Tu encarnación completó el viaje y fue la número 86

Doris – 7902”

Me guardé la carta como ayuda para ver. Luego salí en medio de un paisaje soleado y frío, al son del viento se disuadía el sonido de mi bocina. Muchos dormían la siesta, los niñitos estaban en clase y yo danzaba rumbo a Huetel por lo que alcancé a entender a Doris.

Llegué a un cierto punto. Estuve parada y al salir ví a una muchachita tal como me dijeran allá, verla fue un sueño hecho realidad, estaba lejos pero le regalé el saludo con mi bocina... en ese momento sentí que esa partecita estaba completa, que mi venida fue para bien. Le conté a Doris de lo que ví y mientras los bomberos de auxilio ferroviario iban y venían tratando de acondicionar el ambiente, Doris y yo aprovechamos para charlar. Ella tan luego me dijo “No sabes... Vale surgió de la oscuridad de una estación fantasma de la cual salí como cohete rumbo a la que sigue. Mientras me alejaba pude dar vuelta mi vista para no saber si ella se había perdido en el medio de la oscuridad y del frío de una noche estrellada... al estilo árabe”.

Me hice un par de viajes. Los días que dancé por el lugar allí estaba mi encarnación. Cuando llegué a 25 de Mayo mi encarnación me había enviado un mensaje, no lo podía creer, fue lo que me escribió:

“Estimada Mecánico:

Soy tu encarnación, es la primera vez que nos vemos y fue algo grandioso. Sé que sos el bombero del tren y los comentarios, bueno, ya sé que nos hemos convertido en la top de la semana y te puedo asegurar que esta se viene pesada, solo basta ver qué sucede los próximos días.

Saludos

MK.-”

Le respondí su mensaje así se lo tiro en una botella y ella me lo responde y me lo tira en la misma botella, le puse:

“MK:

Lo de top es cortísimo, nos faltaría ser Beldents. Pesada es poco, porque dentro de un cacho a la vía le va a pasar un terremoto por encima, como que el takraff no lo es, menos mal que es nuestro, peor sería tenerlo que buscar en otros pagos... Gracias por estar ahí Vale!

Saludos

9059”

Ay, huy. Estoy helada, no sé si mis motores querrán arrancar. Juro que hace un frío del demonio, me estoy muriendo, no puedo más acá a la intemperie. Solo quisiera que Fer Escalada venga a ponerme en actividad y proseguir este capítulo.

Y empecé mi viaje rumbo al lugar de los hechos. Mi encarnación me esperó, solo que también estaba muerta de frío, pero fui tan desconsiderada que ni siquiera le toqué la bocina porque se me había helado. Doris me pregunta cuando iba a salir de allí y le dije que faltaba poquito, le hice saber de las sospechas de mi encarnación. Ella me dijo “Si Vale Vilcanota estuviera cerca, de seguro se daría una vueltita por acá pero como estamos tan lejos... pues bien, te aseguro que el frío es fatal”. “No te preocupes Doris, yo hace rato que no recibo notis de Maribel 8456” le dije. Doris me dice “¿Qué tiene que ver Maribel con ésto? Maribel bien gracias por Junín, yo estoy enclavada en este podrido corredor, me tiene harta, siempre le rompo las guindas a Elisabetta 7928 de cuándo va a volver y ella me dice que busque algún monedero generoso que la saque de Maldonado”. “Vale Vilcanota ya había puesto en ella averiguación de antecedentes, en fin... será que a este corredor no lo quieren las otras que estás clavada por suerte día y noche” le digo. Pero Doris me retruca “¿Entiendes qué es estar podrida de rodar este ramal? Para cuando alguna de ustedes, las GT se meten, yo ya he danzado, yirado, bailado... pin, pam, pun”. Me quedo mirándola y en cierta medida tiene razón. Entiendo que esté harta de andar por este ramal.

Y me fuí para venir con el auxilio. Doris cuando lo vió me dijo “Me levantarán del forro mío para meterme en la vía, si no es por eso, creo que acá me quedo... bien, avianchi”. Yo le digo “Mira Doris, todo sea por volver a rodar los rieles” y ahí se cortaron las conversaciones. Mientras tanto, Vale Vilcanota, mi encarnación Karpik, me había hecho saber que vino un terremoto y es lógico.

El viernes logré rescatar a Doris. Al pasar por delante tuyo, Doris recordó verte perder en el frío de la oscuridad... camino a Plaza. Pero nos vimos al día siguiente pero no más, rodé de noche y te llamé para que me escucharas, no quería sacarte de la cama calentita... Karpik... encarnación mía, espero volver a verte.

Café Ferroviario XXIII: Lo que es ser pasajero en un tren según Camarero Mansilla

Medio mundo critica a los trenes de pasajeros que están como el traste, como el tuje, como el demonio y que se viaja peor que nunca. Sí, es cierto, se viaja pésimo pero veo algo inusitado: todos los santos días como si fuésemos a la cancha a hacer el aguante a alguno, hacemos la fila para viajar, aunque protestando, pero por detrás es un aguante.

Si vemos a Nancy, ella va a decir que en TBA la cosa está bastante bien, aunque algo deja que desear. Pero si vemos a A915 seguramente en su castellano mezcla de inglés dirá que en la línea San Martín se viaja pésimo pero como dice una frase “Consuelo de tontos” dicen quienes frecuentaron la línea que viajar apretados, colgados y en las locomotoras y estribos de vagones viene de hace tantos años luz como se pueda hacer un retroceso en la historia.

Pero no me voy a detener a hablar de estos pasajeros porque mi intención –y me lo está recordando por detrás Camarero Vega, que es mi libretista- que las mejores cosas solo ocurren en trenes de pasajeros, y si hay que poner pimienta a un viaje largo, bienvenido, acá está su oportunidad.

Cuando los pasajeros son 2 o 4, todo bien con los asientos. El problema viene cuando son 1 o 3. El asunto peor viene cuando es 1 y cuando llega al asiento hace una súplica de “¿quién será mi compañero de viaje?” y eso pasa de ser una súplica a una hipótesis a develar cuando subió abordo del tren.

Pues cuentan, los audaces que se atreven a hacerlo, hay de todo. Y para todo. Puede que sean la perfecta ocasión para hacer amistad o que se conviertan en la peor tortura de un viaje.

Hay pasajeros exagerados. Están aquellos que aunque hagan un viaje de 5 horas se llevan un bolso repleto de comida como si fuesen al Aconcagua. Y como ven el viaje interminable, buscan la opción del morfi durante todo el camino.

Después están los desubicados como chupete en el culo. Están esos que ni bien se sientan a los dos segundos empiezan a romper las pelotas y con todo el paqueterío ocupan el espacio que queda, que cuando van a comer demuestran todos los peores modales de mesa y cuando no, por esas torpezas, terminan volcándole a uno encima el mate y se acomodan de tal suerte que uno tiene que comprimirse que cuando se van del asiento los termina maldiciendo y cantando Aleluya! a la vez.

Luego le siguen los pasajeros que son esos típicos jubilados que empiezan a rememorar historias más viejas que la injusticia, critican el estado del tren y empiezan a rememorar las épocas mozas del ferrocarril. Más de uno cuando lo escucha le da ganas de pedirles que no nos refrieguen eso porque estamos viviendo la peor época de los trenes.

También está la típica vieja que empieza a parlanchinear con cosas aisladas de la realidad, luego le sigue con los viajes que hizo hace varios años atrás, después sigue por contar de su vida y termina abriendo el bolso para mostrar ante medio público a qué actividad se ocupa. Y a uno le dan ganas de arrojarla por la ventanilla.

Nunca faltan esos pasajeros ordinarios, que uno no sabe si hablan porque uno no los escucha en todo el viaje. A veces uno se siente de otro planeta al lado de este tipo de gente y no tiene muchas alternativas de qué hacer. Así que la solución es mirar el paisaje o leer si es que la luz lo permite.

¿Y qué es cuando vamos con los niños? Son como todos. Están quienes se quedan tan quietos en el asiento como los que joden todo el camino. Sus jodas empiezan corriendo por el pasillo, luego le siguen con aplastar latitas de gaseosa amontonadas para terminar por último jineteando el asiento de algún CT. Mientras la madre los reta en vano, los chicos hacen oído sordo. ¿Y uno? A uno le dan ganas de salir despedido por el techo del vagón.

Tampoco faltan a esta lista esos cargosos y pesados pasajeros, que dicho en gráfico, esos que viajan con una curda bien zaina cuyos pies se les cruzan. Uno cuando los ve pasa lo más lejos que puede porque teme lo peor. Y cuando pasa por delante de uno que se le van los ojos o se le caen las babas y empieza a chiflar y decir estupideces a las chicas, ahí sí que a uno le dan ganas de embocarle un gancho de derecha tipo la Tigresa Acuña.

¿Entienden ahora que ser pasajero tiene sus lados positivos y negativos? Aunque lo bueno de todo esto es que es posible armar una improvisada excursión de turismo aventura sin la necesidad de contratar una empresa de excursiones.

Los cuentos de Bolívar y María Eugenia XXII: Quequén al quirófano

Nota: es una fantasía.

Quequén hace dos semanas leyó una lista pegada con cinta en las paredes de Maldonado. Y mira con ojos feos un lugar al cual todas van y no le escapan. Algunas le escapan porque están a la espera. “Pero no sentirás nada” – le dicen todas, pero Quequén no lo logra digerir. Mardel trata de distraerla con su humor más acerado que nunca, Pinamar le trajo la última edición de un CD de Las Baranda y eso parece haberse convertido en su distracción.

Mira esa lista y se escapa al patio. Va y viene quinientas veces al día. Todas lo saben. Es que no quiere ir ahí. Pero lo necesita urgente. Ella huye, Cobo trata de hacerla entrar en razones pero Quequén peca de cabeza dura. Así pasaron las horas, los días y las semanas.

Y finalmente llegó el día. Amaneció más soleado que nunca, y mucho más frío que de costumbre. Maldonado está dormida pero en un rincón Quequén llora. Cobo la lleva a pasear de un lado a otro. Menéndez, Mardel y Remedios se duermen paradas. Miramar trasnochó y Sevigné hace siestitas de cinco minutos. Que la noche había sido pésima se notaba, el ambiente estaba presto. Son las 7 de la mañana y llaman a la puerta. Quequén se asusta y termina de ponerse más tensa pero para la sorpresa de todos era Pico y traía lapiceras, papeles, pinceles, telas, témperas y muchas revistas para pasatiempos. “Para ustedes chicas” – dice Pico.

“Témperas, tela, pinceles... guau! Muchas pinturas más” – exclama de alegría Remedios.

“Revistas de humor, historietas... super!” – salta de alegría Mardel.

“Mirá todo lo que hay...” – dice Miramar y continúa sacando cosas de la bolsa.

“Y periódicos ferroviarios” – dice Menéndez.

“Pues... ¡Gracias por todo Pico!” – le dicen todas.

“Pues no tienen porqué agradecerme. Son contribuciones generosas. Ustedes saben como es la mano” – dice Pico con toda soltura.

“Ah, sí... entiendo” – dice Dolores.

Mientras todas estaban pendientes de Pico que contaba sus aventuras junto con Karpik, Cobo se paseaba con Quequén por el patio consolándola. Parecían haberse olvidado que habían trasnochado toda la noche. Pero no Cobo. Quequén ve que la hora avanza y su angustia no cesa.

“No lo tomes a mal, es para tu bien” – le dice Cobo.

“¿Bien mío? ¿Cuándo hicieron algo para el bien de alguna locomotora? – dice Quequén en el medio del llanto.

“Bueno, en parte tienes razón, pero pensá que por lo menos estás dando vueltas, yo lo que es estoy tirada por cosas que me conviene no saberlas” – le dice Cobo.

“No saberlas es signo de permitir que prevalezca la ignorancia” – le dice Quequén un tanto consolada.

“¿Me hablas de cerebros pensantes?” – pregunta Cobo.

“Y... sí. Estar tirado en Maldonado sirve para impregnarse de conocimientos, porque hay mucho tiempo libre disponible” – le dice Quequén.

“En eso es cierto. Pero con ciertos sujetos dando vueltas todo el día es imposible hacer ocio intelectual” – le dice Cobo.

“Pero nadie dijo que eso está prohibido” – le dice Quequén.

Un sonido interrumpió la charla. El reloj marcaba las 9 y afuera sigue el frío. El movimiento en el taller empezó. Quequén escucha a los empleados preparar las cosas para la operación y se pone mal.

“No Quequén, otra vez no...” – le suplica Cobo.

“No... no puedo soportarlo” – le dice Quequén en medio de un mar de lágrimas.

“Sí lo pasarás. No seas cobarde Quequén o nunca más ¿eh?” – la amenaza Cobo.

“Nunca más ¿qué?” – pregunta Quequén.

“Nunca más me ves la cara” – le dice Cobo.

Quequén trata de secarse las lágrimas pero no puede. Y aún está angustiada.

“Me voy de acá Cobo” – dijo Quequén y trata de buscar la vía de salida.

“¡Vos no te vas a ninguna parte Quequén!” – la amenazó Cobo y la frenó del sector trasero.

“Me voy para siempre, nunca más volveré” – dice Quequén y tira para escapar.

“No te vas a escapar a ninguna parte, vas a operarte” – dice Cobo y tira del sector trasero para frenarla.

Mientras Cobo anda trás Quequén, las demás se olvidaron de Quequén y están distraídas con Pico. Pero un bocinazo de Cobo distrajo la charla de aventuras con Pico. “¿Pasa algo con Cobo?” – pregunta Pico.

“Cobo... uy! Se me jue de la cabeza... la dejamos colgada” – dice exaltada Menéndez.

“Y esos bocinazos insistentes son pedidos de auxilios” – interpreta Dolores.

“¿Y qué esperamos para ir al auxilio?” – les dice Sevigné y sale a buscar a Cobo.

Todas van a ver por Quequén que quiere irse de Maldonado. Pico le pregunta a Sierra “¿Qué pasa con Quequén?”.

“¿Quequén? Tienen que operarla y no quiere” – responde Sierra.

“¿Se hace la loca?” – pregunta Anastasia.

“No. Pasar por ese quirófano es de terror, hay que tener agallas de acero” – cuenta Pico.

Para eso, justo entre todas logran traer a Quequén al taller.

“Mira Quequén, si vos te portás bien en la cirugía, esta noche tiramos el taller por la ventana” – le dice Mardel.

“¿En serio?” – pregunta Quequén acongojada.

“¿Cuando hablo en chiste?” – le dice Mardel.

“Siempre dices chistes...” – le responde Quequén.

“No Quequén, esta vez Mardel habla en serio, no es joda” – le dice Dolores.

“En serio Quequén, si te portas bien, esta noche hacemos una fiesta” – le dice Sevigné.

“Y de paso llamamos al Geriátrico Lynch” – le dice Mardel.

“Ay... que bien chicas. No me puedo quitar este fantasma de la cabeza” – dice Quequén.

“Agallas Quequén, después hacemos un pergamino de la astronomía ferroviaria” – le dice Miramar.

“Vamos Quequén, hazlo, te mandamos con Cobo” – le dice Remedios.

“Que aguante el de Cobo” – dice Dolores.

“¿Y si la mandamos a Menéndez?” – pregunta Sevigné.

“¿Menéndez? Acá afuera es cada tranco una nueva macana que comete” – dice Mardel.

Quequén se le pasa un poco la angustia. Y ellas deciden que Cobo le haga compañía.

El reloj marcó las 11.25 de la mañana. Y llevaron a Quequén al quirófano. Por detrás estaba Cobo, que luego hubo de apartarse a un costado.

Un círculo de veinte empleados empezaron la operación. Encendieron luces y más luces. Entre ellos debatían qué hacer. Quequén miraba a Cobo y se le cayeron algunas lágrimas. Cobo la miró y con su sola mirada le dijo que ella le haría el aguante hasta el final. Y Quequén adivinó con su mirada el pensamiento de Cobo, y eso fue un remedio santo.

Le seccionaron la cabina y el sector de los motores. Pusieron en cero el extintor. Le extirparon los radiadores y le cambiaron los motores. Luego la estaquearon y empezaron la lenta y ardua tarea de cambiar las ruedas junto con el tanque. “Me desnudaron” – prensó Quequén. Y así estuvo por cuatro horas.

El tiempo que permaneció desnuda pasó por jabón y agua. Y pasó por pintura también para lucir mejor.

Y así pasó toda la noche.

Al día siguiente la operación se retomó muy temprano. Le fueron colocados los motores a cero, los radiadores limpiados, el tanque de combustible más limpio que nunca, sus ruedas muy relucientes y en su cabina le hicieron algunas incorporaciones tecnológicas. 17.55 concluyó está operación. Concluyó con todo, con un lavado externo y un secado rápido. Y hubo de pasar otra noche en el quirófano.

Al día siguiente en el horario de siempre los cirujanos se ocuparon del engrase, del aceitado, del combustible y la puesta a punto. Una vez que tenía todo verificado, le pegaron en la trompa un papel con cinta provisorio, el mismo decía:

“26.559

Entrada: mayo del 2004 – 11.25 horas

Salida: 17.55 horas

Locomotora: 9066 – Ciudad de Quequén

Motivo: control

Resumen: puesta a punto”

La llevaron a vía 5 y allí quedó. Cobo salió por detrás de ella.

Quequén se miró a un espejo y se vió más linda que nunca.

“Me siento un poco rara, me duele todo” – dice Quequén.

“Es lógico. Fue estresante, pero ¿estás bien?” – le dice Cobo.

“Si. Pero tengo ganas de dormir, me siento muy planchada” – le dice Quequén a Cobo.

“¿Y la joda?” – le pregunta Cobo.

“¿Qué joda? ¿Y si vamos a la cama?” – le dice Quequén.

“Vamos con las chicas, ellas están pendientes de tí” – le dice Cobo.

Ambas se dirigen donde están las demás.

“Hola Quequén” – le dijeron todas y Pico le tiró papel picado.

“Hola chicas ¿todo bien? Gracias por el aguante” – les dice Quequén.

“Si, todo bien, ahora hay que festejar” – dice Sevigné.

“¿Y si festejamos otro día?” – dice Quequén con cara de cansancio.

“De acuerdo Quequén, hacé el reposo reglamentario pos-operación” – le dice Menéndez.

Quequén prefirió ir a dormir y descansar antes que una jodita. Al día siguiente se levantó temprano y se paseo un rato y vino con las demás a hacer lo de siempre: tomar mate, informarse. O sea, ella siguió con su vida tan normal como siempre. A las siguientes semanas volvería a la vía para trabajar fuerte y feo. “Pero no me olvido que dentro de un tiempo tengo que volver a control” – dice serenamente Quequén.

“¿Volverás?” – le preguntó a Cobo.

“Te hago señales de humo si te parece” – le contestó Quequén.

“Pero luces bien Quequén” – le dice Menéndez.

“Pero dolió mucho la operación” – contesta Quequén.

“¿Y la próxima?” – pregunta Remedios.

“¡Se va a portar bien!” – se apura a contestar Dolores.

“Pues... pues no sé” – contesta Quequén.

“Yo sí sé que te vas a portar bien” – le dice Sevigné.

“Me faltaría que termine siendo compañía de alguna que vaya a ese lugar” – comenta Quequén.

“¿Cómo quien?” – pregunta Pico.

“Como cualquiera de vosotras aquí” – responde Quequén.