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viernes, 11 de septiembre de 2009

Café Ferroviario II: Bragado [2009] - Dios y la Patria se los demande………………….

Disfruten de estas líneas que dejó Elisabetta para nosotros. No tiene desperdicios.

***

Señoras y señores:

Empiezo escribiendo con este título estas líneas porque las dirijo a varios. Pero especialmente lo hago para dejar mi sello de que alguna vez fui muy feliz dando vueltas y que ahora me han condenado a morir como una chatarra en un taller, a oxidarme como la basura que ya pasó su tiempo útil de uso. Ya saben a quiénes puedo estarme refiriendo.

En primer lugar, empiezo descargandome con nuestros amigos que nos administran. Es decir, hablando a calzón quitado, Ferrobaires. Estoy harta, severamente con la paciencia colmada de escuchar tanto al administrador como el séquito que lo acompaña del cuento “No hay plata” o “No hay un mango partido al medio” porque ese cuento se me sale por la bocina tipo cuando Cavallo dijo que a los argentinos se nos salía la plata por las orejas. Dejen de llorar manga de incompetentes, que hace más de diez años, quince tal vez porque puedo quedarme corta, debiera preguntarles “¿Qué hicieron en todo este tiempo en bien de los trenes?”. Dejemos de culpar a los pobres ferroviarios que lo único que hacen es ponerle el pecho a las balas, ya todos sabemos que tienen las pelotas por el piso de escuchar siempre las mismas pavadas e idioteces… y son los que pagan el pato cuando les toca hacer frente a la mufa de los pasajeros. Todo el mundo sabemos que ustedes no se calentaron un pito en arreglar un miserable ramal, al contrario, se dedicaron a destruir. ¿Entienden ese verbo: DES-TRU-IR? Igual a “romper”. Haciéndolo más liviano, dar un uso a algo hasta que no da más. Y eso hacen con el material tractivo. Si ninguna de nosotras tuvimos las pelotas de acero de mandarles una soberana carta, es porque a nadie se le había caído la ficha de hacerlo. ¿Cuántas de mis hermanas están arrumbadas como chatarra esperando a un alma generosa y caritativa que venga a levantarlas? ¿Cuántos vagones hay desperdigados por las playas pudriéndose? ¿Cuántos servicios han cancelado bajo la excusa del “falta de material tractivo”? Por favor, basta de engaños y mentiras. Basta de hacernos creer que vivimos con Alicia en el País de las Maravillas. Eso sí, así como del ferroviario les importa un comino, también les importa un soto del pasajero. No se les mueve ni un milímetro por hacerle el viaje más confortable. ¿Por qué han de resignarse a hacer viajes de horas eternas y eternas habiendo medios y tecnologías que permiten bajarlo notoriamente? ¿Qué esperan para hacer algo? ¿Qué les suceda lo mismo que a Metropolitano cuando los quemaron? Sinceramente, se me cae la cara de vergüenza… o pierdo aceite y combustible a mansalvas……….

Prosigo con la dirigencia. Es decir, me refiero a la “Nobleza argentina” que está en Balcarce 50. Basta con recordar las infinitas promesas sobre trenes, tanto de uno como de otro. ¿Pero a dónde queremos llegar con un tren bala si no podemos con los que tenemos? ¿para qué seguimos trayendo más porquería del primer mundo si no nos dedicamos a arreglar la que tenemos tirada en todas las playas? Me produce una terrible desazón verlos a los dos, ni hablar del séquito de chupamedias. Me refiero a los que digitan los sindicatos. Buenos chupamedias como ustedes no los hay en el mundo de los rieles. Panzas gordas, bolsillos llenos, ustedes lo único que hacen es hacer leña del árbol caído cuando aún todos nos preguntamos lo siguiente “¿qué hicieron mientras Menem cerraba los ramales a montones?”. Si alguien tiene la respuesta, que me la alcance. ¡Vamos! Dejemos de engañarnos, ¿acaso creen que nosotros nos chupamos el dedo, comemos vidrio y bebemos veneno? Somos adultos y hablamos la misma lengua que ustedes, por si no lo notaron. Pero claro, mejor fueron las cirugías, el vestuario, el despliegue de personal en cada comitiva y, claro, el cochecito de Flopy…………….. ¿por qué no apoyan el culo en los trenes? Miren, hace varios días un par de los nuestros, nuestros queridos y amados ferroviarios, emprendieron un viaje en zorra con el fin de pedir el retorno de los trenes a las zonas donde eso parece una cosa olvidada. ¿Sabían eso? Yo me juego la cabeza que no. Es más, en vez de viajar ellos en la zorra, los pondría a ustedes, solos y solitos, en las investiduras presidenciales, que pasen toda clase de peripecias. Más no quiero pensar lo que podrían pedirle… ¿cuesta mucho hacer rodar un tren? Claro, lo que les cuesta es esa terrible y asquerosa desidia, la altanería les impide ver la realidad circundante… tampoco ven que nuestros trenes son el blanco del desprestigio, pero no tienen la culpa: la culpa la tienen nuestros administradores, y ustedes también, porque no hacen una al derecho.

En todo el tiempo que los trenes pasaron a manos argentinas, han sobrevivido a todos los gobiernos peronistas. Perón, Evita, Perón, Isabel… Menem, Duhalde, Kichner y esta otra, la Cristina. ¿Qué fuimos ganando a lo largo de los años si se llenaron la boca con el cuento de los oligarcas y todo eso?: desencuentros. Pero, valga la redundancia, que si no existiera toda esta enorme riqueza salida del agro, no habría cargas para mover ¿verdad muchachos? Ni tampoco habría ferroviarios laburando en ese rubro. Muchas veces recuerdo el chiste de cuando estaban todos los mandatarios reunidos en Plaza de Mayo y baja Jesucristo ante el pueblo que aclamaba enojado, para acabar diciendo “¿Qué esperan para crucificar a todos estos hijos de puta?”. ¿Por qué será?.

Me despido, con el placer de haberme desahogado de todo lo que tenía guardado adentro, porque estoy cansada de tantas palabras, como los demás me pudren con sus ridículos, monótonos y boludos discursos.

Elisabetta”

Café Ferroviario II: ¡Todos contra Moyano! I

Que el Belgrano Cargas está por los suelos es rementado. Allá en Salta, en estación Socompa, había un par de colegas del otro lado de la cordillera y cinco de suelo argentino. Era de noche y afuera hacía un frío insoportable. Adentro, estaban muy calentitos. Cenando un buen bocado de carne asada con verduras al horno. Y con la compañía de la televisión.

Justo estaba en el canal TN. En las noticias, curiosamente, apareció este discurso de Moyano.

La cinta empieza mostrando a los camioneros agolpados en una plaza en Retiro coreando “¡Te queremos Moyano! ¡Te seguimos Moyano! ¡Juntos lograremos vencer a los putos ferroviarios! ¡Viva el sindicalismo popular!” empieza hablando Moyano “¡Compañeros! ¡Bienvenidos a la plaza mionquera! Los hice traer porque siento que José y Omar han sido traicionados. Los hijos de puta que paran en Socompa están haciendo una movida de pisos. Y estoy absolutamente convencido de que no lo han logrado porque ustedes están apoyando ambas gestiones… Un chori y un totin a mi izquierda por favor, para el compañero de gorra verde… Como les decía… Me dijo José que tenemos que hacer cagar a los traidores, perseguirlos con escraches a sus familias y meterles el RITO en el culo hasta que les baile adentro… Y esos chilocas, los morochos sucios olorientos tufientos, ya saben que me refiero a los imbéciles que traen la basura del otro lado de las montañas, esos que les están lavando la sabiola en estas tierras… los quiero ver cagando aceite para los camiones en vez de manejar trenes… porque cada vez que abren la jeta, Josesito se pone nervioso. Y los putísimos ferroviarios que dicen que el ferrocarril Belgrano lo digito yo y lo hago mierda, que no dejo ni dos centavos para los trenes… les advierto que me tienen los huevos al plato, no jodan más… Ya intenté ser simpaticón… y lindo… Pero…, no hay una de dos que les venga bien… En cambio, a ese atorrante salteño, de Socompa creo que es… un tal Federico Mansilla le alcanzan a decir por ahí, ¡lo frotan por todos sitios! ¡Compañeros camioneros! Les digo… vamos a refundir al puto Belgrano, vamos a desterrar a un montón de ferroviarios infelices y vamos a repartirnos sus pocas y asquerosas propiedades, si es que tienen donde caerse muertos… en tanto ya les voy avisando ¡Para seguir en el 2011 hay que hacer cagar fuego el Belgrano!”

Después del discurso, en la televisión siguieron dando las noticias normalmente. Ellos, aún no lograban salir del asombro.

“Che… - le dijo su colega chileno a Mansilla – no sabía que fueras tan molesto a este gordito”

Federico Mansilla se quedó pensando un poco. Y luego contestó “A ese gordo pelotudo junto con toda esa manga de choferes excedidos de peso de andar con el culo apoyado en los camiones, tengo una que les vendría anillo al dedo. Conseguir que hagan eso, creo que puede llegar a ser una utopía”

“¿Choferes excedidos? ¿cuántos de nosotros tenemos exceso de peso si cualquier día viene un viento y nos lleva volando?”

“Es posible que algunos de los nuestros también lo estemos, raro, pero a esos solo necesito palas, masas, tornillos, clavos, taladros, rieles y durmientes” – sugiere Fede.

“¿Me supongo qué…?”

“Y un arreador. A buen entendedor Néstor. Imaginen lo que quieran………….”

Café Ferroviario II: Viaje a Jujuy en 1 hora y 20 minutos

Observaciones: El destino que aparece en el título podría ser muy bueno para el viaje solidario número 25 siguiendo el itinerario del relato. No esperemos imposibles.

Recién llega a Retiro un tren procedente de Villa Rosa. Todo el mundo baja y, como en una procesión, buscan la salida. En cambio, hacen un relevo de dotación en la máquina y la misma es desacoplada, conducida hacia el cambio. Y ellos, Bautista y Gonzalo caminan. Sus sombras se hacen largas en el andén.

“Gonza… andá que voy al baño” – dijo Gonzalo a su compañero.

Bautista se fue a la casilla. Gonzalo fue al baño pero internamente estaba con un malestar. Se miró al espejo, se lavó las manos pero sus ojos estaban vidriosos. Su cuerpo le pesaba el doble, no porque hubiera humedad ambiente. En su cabeza, tenía la sensación de un embotamiento.

Salió del baño y con la sensación de querer devolver, se fue a la oficina para llamar por teléfono. Cuando entró y llegó al escritorio donde estaba el mismo, pesadamente cayó a la silla. Lo miraron y corrieron a auxiliarlo.

Tomó el teléfono y llamó a su casa “Mercedes… no puedo más…” – fue lo último que dijo, cayó pesadamente al suelo y el tubo del teléfono rodó desarmándose.

En tanto, su compañero Bautista lo va a buscar al baño “No, fue a la oficina a hacer una llamada telefónica” – le dijo el voluntario de limpieza del baño.

Caminó a la oficina y encontró a su compañero en el suelo.

Los que estaban en la oficina, en vez de llamar al servicio de emergencias y llevarlo al hospital, mandaron que lo llevaran hasta estación Boulogne Sur Mer y allí pidieran médico.

Entre varios llevaron a Gonzalo hasta la máquina, con el próximo tren que salía a Villa Rosa. Bautista pensaba “¿Qué les costaba llamar al servicio de emergencias?” y meneaba la cabeza.

En la cabina, Bautista ató a Gonzalo a la silla del ayudante.

En cambio, Gonzalo parecía hundido en un sueño aletargador… muerto no porque respiraba. Casi, como una coincidencia, cuando el altoparlante anunció que el tren a Villa Rosa estaba despachado, en su sueño todo empezó así…

…un cálido día martes, un tren de color rojo, con quince vagones clase turista repletos de pasajeros, bolsos, encomiendas… finalizando los preparativos cuando la máquina, aquella colorada G-22 se preparaba para un largo y eterno viaje. El altoparlante anunció “Tren a Jujuy con paradas en Rosario, Santa Fé, Vera, Roque Saenz Peña, Salta y Jujuy y estaciones intermedias se encuentra despachado”. Los motores aceleraron moviendo ese convoy hacia el norte. Adentro, todos estaban listos para el largo viaje que les espera por delante.

Apenas se detuvo en algunas estaciones de la vía local para recolectar el tumulto de pasajeros que aguardaban viajar a destinos desolados. Los niños aplastan las narices contra los vidrios de las ventanillas mientras apenas quedaban pocas horas de luz de día. Los grandes, algunos jugaban a las cartas, muchos tomaban mate entre familias enteras, desconocidos, o simplemente contando historias del monte, el desierto… o bien, el sueño y la ilusión de vivir un viaje de vacaciones en forma de turismo aventura.

Como un señor, con su traje a la inglesa, pasa el guardatren pidiendo los pasajes. Detrás suyo está el inspector, vestido de azul, para prestarle una colaboración. Nadie piensa en hacer daño al otro.

En tanto, el tren corre y corre, como el corcel desbocado. Claro, porque está en lo mejorcito de la sección. Pero el día se ha apagado. Es hora de encender las luces de la máquina para alumbrar el sendero. Poco a poco esa vía, que era el inicio de un viaje confortable, deja de serlo. Porque la velocidad ha disminuido considerablemente. Ya no corre a todo vapor pero… calculando unos 60 o 70 km/h por ahí.

El pasaje siente el cansancio. Y sí, el tren solo ha hecho 150 kilómetros . No más. Y faltan otros tantos para ingresar a territorio santafesino. Ya no se sabe en qué estación se está pero algunas estaciones, son un andén y las ruinas de lo que había. Igual, se atreven a tomar ese convoy que los llevara de viaje por varios días al norte.

Los únicos que no se dan el lujo de empezar a sentir la fatiga es el personal de conducción. La vía, indudablemente, está mala. Ha empezado a ponerse largo y cancino el viaje… los viajeros duermen. Ellos no. Con un par de mates intentan quitarse de encima la modorra de los kilómetros acumulados…

Después de unas casi 9 horas de viaje, llegan a Rosario. Entre el personal bromean que si hicieran ese mismo viaje vía Mitre tardan menos… la parada fue muy breve: apenas para intercambiar pasajeros, encomiendas, personal y repostar de agua y combustible a la máquina. Y de vuelta el tren se pone en marcha camino a Santa Fé.

Es indudable que el estado de la vía es pésima. Como mucho, 30 km/h es demasiado. Y así fueron en todo el viaje hasta Santa Fe, con la diferencia que hubieron de parar en el medio de la nada pues la estación… mejor ni digamos qué destino puede tener.

Y el tren siguió adentrándose en el norte santafesino. Parando donde le hicieran alguna seña. En parajes perdidos, desolados, pueblos que apenas figuran en los mapas. A paso de hombre proseguía su marcha mientras amaneció con las luces del día… un amanecer fresco que más de uno imaginó un día pintoresco, templado pero que en pocas horas subió la temperatura y el calor se tornó insoportable…

No había mucho tiempo para pensar en cómo se encontraba el pasaje, a esta altura, lo sugerente era tomar agua y agua. Y la llegada a Resistencia se volvía cada vez más lejana. El estado de la vía… mejor ni decirlo. Llegar a destino todavía era un milagro, como si alguien hubiera conseguido finalizar una maratón.

En el medio de la nada el tren surcaba los campos y, junto con ellos, el enorme calor. Ese sol que parecía querer partir la tierra.

Nuevamente les agarró la noche. En camino, el calor no afloja. Y sigue. Pican los mosquitos. A ninguno se le cruza por la cabeza pensar en desperfectos técnicos. Pensar en aguantar.

Con las primeras luces del día, el tren llegó a Resistencia. Allí el pasaje bajó para refrescarse, dar una vuelta, cargar agua si lo deseaban. Recambio de personal. Aprovisionamiento para la máquina. Revisión técnica. Hay que seguir camino. Faltan muchos kilómetros para la parada final.

Con un largo bocinazo llamaron a los pasajeros para que volvieran a la formación y ponerse en marcha. ¿Horario? A esta altura era pensar en imposibles. Esa palabra esta directamente desechada de los diccionarios ferroviarios, al menos en aquellas zonas. Y empezó el camino hacia J. V. González.

Descansados, o mal dormidos, tuvieron la sensación de hacer más confortable el viaje. Es que al menos, a la vía le hacen un retoque de vez en cuando. Igual, en tiempos de viaje, atravesar todo el Chaco y una partecita de Santiago del Estero, les llevó un día. En definitivas, llegaron a J. V. González en plena madrugada.

En territorio salteño les esperaba seguir camino hacia Salta capital. Subidas, bajadas, curvas y contracurvas y el más bello de los paisajes hacían que al menos el pasaje tuviera la mente distraída y se olvidara un poco del cansancio. Era mucho que todo saliera bien hasta que llegaron los problemas…

A 269 km antes de llegar a Salta capital un alud de nieve enterró la máquina por completo. El auxilio llegó cinco horas después y llegar a la estación de Salta les demoró otro tanto más. Lo que se suponía que habían de llegar de día, fue de noche!

Como un ritual, se vino el último recambio de personal para la última sección: Jujuy.

La última parte del viaje fue la peor de todas: lo de la vía, de público conocimiento; a un par de vagones se le rompen los enganches. Para los colmos, a la máquina se le parten las zapatas delanteras… y si todo podía ser poco, a uno de los vagones se le partió el elástico.

Nunca se supo claramente cuánto tardó el auxilio en poner en marcha nuevamente el tren, pero sí sobre el dolor de cabeza cuando supieron allá en Boulogne de los desastres en el medio de la nada. Se supo también que una voz chilló “¡Ferrovías nunca más manda trenes a Jujuy!” pero quedó en el chillido, por suerte.

Manos generosas siempre las hay en el camino para prestar auxilios: allí estaba una cooper del año del ñaupa que Belgrano Cargas tiene no se sabe para qué, pero para poder finalizar la última parte del viaje, vino anillo al dedo. ¿En cuánto tiempo más para llegar hasta destino? Justo con la salida de la luna llena, el viento soplando en las caras denotando que la temperatura había bajado abruptamente.

Contentos. Felices. Besos. Abrazos. Reencuentros. En el medio de la nada. Señores, hemos llegado a Jujuy…

…en pleno andén de Villa Rosa estaba Gonzalo tendido sobre una camilla. Cuando todos pensaban que había tenido un infarto o cosa por el estilo, las primeras palabras que pronunció fueron “Qué lindo… estamos en Jujuy”.

“No hermano… estás en otra galaxia” – contestó Bautista.

Gonzalo abrió los ojos y vió que era de día “¿Cómo es que no estoy en Jujuy?”

“¿Jujuy de dónde? Flaco, estás en Villa Rosa. ¿O soñaste eso durante el viaje?”

“Me mandé un viaje a Jujuy en 1 hora y 20 minutos” – contestó Gonzalo y volvió a desmayarse.

Bautista pensó “¿Cómo será viajar a Jujuy en 1 hora y 20 minutos?”.

Café Ferroviario II: Ferrobaires Revolución 2010

(En el Bicentenario, no estaría nada mal que sucediera algo así con la provincia)

Mar del Plata. Caseta de cambios. Afuera llueve y truena. Hace frío. Hay una salamandra encendida. El señalero Marto lee un periódico y fuma. De repente, se corta la luz.

“Opa!” – dice, se levanta con una linterna en mano y va hasta un armario a buscar una vela, la cual enciende y la pega a un platito. Se vuelve a sentar en su sillón y sigue leyendo.

A las carreras y todo mojado entra Ángel Peluffo “¡Negro! ¡Ferrobaires sonó al fin!” – dice elevando las manos en un suplicio.

Marto se quita el cigarro de la boca “Sécate un poco en la salamandra que me estás inundando toda la caseta”

“¿Qué bicho te picó ahora?” – pregunta Peluffo.

“No pelotas! ¿No te das cuenta que esta estación, paredón del Bondi vías dentro, es un polvorín?”.

“Si Crespo está muerto”

“Te olvidaste de este: Ochoa y el Rucucú”

“Voy a hacer una llamada” – dice Ángel y en un accidente, se le cae la vela al piso, se parte y se apaga.

“¿Ves lo que hiciste pedazo de papanatas por llamar por teléfono? Además, paso a aclarar que hace ratazo que nos cortaron la línea. Ni siquiera podemos llamar por los intercomunicadores a los maquinistas, por si no lo notaste vos que andas por ese sector”

Continúa tronando afuera y la lluvia no cesa.

“¿Qué se te ocurre al respecto?” – pregunta Peluffo.

“Dormir y sellar la jeta”

“¿Y el cabeza Liberali?”

“Dejalo que solito va a caer por este sector. Ah – le dice Marto y le da una escopeta – para dormir en esta caseta, mejor que esto. En cualquier momento se te meten estas larvas y te hacen cagar fuego la existencia… Buenas noches” – se acuestan y se acomodan las cobijas.

En el medio de la noche, son sorprendidos bruscamente por siete personas que entran a la caseta, con ametralladoras en mano.

“¡Vamos! ¡Arriba que el jefe tendrá gusto en verlos!” – le gritó uno de los directivos y los tomó de los pelos a ambos.

Mientras los llevaban a las patadas y empujones, los demás tuvieron tiempo de revolver y hacer suficiente desorden, sin encontrar absolutamente nada de lo que buscaban.

“¿Dónde vamos Marto?” – pregunta Peluffo.

“No sé, y date por dichoso si logramos huir de esta”

“¡Dale cabeza Liberali, vení a sacarnos!” – grita Peluffo.

“Liberali está muy bien asegurado en Plaza, olvídate de salir con vida de acá”.

Llegan hasta el sótano donde los esperaba Ochoa.

“Bien Ochoa, hicimos una buena pesca” – le dice mientras les da un empujón a los dos. Peluffo y Marto caen al piso.

“No era lo que esperaba pero buen comienzo” – dice Ochoa.

Marto mira a Peluffo.

“A ver… ustedes tendrán el placer de decirnos dónde está Liberali”

Peluffo se pone a silbar y eso impacienta a Ochoa.

“Damore… traeme la picana, este pelotudo no obedece” – chilla Ochoa.

Marto escucha unos pasos de taco. Luego oye unas voces y una de ellas es la de Vanesa. Estaba hablando por teléfono.

“Mira bien niñito tanguero… seguí silbando que aquí tu papacito tiene el regalito para ti” – le dice Ochoa sarcásticamente y lo picanea.

Peluffo grita y Vanesa desde arriba pregunta “¿Ángel? ¿dónde estás?”

Marto grita “¡Rajá que está este gusano de Ochoa!” – y Damore le tapa la boca para evitar que grite.

Ochoa aprovecha la ocasión para patearlo “¿Viste que mala fue tu elección?”.

En tanto, arriba…

“Estos tipos hay que hundirlos pero están todos metidos acá en el sótano” – dice Vanesa.

“Lo curioso en esto es que dieron vuelta toda la caseta y no se llevaron nada” – comenta Horacio.

“Pensemos un plan… pues para hundirlos hay que rescatarlos a ellos” – dice Paola.

En ese momento sale Horacio Toucedo a afuera y mira hacia el cielo “Gente… los aviones volvieron a estas tierras………………. Estoy hasta las bolas con esto de derrocar sucios y putos directivos”

“No te preocupes, solo se queman ellos y su puta dirigencia ¿eh?” – dice Liberali.

“No sé, pero en lo que va en todo esto, ya hicieron torta la estación una vez y ya vamos por la segunda……………..” – comenta Paola.

En ese instante, bombardean la playa.

“Espero que haya sido en el sector de los bondis” – dice Vanesa.

Toucedo se levanta, abre la cortina y mira “Lamento comunicarles compañeros pero los bondis caminan como que si nada….”

Todos se miraron.

“¿Qué esperan para armar un plan antes que le corten la cabeza a dos de los nuestros?” – pregunta Vanesa.

“Este libro – dice Liberali – hay firmas estampadas del año del pedo, tirenlo, quemenlo, no dejemos las evidencias… es un peligro con estas ratas ambulando………….”

Justo suena el teléfono. Toucedo lo toma con cuidado “Hola…”

“¿Sí? Hablo desde San Martín”

“¿San Martín? Mire, no esperamos llamadas de aquel sitio buenos días” – dice Horacio.

“No pará. Soy Pérez”

“¿Pérez? ¿El imbécil de Vedia como se dice por estas tierras?”

“¿Por qué esa costumbre de tratarme de imbécil?”

“No es costumbre. Es su mote”

“Ah… ya que tengo mote, el imbécil de Vedia pasa a informar que el capo Ochoa va a mandar al degüello al cabeza Liberali”

“No te preocupes… está vivito y coleteando acá, mientras los aviones nos están cagando a bombardeos en la playa” – dice Horacio y corta – “Me tiene los huevos llenos”.

Liberali mira a afuera y los bombardeos siguen “Muchachos… nos bombardean estos perros de los directivos… se fueron al ADA601 y se afanaron los aviones… hijos de puta!”

En el sótano…

“¿De dónde viene ese fuego? ¡Vamos! ¡Diganme!” – pregunta Ochoa dirigiéndose a los directivos.

“Nuestros propios están atacándonos”

Justo se escucha una nueva ola de bombardeos en la estación.

“¡¿Más fuego todavía!?” – exclama Ochoa.

“Lamento decirle que Liberali y los rasos están asediando la playa… y ya viene un nuevo tren con más rasos, alimentos y municiones”

“¿¡Cómo qué avanzan!? ¡No puede ser!”

“Tengo al delegado de los fratachos en línea”

Ochoa toma el teléfono “Bendini, ¿sabe que toda la estación es un incendio generalizado?... ¿No oye los disparos…?

Bendini, desde Once, contesta “Estoy en una casilla en Once”

“¡Mar del Plata es un caos!”

“¿Y en qué me concierne a mí esa información? Mire Ochoa, se la canto justita. Desde el día que liquidó a un tal Funes, me alcanzan un discurso suyo donde decía que nosotros no debíamos intervenir en los conflictos con los rasos… y Avogadro, usted sabe que ya cagó fuego, lo aprobó”

“Bendini… traidor hijo de perra, después de todo lo que te conseguí! ¡Deberían colgar a todos los delegados fratachos en la plaza!”

Damore le dice a Ochoa “Mire Ochoa, los rasos están soplándonos en las nucas, así que rápido decídase que hacemos con ellos, porque de seguro que vamos a cagar fuego como Crespo, Trezza y Avogadro”

“Ochoa, deje de negar que en cualquier momento le vamos a cortar el sabiolín” – le dice Marto.

“Miren… en Retiro se guardaron ni bien escucharon el primer tiro, se cagaron en las patas, estos pelotudos no sirven ni para espiar” – dice Ochoa.

“Que linda fantasía la suya Ochoa. Le están diciendo que se rajaron todos cuando supieron de la Intifada organizada por Miranda” – dice Peluffo.

“A ver mis niñitos… ¿qué más saben al respecto?” – les dice Ochoa.

“Que mejor que se raje porque… porque Liberali nos va a meter una bomba y volamos todo al carajo” – dice Peluffo.

Mientras seguían discutiendo sobre retiradas o resistencias, Marto y Peluffo huyeron del sótano. Arriba todo era un descontrol generalizado. Corrieron hasta uno de los frentes.

“¿Y ahora qué?” – pregunta Marto.

“Preparense a………………… chau estación” – anuncia Liberali y desde un avión le tiran una bomba que acaba reduciéndola a una pilita de escombros y un fuego incontrolable.

“Siempre lo mismo con estos idiotas… todos los administradores de Ferrobaires se queman ellos con sus dirigencias” – dice Vanesa.

Los bondis seguían su movimiento habitual, como que si nada pasaba en el lugar.

Tarjeta magnética en el metro

Hola!

He recibido tus mensajes.

Hace calor, a veces hay alguna tormenta.

En Amsterdam mañana dejará de ser posible circular en metro con la tradicional tarjeta multiviajes en papel, habrá que ir con la tarjeta magnética OV Chipkaart que hasta la fecha sólo era facultativa. En Rótterdam ya sólo se puede ir de metro con esa tarjeta magnética. Dicen que será más fácil, más honesto (se paga según la distancia y no según las zonas, si uno viaja dentro de la misma zona 2 o 3 km cuesta ahora algo más de un euro pero si es distancia corta 200 m que atraviesa el límite entre zonas ya pasa a ser 1.60) y además habrá que pasar por un sistema de puertas electrónicas que sólo se abren con tarjeta, lo que debería imposibiltar el acesso a viajeros en negro. Ver las fotos que saqué ayer en la estación del Bijlmer en Amsterdam.

Además, nada de muy nuevo, salvo que dicen que los precios del transporte público aumentaron más que la inflación en general.

Un saludo

Jan




























































Hola!

Hola!

Te mando hoy unas panorámicas de Utrecht.

Dicen que el nuevo sistema de la tarjeta magnética OV Chipkaart que se introdujo en los metros de Amsterdam y Rótterdam y que llegará pronto a los NS (YA INSTALARON EN VARIAS ESTACIONES en Amsterdam, Utrecht y otras ciudades dispositivos de lectura de esas tarjetas) podrá llevar consigo problemas a nivel de trasbordo de tren a metro o de tren NS a tren de operador regional. Hay que hacer el llamado checkout en NS y pasar luego a hacer checkin (checkout/checkin: lectura de la tarjeta al salir o entrar) en el operador local o regional pero eiste el riesgo de que se olvide si no hay puertas de entrada y salida que no se abren sin checkin/out. En Amsterdam y Rotterdam están instalando tales puertas pero (aún) no en estaciones provinciales, así que el viajewro desprevenido puede Y perder bastante dinero Y al mismo tiempo ser tajado de delincuente por viajar sin título de transporte válido! Lo quen pasa es que NS quitan de la tarjeta 20 euros (10 si se viaja con derecho a reducción) al entrar y devuelven (o cobran) lo restante al final al hacer el checkout pero si se olvida pues pierdes los 20 o 10 euros y si pasas a otro operador sin hacer el checkin de ellos no lo registran y te pueden tajar de "viajero de gorra" (según el Van Dale NL-ES, es un término para designar el quién viaja en negro, sin billete válido, punible con multa de 35 euros). Así que, según ROVER, una revista de una ONG de defensa de derechos del pasajero del transporte público, ese sistema tiene el peligro de "víboras bajo la hierba", o sea, hay gato encerrado (según el Van Dale NL-ES) o trampas escondidas. Tal vez una manera para generar recursos para los NS y otras operadoras?

Otra cosa: hacen una prueba con trenes entre Amsterdam, Utrecht y Eindhoven todos los 10 minutos en horas pico, en vez de cada 15 minutos en servicio normal. Podrán hacer circular más personas pero cierran sin piedad los trenes al salir, también si aún hay pasajeros que vienen corriendo. Normalmente el guardatren espera hasta que entren pero en el marco de esa prueba tienen instrucción de cumplir el horario a rajatabla. Pero como hay otrotren después de 10 minutos no es algo de etrema gravedad.

Otro problema es que por miedo a recibir malas calificaciones de puntualidad, los NS a menudo no dejan al personal de un tren esperar a otro que está atrasado, lo que para los viajeros puede llevar a un atraso en la llegada a su destino mucho mayor que los 2 o 3 minutos de atraso que el primer tren lleva, ya que en general hay tren cada 1/4 o cada media hora. Una vez eso me aconteció en un viaje de Utrecht a Tilburg, el tren de Utrecht a Den Bosch tenía retraso y el guardatren llamaba a sus colegas del tren a Tilburg y Breda (había que hacer trasbordo en Den Bosch, no hay tren directo desde Utrecht a Tilburg) pero aquellos rehusaron la espera, parece que en caso de altos indices de no puntualidad (más de 12% de trenes con más de tres minutos de atraso) se imponen sanciones a los NS en términos de que no pueden aumentar las tarifas de manera por ellos deseada. Y los retrasos se miden en llegadas de trenes y no de viajeros lo que en caso de trasbordo piuede ser mucho mayor: en el caso de mi viaje a Tilburg un atraso de tres minutos llevó a media hora de tardanza en llegar a Tilburg porque hay un tren cada media hora de Den Bosch a Tilburg.

He visto que ahora hay trenes que circulan en la línea de alta velocidad entre Amsterdam y Rótterdam. Aún son pruebas, pero a partir del día 7 de este mes habrá un servicio de pasajeros (con material convencional) que reduce el trayecto de una hora a 43 minutos. Pidieron trenes nuevos de alta velocidad a la firma AnsaldoBreda en Italia (ver las tres fotos adjuntadas) y unos prototipos llegaron pero con mucho retraso, AnsaldoBreda tiene fama por eso.

Hoy el Arbodienst (un servicio que asesora a las empresas sobre temas de seguridad e higiene en el trabajo) aconsejó tentar evitar de viajar al trabajo en tren o colectivo por la gripe A que se está extendiendo en Holanda.

Espero que estás bien, dicen que en tu país esta misma gripe causó muchos muertos. Acá hasta la fecha son dos.

Un saludo

Jan