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lunes, 8 de diciembre de 2008

2003 – 5 años de mí 5 – 2008: Arcoiris electoral

2ª parte

“Sus intenciones eran muy buenas, estaba rodeado de tipos que, a mi juicio, los hubiera mandado a la gallola por varios años, lustros y, décadas también, porque la tarra, la desaparecieron, pero al menos que sepan que en libertad hicieron ese negocio sucio, ahorita que la paguen en un cuartucho de 2 x 1, hacinados, por cierto”.

“Nunca me dijo que quisiera ser delegado…”

“Estaba todo cocinado para que él representara una de estas asquerosas listas del arcoiris. Pero el día que vió lo que estaban haciendo todos los candidatos, los siete, les pegó un portazo mal”.

“¿Cómo un portazo?”

“Porque él supuestamente representaba a la lista amarilla, y, cuando vieran su nombre ahí, sabían que todos iban a votar esa lista y que los demás perderían por goleada mal. El problema era que los demás compañeros están podridos de siempre aguantar esta misma bosta, chupamedias, rastrera al mango, lambeculos de los de turno que nunca hacen nada, y cuando lo vieran, lo votarían porque conocían su forma de pensar y actuar. Pero les pegó el portazo porque usarían su nombre para hacer un fraude electoral, y seguir con más de lo mismo: afanando, mintiendo y metiendo gente a dedo, coimeando y amenazando”

“Y eso que es muy inteligente”

“Y mucho más de lo que imaginas. Cuando crees que no ve nada, ve más de lo que te parece. Lo observa todo. No por nada le generó un dolor de cabeza por una pésima liquidación de haberes que le hicieron. A solas me comentó, angustiado, que había decidido dar un paso al costado. Iban a hacer un fraude de urna doble fondo, hasta habían conseguido algunos documentos truchados… todo una falsedad. Era tarde”

En la mesa de la casilla de los maquinistas en estación Buenos Aires encontró una publicación del sindicato. Y el título destacado era el escandaloso fraude y violencia en las elecciones a delegados en la seccional Tapiales. Pero no encontró en el texto nada referido a Agustín Supalama.

Volvió en el tren a Marinos del Crucero General Belgrano. Pensó en la boletera Amparo, allá en González Catán. “¿Y por qué habría querido llevarme al cuarto?”

Sintió sed y al llegar a destino final, pidió un vaso con agua. Cuando lo bebió, sintió que tenía un gusto amargo. Pensó que le estaban dando alguna bebida tipo Terma o algo así. A los minutos cayó dormido.

Despertó en la casilla de los cambistas. Mareado, casi no podía ubicarse en tiempo y espacio. Le dolía la cabeza. Apenas tuvo conciencia suficiente para darse cuenta que lo habían desnudado. Le estaban acariciando el cuerpo, de arriba abajo.

“¿Qué… qué… ha…a…a…a… hago a…a…a…aquí…i…i?” – preguntó perdido.

Y Amparo le contestó – “Ángel, vos aceptaste venir acá conmigo ¿no recuerdas?”

Ángel no recordaba absolutamente nada. Solamente percibía que Amparo estaba teniendo relaciones.

Ella se fue. Él quedó tendido en la cama hasta que recobró la conciencia. Se vistió y llegó el señalero Félix González Berrocal.

“Peluffo… Peluffo… ¿Qué te pasó?”

“No sé…” – contestó aún algo perdido.

“¿Qué hacía esta mina acá contigo? ¿Tú viniste a…?”

“Cuerdamente no aceptaría estar con esta puta baratija de Amparo, pero tengo una amarga sensación…”

“Pero tenías sueño…”

“Me pedí un vaso de agua y me dieron algo con gusto amargo…”

“Y te trajeron acá… bien”

“No sé… pero me habían quitado hasta los calzoncillos”

“Sencillo Peluffo: la puta baratija de Amparo es la cómplice: aprovechó tu estado de inconsciencia, te desnudó y acabó contigo. No tiene vueltas. ¿Cuántas veces ha intentado traerte acá?”

“Creo que unas varias…”

“¿Ella será la cómplice de saber cuál fue el destino de Supalama?”

“Por supuesto, que no te quepe duda alguna”.

Sin dar demasiadas vueltas, en un zanjón al costado de la casilla de señales, encontró lo que no se esperaba: sumergido, en el barro podrido, estaba el cadáver de Agustín Supalama. Estaba atado de pies y manos, y en sus espaldas varios tiros. Olía a putrefacto.

“Esto lo han hecho mucho antes de las elecciones…” – le dijo Félix a Ángel.

“Ya tengo un motivo suficiente para empezar” – contestó Ángel.

Después del trabajo de la policía científica, apareció el resultado de la autopsia: estaba atado de pies y manos, recibió unos 15 balazos por la espalda y para continuar su lenta agonía, lo arrojaron al zanjón. Entonces, la justicia tomó cartas en el asunto.

No se tardó demasiado en saberse que detrás de esto estaba el sindicato. Alguien lo calificaría de crimen mafioso. Pero ellos, los delegados, usando los mismos artilugios de siempre, consiguieron zafar de ir presos.

Pero Ángel volvió a la estación González Catán. Vestía bajo su uniforme de ferroviario, un piloto largo. Fue derecho a la boletería buscando a Amparo y la encontró que recién terminaba de despachar boletos. Midiendo la distancia, se puso de perfil, abrió su saco y con el brazo izquierdo, escondiendo en el piloto tenía la escopeta. Tomándose el tiempo del mundo la levantó, apuntó y sin mediar palabras, efectuó un solo disparo. Suficiente para romper el vidrio y acabar en el medio de la sien de Amparo. Luego bajó el brazo con suma tranquilidad y se fue a tomar servicio.

“Lo siento Amparo, pero te lo merecías. Por hija de puta… por cómplice te ganaste el mote de puta baratija”.

Y se marchó con la U-13 rumbo a estación Buenos Aires.

2003 – 5 años de mí 5 – 2008: Arcoiris electoral

1ª parte

Acabó de meterse las manos a los bolsillos. Caminaba arrastrando los botines sobre el polvoriento suelo de tierra. Por su pensamiento tenía presente que había votado para el sindicato. ¿El sindicato? Un arcoiris de listas: siete. Una roja, una naranja, una amarilla, una verde, una azul, una añil y una violeta. ¿Para qué siete listas en un roñoso galpón como este de Tapiales? Cuatro ferroviarios roñosos votando una manga de inútiles e ineptos que se cagan en todo y absolutamente todo. Y por cierto, uno a cuan lleno de expedientes en la justicia…

Una agria sensación tenía Ángel Peluffo. Se apoyó pesadamente contra una columna. Y miraba hacia las vías como pasaban los trenes por la estación.

“Acabé de votar Ángel” – le comentó Edson Mejía.

“Ya eché ese puto papelito” – le contestó Ángel.

Y siguieron mirando los trenes pasar. Hasta que se oyeron gritos a lo lejos.

Edson fue a ver de qué se trataba, pero Ángel ni se inmutó. Ni le interesaba quien ganaba. Le resbalaba totalmente.

Cuando se le ocurrió, salió al patio trasero hasta que llegó al sitio. Había una batalla campal por el asunto del recuento de votos. Piñas y patadas entre los candidatos.

Ángel tomó su celular y llamó al 911 así se iban un rato a la gallola.

“¿Qué hace Peluffo?” – gritó uno de los que estaba en el suelo.

Otro le contestó “¡Está llamando a la cana boludo!”.

Al rato vino la policía y se los llevó a todos. Pero fue más el tiempo que tardaron el llevarlos que en regresar al taller de Tapiales.

“¿Para qué carajo llamó a la cana Peluffo? Usted siempre haciendo cosas de idiotas” – le increpó el candidato de la lista azul.

“¿Acaso no pasaron un ratito hermoso?” – le contestó con una pregunta irónica Ángel.

“Usted absténgase de hacer lo que debe hacer, que nosotros sabemos qué debemos hacer”.

“Sí Ojeda ¡robar!” – increpó Ángel al candidato de la lista verde.

Un día fue solicitado para cubrir a un compañero en el servicio a González Catán.

Al día siguiente, por el mismo motivo, también debió suplir al mismo compañero.

Al tercer día le tocó hacer lo mismo. Se preguntó qué estaba pasando con Agustín Supalama que hacía tres días le estaba haciendo el reemplazo.

Se le ocurrió preguntar en boletería. Y estaba en ese momento Amparo.

“¿Eres Ángel Peluffo, quien hace el reemplazo de Supalama?”

“Sí. ¿Alguien por casualidad no sabe nada?”

“¿De Supalama?”

“Digame… ¿Usted se hace o es…?”

“Peluffo… puede que esté deseando saber de otra persona” – le dijo por detrás el jefe de estación.

Amparo no se quedaba atrás “Por detrás Ángel… ¿hasta dónde serías capaz de llegar por conseguir algo?”.

“Si esperas que me quede en bolales, vete con el añil” – le tiró una indirecta Ángel.

“Nunca sería capaz de pedirle una cosa semejante… aparte, conociéndolo, si debiera elegir, elegiría un buen apretón y arrancarte un flor de chuponazo”.

“Andá a mamarte al boliche más grasa de todo González Catán”.

Obviamente que Ángel Peluffo no transa así porque sí. Se corrió hasta Merlo Gómez donde lo esperaba la novia de Supalama. Ella le había pedido expresamente que su novio no se metiera en esa campaña electoral del sindicato. Había recibido amenazas anónimas.

Cuando Natalia vió venir a Ángel, vió en él un hálito de esperanza de encontrar a su novio. Corrió a tomarlo de las manos. Ángel la llevó hasta un banco. A charlar a calzón quitado.

“Seguramente hace mucho tiempo que te dije que convencieras a tu novio de que no se metiera con estas ratas del sindicato” – le comentó Ángel.

“Me dio la impresión de que me mintió…” – se bajoneó Natalia.

“¿Qué te decía?”

“Que no tiene nada que ver, que no se mete y… y esas cosas”

“Agustín en realidad por andar atrás de las elecciones, descubrió algo que nunca debió haber descubierto”

“¿Algo del sunga?”

“El sunga fue así: Parece que durante dos años casi tres, estos tipos se estuvieron guardando la platita destinada a la reparación de los coches en la línea. Entonces, truchaban todo y eran los que manejaban quien entraba y quien salía del ferrocarril, quien hacía los cursos y quien no. Cuando se vino la hecatombe en el San Martín, de alguna forma había que justificar las actuaciones de Metropolitano”

“El nunca me dijo del sunga”

“Te debe haber contado lo del bolales…”

“No entiendo…”

“Verás… ¿alguna vez has pensado que tu novio te haya metido los cuernos?”

“He tenido algún presentimiento que hacía eso, pero no sé…”

“Sé más de lo que a Agustín le pasó”

Natalia miró al piso, algo angustiada.

“Ya no hay remedio, da bronca pero desoyó lo que le dije desde un inicio. No lo hacía por hinchapelotas, sino por su bien”.

“¿Y cómo siguió lo del sunga luego de la hecatombe en el San Martín?”

“El sunga lo disfrazaron por un tiempito con el nombre de Sauna”

“¿Sauna?” – interrumpió.

“Sí, sauna, que en realidad lo que era Tapiales era el aguantadero de estas mierdas del sindicato”

“Y me supongo que el sauna continuó siendo la misma mierda de lo mismo que era el sunga…” – supuso.

“Exacto. Un lavaje de caras. Y cuando rajaron de una patada en el culo a Metropolitano, hicieron al mismo tiempo otro lavado de caras”

“Y siguieron bailando dentro de la misma mierda”

“Con el mismo olor, lo peor de todo”

“Veamos… si el sunga, el sauna o como fuera, era una tramoya del sindicato… ¿qué carajo hacía Agustín ahí?”

“Agustín pecó de inocente. Siempre le advertí que estos tipos eran de la última y peor calaña, y que como que siguiera así, le iban a serruchar el piso mal. Él se justificaba diciendo que algún día podría llegar a ser delegado y hacer las cosas políticamente correctas”

Natalia miró el tren pasar.

2003 – 5 años de mí – 2005: El país de Mecánico Karpik

Se permite la publicación, en cualquier medio gráfico o digital.


2ª parte


Canción para acunar a Belgrano


Duérmase en la eterna paz mi general, Belgrano,

Que su sistema local marcha viento en popa…

Que los servicios de Ferrovías marchan al pelete,

Y a los pasajeros les hacen marcar el paso.


Vayan todos a ese sistema, con los ojos cerrados,

Donde la fiesta nunca empieza…

Queridos ferroviarios, marchando como prisioneros

Al compás de los mandatos de jefecitos e ingenieros.


Mejor que ni descarrilen

Mejor que ni hablen

Mejor que ni socialicen

Porque un despido les espera.


Receta para hacer de Vías un Metro


Para saber hacer de Vías un Metro

Solo es preciso seguir la siguiente receta:

Respetar hasta los puntos y comas

Y tener la puntería bien lista.


URQUIZA: ¡¡¡Incendiar túneles urgente!!! ¡¡¡Metrovías quiere rajarnos al Infierno!!!


Los túneles y la tierra danzan una pelea continua

Ni unos bajan, ni los otros suben.

Y al final, Metrovías acaba siendo el relleno

Del sándwich cuyos panes son:

La UTE por un lado, y por el otro la UF y La Fraternidad.


URQUIZA: Fuera de mi sistema. ¡¡¡Formaciones de ataques!!! ¡¡¡Preparaos para volar el sistema entero, ahora!!!


Y al final, para ser un gran piola del año cero

Solo es preciso ser un perfecto Pianelli

Otros lo asociarán con las cubiertas Pirelli

Hasta que acabarán descubriendo que el chantaje les da la mano

Otra que Metrovías hace de Vías un Metro

Tiene muy en claro su objetivo:

Ahorrar sopes en mantenimiento de trenes

Y recortar frecuencias al máximo

Elegante para que el público no sepa un soto.


URQUIZA: Fuera de mi sistema. ¡¡¡Formaciones de ataques!!! ¡¡¡Preparaos para volar el sistema entero, ahora!!!


Para ser un gran piola del año cero

Nada más hace falta

Que habitar en un país bananero

¡¡Para ser de Vías un Metro!!

¡¡Para ser de Vías un Metro!!


Canción del Central Argento


Central Argentino tan mío,

En tres latidos estás muy presente

De veras lo decimos todos

De veras te pedimos

De veras te lo suplicamos

Que hace un largo tiempito podrías haber hecho algo

Para ampliar tus prestaciones a Córdoba y a Tucumán


Ferrocentral, Ferrocarril Central tan loco eres

Disimule un poco sus caracteres poco atentos

Y aprenda a latir,

Pero no tema a absolutamente nada…

No soy ningún brujildo del año tres mil,

Simplemente deseo hacerles más simple la vida.


Ferrocentral mío, latiendo al compás de Bartolomé Mitre

Aprendan a dibujar sus sonrisas

¡Y hasta me atrevería a sugerir algo urgente!

Que no están exentos de sus faltas

Y de a poquito van pesando sus prontuarios

Si quieren mejorar su reputación

Acuérdese de mí: estoy para simplificarles la vida.


Hip hop de FB


Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache


La F y la Be son los mismo que cinco letras:

La U, la E, la Pe, la eFe y, oportunamente, la Pe.

Que abreviado sería Ferrobaires,

Sin necesidad de repetir sin cesar

Unidad Ejecutora y… pata pin, pata pun!


Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache


La Unidad se fue en la más decadencia absoluta,

Pero decir Trezza da exactamente lo mismo.

Trezza, Trezzin, Trezzún.

Son más de lo mismo

Ferrobestias por doquier, no culpen a los de abajo.


Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache

Vamos todos en Ferrobaires

Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache


El material está hecho trizas, no dá más

En cualquier momento se viene el piquetazo ferroviario

Acá no hay Ricky Jaime que valga

Porque el rancho está hiper podridito

Los choreos van en ascenso y… pata pin, pata pum!


Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache


Antes eran tiempos de bonanzas, ahora estamos de capa caída

Para zafar, elegantemente sin que nadie lo note,

alargamos los tiempos de viaje

ferroviarios felices por salvar su fuente laboral

pero el rancho está podrido hace rato… y mal!


Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache


Vamos todos en Ferrobaires

Tutti, cacle, tutti, cacle

Cuchi, cache, cuchi, cache


© Domingo 16 de noviembre del 2008.-

www.tallereskarpik.blogspot.com

2003 – 5 años de mí – 2005: El país de Mecánico Karpik

Se permite la publicación, en cualquier medio gráfico o digital.


1ª parte


Prefacio introductorio


Hola a todos! Bienvenidos a todo el millonerío de argentos que habitamos este país llamado Argentina, donde nos pasó un marciano verde asqueroso que vive pensando en su reencarnación número no se cuanto pero siempre es su retorno triunfal – que se trata para hacer bosta todo, seguro -, donde del primer mundo nos miran con una reprobación sarcástica desde el momento que adoptamos el corralito y después el corralón – curso que copiaron ellos después, eso no nos importa, en absoluto -. Más nos importa los rieles ¡Sí, los rieles! Ellos, que alguna vez fuimos otro país pero que ahora tengo la impresión de que cada gobierno de turno se cuelga de ellos! Una cosa parecida cuando Moria jode que se cuelgan de sus tetas, en este caso, los trenes dicen “¡Se cuelgan de nuestros estribos carajo!”.


Canción de cuna para dormir a un tren


Duérmase mi trencito, mi trencito del alma mía,

Y que tenga sueños, sueños de carbón…

Para despedirnos, en el parque de los muertos,

Y también exprimirles toda la platita posible.


Vaya a ese país de los muertos in eternum,

Donde hay una fiesta que aún no empezó…

Mire que con los capitales no se hace filantropía

Ramal que para, ramal que cierra…


Receta para aprender a transar


Para aprender a transar

Debo seguir esta magistral receta:

Que con unos morlacos silenciar

A los paisanos del síndico.


DOCTOR: ¡¡¡Convertir rieles en asfalto!!! ¡¡¡Supresión de trenes!!!


Los paisanos del síndico tienen que tomar

Los morlacos de los ferrocarriles.

Aún a sabiendas del desastre venidero,

Sed ciego, sordo y mudo.


DOCTOR: Combatir a los duros ¡¡¡Formación de ataque!!! ¡¡¡Prepárense para la Intifada, ahora!!!


Para ser un gran rico

Y dar vueltas solito y solo

Hace falta ser muy malo

Y tener muy buena capacidad

De traicionar a la lealtad

De los compañeros que votaron.

¡¡Para ser un gran transa!!

¡¡Para ser un gran corrupto!!


Canción del Metropolitano


Metropolitano tan mío,

En tres latidos estás

De veras te añoro alma mía

Por ser tan obediente a mí…

Yo no soy ningún maldito,

¡ni me interesa serlo!


Metropolitano tan loco

Disimule un poco

Y aprenda a actuar bien,

Porque sus expedientes engordan muy rápido…

Mire que la CNRT no es ningún maldito,

¡Sí que sus viajes son tortuosos!


Metropolitano tan mío

El rancho se pudrió de veras,

El San Martín desató el incendio

El Roca y el Belgrano Sur lo coronaron

Hasta que Néstor cazó la birome

¡Y los fletó definitivamente!


Himno del País de Mecánico Karpik


Hoy nuestra Patria está de fiesta.

Ésta es la fiesta del Gran Ferroviario Rey

Y, desde los ferroviarios hasta los trenes inclusive festejarán.

¡Todos los trenes al son de sus bocinas!


¡Juramos que buenos seremos hasta el final de nuestros días!

¡Buenos, buenos y combativos vamos a ser!

¡Locomotoras, vagones, grúas, guinches, durmientes y rieles!

¡Pasajeros y cargas, ganas de viajar!


¡No soportaremos que nos miren como extraños de otra tierra!

¡Vivir, vivir todos juntos en una misma sociedad!

¡Y en miles de trenes llegaremos a toditas partes

Para saludar y despertar a medio mundo!


¡Juramos que buenos seremos hasta el final de nuestros días!

¡Buenos, buenos y combativos vamos a ser!

¡Locomotoras, vagones, grúas, guinches, durmientes y rieles!

¡Pasajeros y cargas, ganas de viajar!


Rap carguero


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!


Los cereales se suben al tren.

Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

Los minerales se suben al tren.


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

Los combustibles se suben al tren.


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

La producción entera se sube al tren.


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

Unos del norte, otros del sur,

Ellos del oeste y aquí del este,

Todas las empresas se suben al tren.


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

Los incumplimientos se suben al tren.


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

Los despidos y las transas,

Todos se suben al tren.


Chu cu Chu… Chu cu Chu…

Sube, sube, sabe y afane.

Chatanuga chu chu chu chu!

Chatanuga chu chu chu chu!

Nadie se pierde el tren.


Canción de la Te, la Be y la A


Cuando Mitre y Sarmiento despiertan,

Junto a ellos también despierta la Te, la Be y la A

Eso significa que hay fiesta

Y florecen las ganas de viajar en tren,

Desde el diésel hasta el eléctrico.

Porque muy temprano se escuchan los mugidos.


Cuando un tren sale a servicio

Un país independiente acaba de despertar

Donde ir a viajar mal, colgado y apretujados…

Aquí viajamos por la costumbre,

Calor hace en invierno y en verano

En vagones con forma de latas de sardinas.


Los pasajeros no pierden dos minutos.

Porque esos preciosos minutos se los hacen perder

Porque los desperfectos técnicos dejan todo bien parado.


Y la cosa se caldea y mal

Y entonces decimos que la Te, la Be y la A

Más que fiesta, es un eterno suplicio.


Es cuando de la Te, la Be y la A,

Más que Trenes de Buenos Aires,

Acaban siendo Transportes de Basuras Acopladas.


¡Uy! El rancho sí que se pudre en cualquier momento…