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sábado, 7 de marzo de 2009

Café Ferroviario II: Amor, muerte y venganza

Pehuajó puede concebirse como una ciudad tranquila y pacífica, siguiendo la línea oeste que conduce hacia Santa Rosa. Más quieta se vuelve cuando llega la siesta, ese sagrado descanso donde en las calles no se encuentra ni un alma pulular por allí.

Casi siguiendo ciertos parámetros con otras ciudades, a nadie se le va a ocurrir dañar al vecino. Porque todos se conocen. Saben quien es uno y quien es otro. Porque cualquier cosa, hasta el más mínimo comentario, es capaz de convertir a Pehuajó en “pueblo chico, infierno grande”.

Se dice que quien anda en soledad es la tortuga Manuelita, plantada en la rotonda en la ruta 5, a la entrada de la ciudad.

Por sus vías, un poco olvidadas, aún andan los trenes. Los largos cargueros hace rato ya son parte del paisaje. Pero los de pasajeros resisten irse. Solo por conservar la tradición.

Una siesta de día martes cuando todos estaban en sus casas, la playa andaba de movimientos. El jefe dormía en la oficina, ignoraba que sucedía puertas afuera. En el andén, la cuadrilla tomaba un descanso bajo la sombra.

En los silos se escuchaban los ruidos de motores en funcionamiento. Había maniobras.

Y llegó la hora del mate. El jefe salió al andén con el termo bajo el brazo y se sentó afuera para disfrutar del fresco. Ese día hacía bastante calor. En tanto, miraba qué hacían en la playa.

Cuando terminó el horario de trabajo, todo volvió a la quietud. Solo una máquina de ALL osó romper el silencio para quedar en vía segunda y apagar sus motores.

En la noche, un alguien vestido de negro de arriba hacia abajo, con cabellos sueltos al viento, se paró en el andén. El jefe será el primero en darse cuenta que por la noche vienen las escaramuzas. Le restó importancia, tenía sueño y ganas de dormir.

De este personaje nunca se supo el nombre real, solo se sabe el mote, conocida como Merche.

Como las cosas empiezan y terminan entre ellos, solo uno se atrevió a contar.

“Usted Rodolfo – así le habló Acha – sepa que Merche es una mujer exquisita. Una gran novia con la cual compartir muchas aventuras en la vida. Ellos mueren por tenerla ahí, capaces de arrodillarse como en la misa cuando hacen esa parte del vino y el pan… quise saber cómo era y es muy refinada. Nada que ver a otras que he visto a la vera de la vía. Esta me la llevo a la mesita de luz… linda por donde sea”.

Días más tarde, Acha desapareció. Parecía que la tierra lo había tragado.

Por un tiempo dejó de venir a la estación. Todos se preguntaban por Merche.

Imprevistamente, Valentinuz se encontró con Merche y los dos mantuvieron un encuentro a solas. Se supo que los dos acabaron en la cama. Para el amanecer del día, Valentinuz también había desaparecido.

La noche siguiente Merche tomó de la camisa a Paz y lo llevó un cuartito muy chico, donde los dos se quitaron las ropas y mantuvieron una escaramuza. A solas. Le juró quererlo hasta las últimas consecuencias. Una semana más tarde, Paz se convertiría en el tercer desaparecido.

En tanto, vías y estación afuera, en todo Pehuajó nadie sabía nada de lo que estaba pasando en la playa, o no les preocupaba demasiado que digamos.

A las andanzas regresó Merche a la playa dos meses más tarde cuando después de una maniobra, Maciel la descubrió entre los silos. Como Merche sabía los puntos débiles de sus víctimas, elegía mantener siempre un encuentro de placer… darle un corto momento de felicidad para después borrar la evidencia. Y Maciel no fue menos. Pero tuvo un poco de conciencia para darse cuenta que esa felicidad en la cama con esa mujer era ficticia. Y se dio cuenta que tenía sus minutos contados de vida. Como Merche no era ninguna sonsa, le aceleró el final de los días a Maciel desapareciéndolo. Era el cuarto desaparecido.

Quince días más tarde socio y conductor, Lojo y Usandivaras, fueron quienes siguieron las huellas de Merche. Darles su rato de felicidad a cada uno no le costó nada para después salir fuera de la faz de la tierra.

Una tarde dominguera, todos con las orejas en las radios atentos en lo que sucedía en los estadios, fue el momento preciso para Pablo Elortondo. Abandonó por un momento su tarea de supervisor en FEPSA y se fue a dar un paseo por la playa. En el monte encontró tierra removida, pero cuando movió un poco de ella con sus manos asomó una mano. Se quedó pasmado. Le corrió un hedor frío por el medio de la espalda. Juntó valentía y siguió removiendo la tierra.

De adentro emergían cuerpos sin cabeza. Sin vida. Algunos de ellos con avanzados signos de descomposición. Salió corriendo y exhausto llegó hasta la puerta de la oficina del jefe. Golpeó a puño cerrado:

“¡Rodolfo! ¡Rodolfo!” – gritó Pablo.

El jefe abrió la puerta “¿Por qué tanto escándalo a la hora de la siesta?”

“¡Rodolfo hay que llamar a la policía, hay cuerpos enterrados en el monte sin cabeza!” – le gritó y pasó derecho al teléfono.

Quiso llamar a la policía, pero nunca pudo comunicarse.

“¡¿Por qué demonios cuando se precisa a la policía nunca existe?!” – maldijo Pablo.

“¿Y no te has puesto a pensar en Merche?” – le planteó el jefe.

Pablo lo miró absorto “¿Merche? ¿Y quién es esa?”

El jefe se sentó y con toda la parsimonia del mundo, le dijo “En la ciudad de Manuelita, no todo es a lo que se cree en el mundo de una tortuga, de la lentitud y la más pura inocencia. Crees que esta ciudad es un paraíso, pero no lo es. Te diré que Merche la ha convertido en un infierno. Cuando en las noches veas un personaje femenino, todo de negro, con borcegos, pelo lacio, absolutamente negro, y se te acerque a ti para llevarte a la cama, en el mejor de los casos, decirte que te ama y de golpe y porrazo no saber más de tu paradero, piensa que es ella”

“¿Y qué hay que esta mujer pueda hacer de malo?”

“Sencillo amigo: darle de su propia medicina” – le dijo.

Y en la noche Pablo entenderá lo que le dijo el jefe por la tarde: vestida de negro apareció aquel personaje, el mismo que habían estado comentando. Pero sus ojos se clavaran en aquella figura, la que hace morir de locura a los ferroviarios.

“Hola corazón, te habla Merche” – le dijo al oído.

Pablo recordó ese nombre. “Sos muy bonita muñeca” – le susurró al oído.

Y ella tenía las armas listas para seducirlo. La mente de Pablo estaba en otra.

“Me cuesta creer que estoy con una mujer tan bonita…”

“¿Sí? Piensa que estaré haciéndote feliz” – le dijo Merche.

Se dejó llevar por el encanto de Merche, pero al traspasar la puerta del cuartito, terminó de encontrar la respuesta al macabro hallazgo: las cabezas de sus compañeros desaparecidos. Internamente le encendió una llama de ira, rabia y enojo absoluto. Lo guarda para otro momento.

“Me gusta mucho el lugar que has elegido”

“Y tú eres una excelente persona, podríamos amarnos…” – le dijo Merche.

Merche tiró en la cama a Pablo y ambos se quitaron las ropas. Después de esa gran momento de felicidad, en un mínimo descuido de Merche, Pablo aprovechó para tomar una soga que estaba arriba de un estante. Y le hizo una propuesta un tanto extraña, la cual tranzó Merche:

“Te gustará ser mi prisionero a cambio de otro gran momento de felicidad”

“Por supuesto corazón…” – le dijo Merche, que a esta altura, ella estaba muy excitada.

La sentó en una silla y la ató con esa soga con las manos hacia atrás. Pablo le acarició con sus manos el cuerpo, para llegar a lo que quería. Después de eso, los dos se separaron. Con la diferencia de que Pablo se vistió y Merche quedó atada a la silla desnuda.

Por una ventana vio que era de día.

“Corazón… ¿vas a sacarme de aquí?” – pregunto inocentemente Merche.

“Por supuesto mi vida, va a ser un enorme placer presentarte como mi novia” – le dijo Pablo, juntó las cabezas de los muertos, las metió en una bolsa de nailon, la desató y ésta se puso de pie.

“¿Qué harás con esa bolsa de nailon?”

“Hay mucha basura aquí y hay que sacarla” – le contestó Pablo, abrió la puerta y salió afuera.

“¿Crees que voy a acompañarte así hasta donde vayas?”

“Tranquila Merche que no hay nadie, ven, así estás linda”

A Merche no le simpatizaba nada la ocurrencia de Pablo, pero le puso una venda en los ojos “Sigue mis pasos que te guío”

“Pero vísteme al menos”.

Le puso apenas una bata. Cuando se aseguró de cubrir más de medio camino, se detuvo y le quitó la bata a Merche.

“¿Me harás marchar así?”

“Dale que no hay nadie y ya llegamos al baño”

De todos lados miraban al supervisor y a Merche caminar rumbo al andén. Estaban atónitos por lo que veían. Cuando llegaron al andén, el jefe salió de la oficina, y como si hubiera una reunión de urgencia, llegaron varios más.

“Supongo que están buscando explicaciones de los cuatro compañeros desaparecidos. No hace falta demasiado – abrió la bolsa y mostró las cabezas – Y del asesino estamos más cerca de lo que imaginamos…”

Todos se miraban buscando el asesino. Pablo le sacó la venda de los ojos a Merche. “He aquí”

Todos los que estaban en el lugar fijaron sus miradas en aquella mujer desnuda, parecían interrogarla con sus miradas.

“¿Qué van a hacer conmigo?” – dijo Merche con un hilito de voz.

“Lo mismo que hiciste con nuestros compañeros” – contestó Pablo.

En un árbol, en el anden de la estación, colgaron una soga, pusieron balde con una tabla simulando una tarima y la obligaron a Merche a subir ahí. Después, le colocaron la cuerda, retiraron el balde y madera y el peso del cuerpo ahorcó a Merche.

Café Ferroviario II: Con la frente marchita

Si en el mundo rielero existen tonterías, valga la redundancia que las hay. Pero una mayúscula, entre otras tantas, es permitir, de buena fe – no como otros que lo hacen por otras cuestiones – que algún conocido tuyo – o no, no ha de serlo tampoco – que ese sagrado vehículo, la locomotora, sea conducida por otros. Otros que no estén autorizados ni preparados, en el buen sentido de las palabras.

Esto se va a contar en tercera persona, para no poner al descubierto quien lo hizo. Por supuesto, no se va a decir el nombre real, por una cuestión de vergüenza. Pero él mismo prefirió que esto se contase para que otros compañeros suyos aprendan.

Marcos (ficticio) bien cumplió a rajatablas la frase que le dijeron cuando acabó el curso de conducción “Si te pescan que en el lugar tuyo hay otra persona, vas preso”.

Los primeros años los cumplió a rajatablas. Porque todo se cumplía a rajatablas. Los horarios… todo como un relojito.

Conforme fue pasando el tiempo, empezó a observar a sus compañeros y a cuestionarse si lo que ellos hacían también no era motivo para ir preso. Muchos le decían “No te fijes en esas estupideces, sé tú. Si no es de tu agrado, siéntate a leer un libro en el banco de la estación”.

¿A qué se dedican? El más honesto y decente, se conserva pulcro. Pulcro de día. La noche no. Ha visto, un tanto atónito, como son capaces de venderse ante lo más bajo de la sociedad. Pobres, ellas no tienen la culpa, sobreviven. Da pena porque luego pagan las consecuencias. Y es como querer remar contra un sistema entero………………..

Es posible creer que los jefecitos por delante exigen que sus subalternos hagan lo que ellos no hacen. Bajo el lema “Haga esto y lo otro”, más pecaminoso fue verlos bebiendo alcohol en servicio, a sabiendas de que eso está de por más prohibido. Calificado como “Conducir tomado”.

No falto quien por detrás lo tomó del hombro izquierdo y le chifló al oído “No se haga el piola, mejor dejemos esto aquí”.

La cara de fastidio de Marcos se tradujo en un elegante “Vete rápido que vas a salir con fritas de acá”.

Después veía como con naturalidad sus delegados transaban con la empresa. Algo que técnicamente está prohibido, como autorizar a circular un tren con un solo maquinista. Pero la transa escondía un dinero por debajo de la mesa, cifra que no interesa. Otro buen motivo para ir a la gallola. Pero ya lo habían hecho.

Pensó que si hacía por una vez, algo incorrecto, no pasaría nada. Según sus pensamientos, y lo visto, no pasaría nada.

Así invitó a su amigo a dar un paseo. Un corto paseo. Desde Plaza hasta Kilo 4 Gerli.

“Tomas aquí, abres para allá y aflojas de este lado” le indicó a su amigo cuando le hizo la sugerencia de tener por dos minutos la conducción.

Y su amigo estaba feliz. Era la primera vez que conducía una locomotora.

Ejecutó lo que le decía.

“¡Vos dale…!” – insistía una y otra vez.

“Pero… esta vía está muy deteriorada” – le dice su buen amigo.

Justo estaban entrando en el Kilo 4.

“¡Vos dale…! ¡Dale que estamos obstruyendo salida! ¡Dale… dale!” – volvió a insistir.

Le abrió el controller.

“¡Dale que de lo contrario van a pensar que estamos jodiendo!”

Cuando llegó aquella G-22, el ambiente estaba espeso. Algo hacía pensar que algo estaba pasando.

Marcos baja de la G-22 y detrás, un uniformado de la bonaerense le dice secamente “¡Sus manos contra la locomotora!”

Miró sin entender de qué se trataba.

“¿¡Usted no entendió la orden o necesita que se la repitan!?” le volvió a retrucar secamente.

Un temor paralizante le corrió a Marcos y apoyó las manos contra el bastidor de la máquina.

“¡Con las piernas abiertas!” – continuó el policía.

Su amigo, logró salir por otra puerta pero desde otro punto veía lo que el policía hacía con Marcos.

“¿¡Sabe cuál es el motivo por el cuál está pasando por esta situación!?” – le dijo secamente.

Marcos se quedó pensativo y pensó en aquella frase que le dijeron cuando había finalizado el curso de conducción.

Luego de unos largos y penosos minutos, el policía le dijo “¿¡Ya medito suficiente el motivo!?”

No contestó.

Le tomó la mano derecha, luego la izquierda y lo esposó. Sin ninguna clase de resistencias y se lo llevó al móvil policial rumbo a la comisaría.

“¿¡Sabe qué le espera cuando la empresa sepa su imprudencia!?” volvió a decirle tan secamente y fue a la oficina.

Tenía vergüenza de sobra. Al rato estaba su amigo del alma.

“Lamento haberte puesto en este aprieto sin salida”

“No te preocupes, yo estaré en esta, pero juro que si a mí me las hacen pagar pero otros van a terminar peor que yo, deberían estar de patitas en la calle” – quiso llorar Marcos. En silencio, sin consuelo.

“He cometido la mayor estupidez del mundo… nunca… nunca más… la próxima, bien lejos de acá” – lloraba Marcos abrazado a su amigo.

“No Marcos, soy feliz haciendo de acompañante” abrazó a su amigo.

De la oficina salió el policía. Se lo llevó para adentro.

“¿Sabe ahora que le espera? La empresa dispuso que usted debe pasar diez días preso en su casa y el resto del mes suspendido ¿Qué parte de la sentencia no entendió?”

“He comprendido todo oficial”

“Y agradezca que la empresa no lo ha despedido, eso sí, después del arresto, su próximo laburo será el pesado trabajo del obrero cuadrillero”.

Y así fue.

Pasó sus 10 peores días de su vida encerrado en su casa, sin poder salir a la vereda, únicamente al patio de su casa. Y el resto del mes sudando la frente bajo el sol abrazador reponiendo rieles y remaches en la vía.

Cuando todo acabó, un superior le dijo en la oficina “Ahora… ¿qué parte del trabajo de maquinista no has entendido?”

Nuevamente jurado

Hola Valeria!
Ayer he sido jurado nuevamente como intérprete judicial (para traajo oral) para los idiomas español y portugués. Eso es necesario por causa de la nueva ley sobre traductores e intérpretes que impone también a los tribunales y en todos los servicios jurídicos del Estado de llamar a intérpretes jurados y reconocidos cuando tienen que hacer alguna entrevista con un extranjero. Y eso lo noté: ayer me llamaron desde el tribunal de Arnhem, que nunca antes me llamó, probablemente tenían antes unos intérpretes no reconocidos quienes vivían en la región pero ahora están obligados a recurrir a intérpretes oficializados y pues, he tenido oportunidad de visitar esa ciudad que es conocida por la batalla por el puente que tuvo lugar en 1944, los aliados intentaron conquistar el puente y la ciudad para después poder pasar fácilmente a Alemania, pero no consiguieron conquistar definitivamente la ciudad ni el puente, los alemanes opusieron una resistencia demasiado fuerte y el frente quedó estancado al Sur de la ciudad, los angloamericanos sí conquistaron los puentes de Nijmegen y de Grave sobre los ríos Waal y Mosa, respectivamente, pero el puente del Arnhem quedó en manos nazis hacen la liberación de la ciudad y de toda Holanda en 1945. Arnhem pagó un precio muy alto por esa batalla: en la mitad de la ciudad quedó destruida, sobre todo la zona próxima al puente, y los nazis evacuaron a la población que sólo pudo volver después de la liberación en mayo del 45.
Después de un breve juicio en Arnhem, tuve que volver luego a Utrecht para ser jurado nuevamente en el tribunal de mi ciudad, ya que la nueva ley creó la figura del intérprete jurado, para traducir oralmente, antes existió solamente el traductor jurado para textos escritos, existió un registro no oficial de intérpretes quienes aprobaron el examen que presté en español hace ahora tres años, pero ahora existe el registro oficial de traductores como de intérpretes y los Juzgados, la policía, los servicios de prisiones y el servicio de inmigración y naturalización están ahora obligados a recurrir a productores e intérpretes inscritos en ese registro, sólo pueden recurrir a intérpretes y traductores no inscritos si no hay traductor o intérprete reconocido en el idioma que se necesita (es el caso de varios idiomas africanos y del ex bloque soviético, y también de lenguas indígenas de América) o si es imposible encontrar un intérprete/traductor por estar ocupados, enfermos o ausentes.
Y ahora además de los juzgados y tribunales, ahora el servicio de inmigración y naturalización me está contratando con regularidad, me llamaron cuatro veces ya en los dos últimos días. Probablemente tuvieron que despedirse de algunos intérpretes no oficializados.
Ayer miércoles 26 se estrelló en el aeropuerto de Amsterdam un avión de nacionalidad turca, se rompió en tres partes y hubo nueve víctimas mortales, además de varios heridos de gravedad. Algunos de ellos están en estado muy crítico y se teme que también puedan fallecer. El avión aterrizó de manera dura y violenta en un campo muy cercano a la pista de aterrizaje. La causa del accidente todavía no se conoce, hay equipos que están investigando y se sospecha que el avión carecía de combustible en y que por ese motivo cayó el ver aterrizar de manera normal.
En tierra no hubo víctimas mortales, pero el avión tocó suelo muy próximo a una granja, que felizmente no alcanzó.
Además, la prensa esta hablando en crisis, en despedimientos y en bancos que están en situación preocupante, el ING que es uno de los mayores bancos de Holanda perdió mucho en términos de cotización en bolsa, porque no saben exactamente cuántas hipotecas basura norteamericanas tienen en su balance. Actualmente su valor en bolsa es de unos 7000 millones de euros, mientras que antes estaba cerca de 40 a 50. Tal vez el estado holandés comprará ese banco, de manera semejante a lo que aconteció con la Fortis y ABN AMRO, para tranquilizar a los ahorradores.
El estado holandés también quiere construir más infraestructuras pesadas, en parte para limitar los efectos de la crisis y dar empleo y trabajo a empresas y trabajadores de la construcción y de obras públicas. El aspecto negativo en esto es que parte de esos planes contempla la ampliación de autopistas y la construcción de nuevas autopistas que pueden extrañar bastantes paisajes como Amelisweerd, un bosque cerca de la ciudad de Utrecht.
De tiempo en tiempo todavía vamos remando, uno de nuestros tres barcos está en el agua, vamos unos pasitos por el centro de Amsterdam y espero que, cuando vendrá la primavera, apoyamos entrenados otra vez en serio. Los dos otros están en mantenimiento en un astillero.
En la página de NETLOG he subido nuevamente unas fotografías nuevas.
Gracias por tus explicaciones sobre la ausencia de empresas municipales de transporte público en tu país, de hecho me parece bastante extraño que tal cosa no exista pero aparentemente en tu país son más americanos que en Estados Unidos, país en el que sí existen empresas municipales de transporte público, como en Boston o Nueva York.
He visto una película llamada SICKO de Michael Moore, sobre lo que pasa si un país no tiene seguro universal de salud, hay empresas seguradores privadas que a menudo rechazan tratamientos necesarios o los limitan, y 50 millones de norteamericanos no tienen ningunan cobertura sanitaria. Ya hubo planos para introducir ese seguro universal pero la derecha republicana los tajó de "comunistas", mostraron películas de propaganda de la época en las que hablaban se ese seguro con imágenes de banderas soviéticas y de soldados chinos marchando. Moore se desplazó a Inglaterra, Canadá y Francia donde sí existe cobertura completa, nacional y obligatoria, mostraba a un hospital en Londres donde nadie pagaba nada, sí había un cajero pero éste hasta pagaba ba los enfermos el gasto del transporte al hospital (cubierton por el seguro nacional), a la casa de un médico en el hospital público quién sí podía vivir en una casa de propriedad suya que valía medio millón de libras (entonces, un millón de dólares EE.UU.) y tener auto y que no vivía en un piso compartido con seis otrs familias (algo sí común en Rusia soviética, y hasta en la actual pero también en Europa msegún la propaganda derechista made in USA) y en Francia una familia "sobrecargada de impuestos" sí podía vivir en un departamento lindo en el centro de París, lleno de recuerdos de vacaciones familiares en todo el Mundo, y disfrutar de un servicio médico óptimo
y idem para la educación de los hijos desde los dos años de edad. O sea, que el infierno comunista de Europa sí que es soportable, y para los franceses e ingleses pagar cuotas y recibir ayuda cuando se precisa es normal. Y como colmo, USA no brinda asistencia suficiente a los bomberos y voluntarios quienes sufrieron trastornos varios por su intervención en los escombros de las Torres Gemelas de Nueva York tras el atentado del 11 de septiembre del 2001, y Michael Moore los llevó al país de Lucifer (el diablo) según los gobernantes de EEUU, donde sí fueron bien recibidos y recibieron un buen tratamiento médico: eso era en La Habana, y los bomberos cubanos hasta dieron todos los honores a sus homólogos de Nueva York, ya que el atentado sí era reconocido como un hecho grave también en Cuba. O sea, ese sistema made in USA es bastante ridículo y lamentable, porque no ahorra nada, el gasto sanitario per capita es el más alto del mundo pero la calidad del servicio no es el mejor, sólo está en el 37o lugar atrás de varios países del Este europeo y hasta del Tercer Mundo!
Acá sí que hay seguro obligatorio, hay un paquete básico que todas las seguradoras tienen que reembolsar o cubrir, pero ciertos tratamientos están segurados en paquetes facultativos adicionales y existen tentativas de recomendar ciertos tratamientos en ciertos hospitales (que según las aseguradoras son mejores), entonces las seguradoras reembolsan más si se recurre a esos hospitales recomendados. Hasta la fecha no hubo grandes escándalos como en EEUU, pero es mejor que haya una cierta vigilancia sobre esos temas.
Un saludo
Jan
Adjuntados:
Unas fotos de Amsterdam (tranvía, 2250081), Arnhem (2250023) (2250042) (edificios antiguos intregrados en lo reconstruido en los años 1950 y 60 en la zona del puente) (225022: plaza y catedral de San Eusebio), Maastricht (2230203 y 2230105: desfile del carnaval, el lunes pasado).