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miércoles, 5 de marzo de 2008

Café Ferroviario LX: Lógica Matemática

“Buen día chicas” – empezó Patagones al arribar a Escalda.

Elisabetta miró a Lomas y le dijo “Si tú dices que son buenos los días...”.

“Pero es medio tardecito para ser buen día” – le dice Lomas a Patagones.

“¿Cómo? No entiendo” – le dice Patagones a Lomas.

“Nena, según esta porquería de reloj son algo así como las 14 horas con 20 minutos” – le responde Lomas.

“Ah, entonces mi reloj anda medio mal: dice que son las 7 horas con 05 minutos” – le dice Patagones.

“Pero no hay problemas Patagones” – grita a la distancia Vega.

“¿En qué le hará pensar a Vega que no hay problemas?” - desea saber Elisabetta.

“No sé, solo ella sabrá” – dice Cuenca.

“Yo dije que no hay problemas” – se acerca toda sucia Vega.

“Y sería todo un gusto poder saber en dónde no existen los problemas” – dice Lomas.

“Pues... los problemas según los cerebros sabelotodos es que hay unos atrasos severísimos ahora que la temporada alta se está acabando y el año pasado aducían que todos los problemas se debían a que pronto se venía la licitación” – dice Vega.

“Ah, claro! Pero todo fue naranja ¿verdad?” – dice Cuenca.

Elisabetta hace una mueca rara y dice “Es que Ferrobaires nos agiliza tanto la vida...”.

Pero Lomas mira a Patagones y le dice “Además de andar a destiempo, andas como el tuje”.

Mientras tanto, Quequén tenía un papelito y anotaba. Patagones le pregunta “¿Qué significa todo éste embole según tú?”.

“Momento, voy” – le responde Quequén con el lápiz en la boca.

“Pero si Ferrobaires es una pura lógica filosófica” – dice Vega.

“Ferrobaires es un puro teorema matemático” – dice Quequén.

Cuenca y Elisabetta se miran. Patagones dice “Yo todavía no aprendí a hacer razonamientos raros con cosas que nada encajan”.

“Pero Patagones, no es lo mismo sumar dos locomotoras y tres vagones porque te da como resultado cinco pero es cinco ¿qué? ¿No te das cuenta que eso es una mera suma matemática abstracta?” – le dice Vega a Patagones.

“No. Pues la cosa es así: tenemos por un lado al Estado que se encarga de poner a disposición todo el enmarcamiento legal para autorizaciones posteriores, en otro sector opuesto tenemos a la Madre Economía que va a ser el componente de mayor peso, en el seno de una operación...” – dice Quequén.

“Pero Quequén, si tu dices que el Estado es el seno, la Madre Economía ¿qué operación es?” – pregunta Cuenca.

“La Madre Economía – responde Quequén- es el coseno”.

“¿Y lo restante?” – pregunta Lomas.

“El resto... bueno, la tangente es el sistema ferroviario bonaerense” – dice Quequén.

“¿Pero cómo entender semejante razonamiento?” – pregunta Vega.

“Les explico – dice Quequén y anota en el pizarrón – empecemos el seno. Según Pitágoras, la tangente es el seno al cuadrado más el coseno al cuadrado ambas con una raíz cuadrada. Eso significa que la tangente como habíamos dicho era el sistema ferroviario bonaerense es igual al seno que es el Estado bonaerense elevado al cuadrado sumado al coseno que es la Madre Economía también elevada al cuadrado. Todo ello a su vez con la raíz cuadrada de la tangente que era el cuadrado del sistema ferroviario bonaerense”.

“Oye Vega... no entiendo un soto de lo que dice Quequén” – dice Lomas por lo bajito mientras Quequén sigue explicando.

“No te preocupes, yo tampoco entiendo un cuerno pero eso ella lo tiene tan claro como la matemática que los mecánicos ignoran para utilizar a la hora de reparar locomotoras” – le responde Vega.

Quequén termina de explicar y de llenar el pizarrón con escrituras, pregunta a sus hermanas “¿Entendieron?”.

Y ellas enmudecieron con cara de “no entiendo nada”. Quequén se siente decepcionada porque se da cuenta que sus hermanas no entienden la matemática de la forma que la entiende ella.

“¿Qué pasa Quequén?” – le pregunta Vega.

“Que ustedes no logran entender un centímetro la matemática” – dice Quequén.

“Pero Quequén, tú planteas una matemática imposible de comprender, tú eres la única que ve a los trenes como si fuesen una ciencia tan dura como un cascote pero esto es más blando que una silicona” – le dice Elisabetta.

“Y si diera resultado... ¿cómo seguiría la operación?” – pregunta Vega.

“El problema es cuando de esa tangente se plantea el seno y el coseno, ya que no existe un equilibrio entre los tres, pesa más el coseno que los otros dos” – dice Quequén.

“Por ejemplo...” – dice Lomas.

“Por ejemplo es que el sistema ferroviario sigue igual, no se amplia ni se reduce, sigue tal cual, el seno que es el Estado sigue tal cual, no se amplía ni se achica, lo tétrico es la Madre Economía que al hacer las cuentas hace que haya cosas que no encajen por sí solas, si nos damos cuenta después cuando vemos las cuentas en rojo de los actarios” – responde Quequén.

“Yo entendí una cosa de toda ésta lógica” – dice Patagones.

“¿Qué fue lo que entendiste Patagones?” – pregunta Quequén.

“Que cualquier día luciremos la bandera COFEBO” – dice Patagones.

“Ja! Ja!” – se ríen todas.

“¿COFEBO? Yo mejor me preparo para pedirle a Silvina un par de danzas sobre cómo bailar en medio de un incendio” – le dice Vega.

“¡No seas estúpida! ¿No te das cuenta que con Lomas y su experiencia en Metropoligarcha tenemos de sobra?” – le dice Elisabetta.

“Pero chicas, den paso a otros aires que nunca vienen mal para que nos asesoren” – dice Cuenca.

“Ah... bien pensado Cuenca, si sobre todo ellos tienen ALCO pa´ tirar arriba” – dice Lomas.

“Tantas ALCO como manteca para tirar al techo” – dice Vega.

“Pero nos fuimos por las nubes con la matemática de Quequén... ¿es un mero final de temporada?” – pregunta Elisabetta a Vega.

“Lo mismo se dijo el anno pasado pero puede que Patagones ande mal, pero por ahora, resistimos” – dice Quequén.

“¿Y eso que significa en la matemática tuya?” – pregunta Elisabetta.

“¿Eso? Eso significa que la tangente dio como resultado un numerito rojo dado que el seno permanece inmutable pero el coseno mostró cuentas vacías millonarias” – responde Quequén.

“Otra pregunta... ¿Qué significaría en tu matemática la victoria de Metropoligarcha?” – pregunta Lomas.

“La victoria de Metropoligarcha vendría a ser el elemento absorbente tanto en la división, como la multiplicación y otras operaciones más” – responde Quequén.

“Oigan... – dice Cuenca – Los trenes... ¿no tienen algo que ver con la química?”

“No sé, yo sé que nada tiene razón de ser” – dice Patagones.

“Es al revés: todo tiene razón de ser” – dice Lomas.

“No se entierren en la química, tratemos de entender a la matemática ferroviaria” – dice Quequén.

“¿Es algo más que el final de la temporada?” – pregunta Patagones.

“Veamos a nuestra pitonisa Flor allá en TBA, ella es la bruja adivina de los incendios ferroviarios” – responde sueltamente Elisabetta.

Café Ferroviario LIX: Dos más tres son seis según Pepito

Digno representante de una era pasada, aquel personaje llamado Mario Montoto, máximo dirigente, representante y presidente de la Verde llamada Metropolitano, comenzó a ser muy conocido popularmente por ser el inventor de las máquinas expendedoras de boletitos que adornan nuestros bondis actuales, algo por lo que también empezó a conocérselo fue por fundir el Yacimiento de Río Turbio en Santa Cruz, aunque muy pocos sabían de su existencia dentro de los trenes. Más de una vez, Montoto fue cuestionado por sus trastadas pero gracias a sus artilugios, siempre supo como “zafar” de ellas burlando sin ton ni son a la Justicia Nacional.

En la peor época de la devaluación –o Debacle 02 da lo mismo-, Mario Montoto debió explicar ante medio mundo el pésimo estado de los servicios de su concesionaria, ya que sus trenes hacía rato andaban bajo la lupa de la crítica opinologa del periodismo argento y entonces una vez más para demostrar que cuando quería y se le daba las ganas, cumplía sus promesas e lo hizo ejecutando una idea un tanto “suicida”: decidió salir de gira con los trenes rumbo a Materfer en los peores tiempos, donde era más fácil ligar un piedrazo por un pedazo de aluminio. Pero lo hizo.

En sus declaraciones ante la televisión, donde fuera que lo sorprendiera, Montoto explicaba con lujo de detalles pero para que no quedaran dudas de las cosas, era capaz de re-explicar las cosas tantas veces como fuera necesario y un buen día encontró la ocasión perfecta: se trataba de presentar ante todos el coche antivandálico reciencito reparado en los Talleres Materfer y que buena ocasión para atraer la atención de toda la prensa que estaba apostada en los andenes de Plaza Constitución. Montoto con ésta ocasión, buscó la oportunidad de seguirlos tranquilizándolos sobre las mejoras o supuestos progresos en la calidad de viaje. Pero sus explicaciones hicieron agua en el momento en que arribó el Bicicletero, el tren de las Bicicletas, cuando los pasajeros advirtieron la presencia de la prensa en el lugar, los llamaron para que vieran el tren. Mientras todo eso se sucedía, es decir, la televisión filmaba el pésimo estado de los vagones, Mario Montoto murmuró en el off the récord “¡Tragame tierra!”.

Desde aquella vez, Montoto trató de pasar inadvertido pero no pudo: sus trastadas lo seguían vendiendo. En algún tiempo, gracias al desvío de fondos, una locomotoras adquiridas por leasing fueron encerradas por la justicia.

Entre tanto, mientras se sucedía el encierro, en el San martín no había locomotora que alcanzara, y algo más, que aguantara -“¡Ke a-ghuan-the!” – solía decir Fati en un ridículo esponja después de cada plantón-. Ya para éste entonces, Metropolitano era un incendio cuyo bombero debía hacer frente era Fernandito, un títere digitado por Montoto.

Hasta que un día la cosa estalló y con todo “Falta de presupuesto” – aducía Fernandito ante la televisión cuando le cuestionaban el pésimo servicio de la concesionaria.

“Los aumentos de boletos son la forma clásica de tapar agujeros” – dijo alguna vez Montoto.

Para Montoto, el cuestionamiento acerca del mal manejo de los fondos públicos y las medidas de castigo impuestas por la CNRT y el Gobierno Nacional, solo eran meras cuestiones sin importancia alguna. Solo trataba de explicar la pérdida deficitaria que generaban los trenes y justificar la pronta llegada de un grupo empresario japonés.

Lo único que no pudo justificar Montoto era el mal funcionamiento del San Martín: es que mientras el héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino los ponía en el tapete, él se prepara como la gran solución, es decir, el salvavidas para reflotar el sistema ferroviario bonaerense. Por eso, para Montoto, todo es cuestión de equilibrar las cosas:

“Lo que dejamos de hacer en el San Martín, lo haremos en Ferrobaires con la COFEBO. Verá que dentro de muy poco la situación va a estar muy equilibrada con lo que ellos nos han quitado” – dijo hace poco tiempo Montoto.

Estaba hiper clarito: para Mario Montoto, la economía ferroviaria es un arte tan sencillo como para la CNRT controlar los trenes.

Café Ferroviario LVIII: El buen sentido del humor

La llegada de ALL a los rieles argentinos fue como haber ganado una batalla y entonces despacio, con normalidad, se empezó a aceptar una empresa carguera de nivel internacional más dispuesta a arrasar con todo lo que puedan y tengan a su paso que en hacer un bien a los trenes argentinos.

Más de una de las chicas que operan en los trenes de pasajeros se ocuparon de darles letra para todos los gustos, siempre y cuando fuera para preservar su imagen dentro de los trenes de pasajeros a costillas de las correrías en materia de cargas.

Precisamente, a ALL no le gusta que el humor se meta con ellos “Desprestigia a la empresa, a su buena labor” – aseguran los ingenieros.

Sin embargo, las chicas que operan en la Unidad dicen todo lo contrario, basta la frase de Mecánico Karpik “Si ellos son la mejor empresa de cargas para unos, para otros son la mejor pesadilla argenta jamás vista en la realidad”. Sin ir muy lejos, basta rememorar los relatos de Loretta en TEA “Más que ALL nos auxilie, es el Gran Capitán el auxilio de ALL”.

Ellos bien saben cómo cuidar su imagen, las locomotoras saben cómo desprestigiársela. Ellas tienen el control puesto muy de cerca, porque sus frases pueden llegar a hacer “estragos”. Eso le pasó a La Chabona en su viaje a Mendoza “Me llevaron a reparaciones, me usaron y después me devolvieron... es imposible convivir con éstos” se quejó de su estancia en ALL.

Por eso, ellas siempre fueron controladas muy de cerca, cuidadosamente desde las oficinas y los talleres, aunque en muy raras oportunidades iban de visita a las estaciones donde solían parar, si sobre todo se trataba de poder escuchar las conversaciones que ellas tenían. Pero escuchar las conversaciones un día fue poco, hasta las empezaron a grabar y entonces ahí empezaron a revisar hasta el punto y coma de las frases grabadas. Los ingenieros y gerentes comerciales hacían esfuerzos arduos para entender las disparatadas frases y ocurrencias de las locomotoras. Y también supieron especializarse en poner el ojo y sorprenderlas en medio de plena conversación “Hasta un día nosotras decidimos charlar durante 40 horas seguidas y ellos estuvieron ahí, aunque se caían a pedazos de cansancio” relata Pico cuando una vez se juntaron en el Taller en Junín junto con Maribel y Camarero Mansilla y pasaron de vigilia conversando unas 48 horas sin parar.

Cuando ellos se enteran de las reuniones nocturnas, ellos se hacían presentes en las conversaciones pero sus esfuerzos por entender las conversaciones en el momento era imposibles, aunque su principal objetivo era el control. Sin embargo, un buen día, Mabel se quedó con las ganas de poder disfrutar de una charla nocturna en algún taller y de paso, poder enterarse de los chismes. Es que después de varias reuniones se decidió que no habría más reuniones en los talleres y se dispuso que a partir de la fecha, las locomotoras deberían pasar la noche a la intemperie. Estas charlas fueron precisamente prohibidas por el gerente comercial, más conocido por “Mono” por su nacionalidad brasileña.

¿El motivo?

Es que un día Maribel y Bragado fueron citadas por “Mono” al Taller Junín, quienes se negaron a su última sugerencia de levantar las reuniones nocturnas, tendiente a “proteger” el nombre de ALL.

“A partir de ahora, se irán a tomar café afuera” – ordenó Mono a Maribel y Bragado.

“Haz lo que quieras, pero bien sabido es que no puedes estar en todas partes” – le retrucó Bragado.

Mono enmudeció, y dijo “¿Acaso pensarán seguir en la suya?”.

“Por supuesto ¿Piensas que porque prohíbas las juntas nocturnales en Junín no vamos a encontrar lugar para largarlas?” – le dijo en forma de pregunta Maribel a Mono.

Y Mono volvió a enmudecer. Era evidente que entre Bragado y Maribel le habían torcido el brazo a Mono.

Pero Mono no se quedó quieto. El otro lugar al cual le echó el ojo fue Spurr, donde a veces suele haber juntas nocturnales. Pero cuando Mono quiso imponer la misma prohibición que en Junín, estaban Pinamar, Paola, Carolina, Liliana y Alicia para hacerle saber que la orden les entraba por una oreja y les salía por la otra. Fue precisamente Pinamar que asqueada de escuchar y soportar a “Ese tipo”, como ella lo llama, le lanzó una frase demoledora.

“¡Ustedes son más papistas que el Papa!” – fue lo que le dijo Pinamar a Mono.

En ese preciso instante quedó sellada la suerte de las locomotoras en Junín, aunque la censura por el momento estaría lejos del Taller Spurr.

Los cuentos de Bolívar y María Eugenia LVII: Operación “Baño”

Nota: Fantasía. Cualquier coincidencia con la realidad, es pura casualidad

Un día cualquiera, en el Taller Polvorín, apareció una carta de un estudio de abogados donde se ordenaba el desalojo inminente de los tranvías por falta de espacio. Para asegurar un techo a los tranvías, se decidió su traslado a los Talleres Lynch, en la provincia de Buenos Aires.

Desde hacía tiempo, el desalojo estaba en las nucas de los tranvías que se resistían dejar el taller para irse a otra parte. Estaba latente que el servicio tranviario de fin de semana por un largo tiempo estaría interrumpido. Para compensar el recorrido tranviario, se montó una tercera vía paralela a la vía principal del FCGU, con cableado aéreo sin necesidad de estar molestando a los trenes. Ésta vía llegaba hasta estación Rubén Darío, incluyendo varios kilómetros de recorrido. Si bien el nuevo recorrido era mejor que el viejo, más largo y sobre vía calzada en piedra, los tranvías querían quedarse en Caballito.

Y entonces Cibriano encabezó una protesta junto con los demás tranvías contra el desalojo. Con la protesta consiguió extender un tiempo más la estadía en Polvorín.

Pero un buen día se le hizo saber a Cibriano que había perdido la batalla por la estadía en Polvorín. Entonces, en la madrugada del día siguiente, salió con un surmenage, luego de saber que en unos días más serían trasladados rumbo a los Talleres Lynch.

Pero antes de ser trasladados los tranvías, Cibriano tuvo una mejor ocurrencia, intentó una operación “relevo”, es decir, redactó un comunicado de prensa anunciando que la protesta encabezada por los tranvías había sido exitosa. Sin el aval de los altos directivos de Metrovías y eludiendo la guardia de seguridad, Cibriano pidió permiso para ir al baño y transmitió el mensaje a sus colegas dispersas por los rieles en todo el país por la cadena oficial.

Sin embargo, no en todos lugares el mensaje de Cibriano pudo llegar a ser oído, a sabiendas de la situación en Polvorín. En varios lugares, los altos directivos de Metrovías bloquearon las radios y el mensaje nunca pudo ser escuchado. Aunque, en otros lugares, se encargaron de difundir el mensaje de Cibriano y todos supieron de qué se trataba.

Cuando regresó del supuesto baño, es decir, salió de los micrófonos, los altos directivos de Metrovías lo increparon duramente “por desempolvar los peluquines”, pero presto estuvo Cibriano a disponer que los tranvías quedarían presos en Polvorín y dispuso que la protesta tranviaria continuaría. Fue precisamente Truman Capote quien recibió el ultimátum definitivo por parte de Ordóñez.

- Si en 24 horas los tranvías no son trasladados a los Talleres Lynch, arraso con el soplete.

No hizo falta nada para saber que el final estaba hiper cantadito: de a uno los tranvías empezaron a ser trasladados en carretones, trabajo que llevó todo un día entero.

Cuando se apagó la luz, los tranvías se habían perdido en la noche, para dormir en su nuevo lugar: Talleres Lynch.

Los cuentos de Bolívar y Ma. Eugenia LVI: Los amores de Cibriano

Nota: Fantasía.

Hoy por hoy ando por un corto recorrido tranviario haciendo turismo. Sé que tengo grandes amigos que me quieren a mí también pero esto supera algo más que ser amigos. Es que... no existe punto de comparación entre el trato con amigos que poder decirle al otro una frase más intimista.

Ay, tengo muchos recuerdos de amores. Me acuerdo que hace varios años atrás, mi primera novia fue un amor muy especial. Ella hizo que tuviera que abandonar el taller donde estoy para poder estar a su lado. Y yo disfrutaba mucho de sus caricias, ella me quería mucho pero por desgracia, yo fui medio “marica” porque lo llamo de esa forma, ella me apreciaba muchísimo, pero cargo en el consciente que la culpa de este amor terminara lo tuve yo. Y después de haber roto con ella empecé a amarla verdaderamente pero era tarde para decirte que la quería, le había roto el corazón. Me llevó muchísimo tiempo poder decirle todo lo que tenía que decirle, solo lo hice para, por lo menos, preservar su amistad, que al menos ella pudiera saber que cuando tuviera una problema que puede contar conmigo. Y después de todo, ella me perdonó pero sabemos que lo pasado, pasado es porque nunca volverá a ser. Ahora me alegro porque somos amigos y cada tanto hablamos por teléfono para contar peripecias y buenos momentos. Pero ella ríe cuando yo me auto-califico de maricon, me dice que mi timidad me carcome y me impide hacer lo que quiero hacer, cree que algún día sabré actuar con más suavidad y en eso tiene mucha razón: yo soy capaz hasta de romper los cables aéreos por idiota, hasta puedo llegar a incendiar una locomotora porque en ese momento se me dio por hacer un chiste y todos se enfadan conmigo. Bueno, como se llama ella... ella se llama Silvina, está en una carguera pero ahora está en la UGO SM, la última vez que hablé con ella me prometió enseñarme a danzar en medio de un incendio y yo le creo: el SM es un incendio imparable y ser locomotora ahí es ser salvavidas.

El momento en que le demostré a Silvina ser un tremendo marica a ella le partió el corazón, privilegié a mis amigos y no le demostré quien era yo realmente, pero ahora lo sabe. El tiempo que pasó desde que Silvina y yo dejamos de andar juntitos me hizo pensar mucho en mí, cómo debo actuar y proceder, que tengo un largo trecho por recorrer.

Pasaron unos años hasta que volví al estado de los enamorados. Yo quería un alguien conmigo pero a la vez tenía que pensar qué clase de amor quería, si quería que perdurara. Y entonces un día con mis amigos nos fuimos de pachanga a Federico Lacroze. Fue un día inolvidable, allí estábamos y yo conocí a una chica llamada Loretta, con su colorido argentino de TEA, me despertaba mi atención y atractivo hacia ella, lucía pulcra y bella. Cuando le clavé mis ojos en ella, ella se dio cuenta inmediatamente y me evadió mientras pudo.

Yo perseguí a Loretta por cielo, tierra y mar. No la dejaba tranquila. Era tan molesto que cuando Loretta sabía que en el teléfono era yo, ni lo atendía. Pero un día le mandé una tarjetita miserable, pero bonita y ella, me acuerdo patente, me envió una carta y la guardo porque me gusta rememorar este momento en el cual ella se descarga:

“Al Griseado:

Escúchame una cosa: te pido que no me molestes porque no te soporto. Eres tan insoportable que pagaría para que te enviaran al soplete.

No me interesa andar contigo y dejame en paz... No te molestes en llamarme por teléfono porque no te pienso atender.

Tampoco quiero tarjetitas de parte tuya, envíaselas a tus amigos.

No te aguanto, lárgate de acá

Loretta”

Esa carta me dejó un poco helado pero Loretta no me aguantaba no sé porqué. Pero yo la quería. Así que dejé que el tiempo pasara porque seguramente algo podría pasar.

El tiempo pasó y un día intenté llamarla, a riesgo de que me colgara el teléfono. Truman Capote ya quería cortarme el trole y Pepito estaba dispuesto a cortar el teléfono, ninguno de todos me soportaban pero yo a esta altura erraba los pasos en la vía. Pero llamé a Loretta y tuve mucha suerte de que quisiera hablar contigo.

Llegó el día de la cita. No fui a un lugar a oscuras, sino hicimos algo mucho más sano: me invitó a recorrer el Litoral con el Gran Capitán. Yo no quise perderme el convite, a esta altura me importaba muy poco girar y girar en el perímetro tranviario.

Y me fui al Litoral, donde me dijo que íbamos a hacer turismo aventura. Efectivo. El viaje era desgastante, por supuesto, pero conocería la RA. Me encantó poder conocer lugares como Capitán Sarmiento, Zárate, cruzar ese imponente puente Zárate – Brazo Largo sobre el río Paraná. Es una obra majestuosa, maravillosa, parece mentira ir cruzando ese puente y me sentía un poroto entre la formación que era un convoy... seguí mi viaje por suelo entrerriano, hasta empalmar a orillas del río Uruguay: hay muchos pueblitos, muy bonitos, me recordaban a la música chamamecera de Antonio Tarragó Ros, otros que cantan algunos chamamés como la Sole... Teresa Parodi... solo algunos porque son muchos y se me escapan de la cabeza. Pero lo mejor fue llegar a Posadas, la provincia de las tierras coloradas, del trencito de la Selva en el Parque Iguazú, las imponentes Cataratas de Iguazú y la Triple Frontera. Sabía que tenía tan cerca de mí la selva misionera y tan lejos de mí el galpón donde duermo.

En estación Posadas quedamos juntitos. Juntitos para ver cómo se sucedía el tiempo, a orillas del curso medio, unos kilómetros más cuesta arriba el curso superior y rápido del Paraná. Me parecía un sueño poder estar en la tierra colorada de Misiones, parece salido de otro mundo pero es mi país, aunque por desgracia también me llevé la imagen negativa del chantaje y feudalismo político y económico al cual está sometida la población.

Llegó el día de regresar. Había que volver y me resignaba a abandonar Misiones... como vine, volví y por la misma vía. Como era de noche, opté por dormitar, porque no se puede ver nada. Pero por desgracia, mi viaje terminó a 2 kilómetros de cruzar el puente Zárate – Brazo Largo por un carguero descarrilado en la vía. Allí estuve hasta que al día siguiente seguimos viaje.

Nunca me olvidaré de aquel viaje con Loretta, y pensar que me sacaba a las patadas y ahora estábamos juntos... Lo que hace el tiempo.

Y volvimos a vernos unas veces más hasta que ella me manifestó seguir su vía, que el tiempo no la pura y que sabe preservarse. Yo la respeto y la quiero, ella no quería compromisos, prefería llevarme a todas partes pero listo. Y acepté, por lo menos no fue un final traumático, no sufrimos ni el uno al otro. Cada tanto le mando notis de acá porque ella está en los corredores de ALL. Los otros días me mandó una foto del premio que le dieron a ALL con un papel que le escribiera mi opinión. Bueno, la opinión no la voy a decir porque no forma parte de esto, es otro asunto.

En el medio que yo hacía un tiempito que andaba solito, justo Pepito había peleado feo con su novia Flor, por cosas meramente idiotas. Pero Pepito no dijo nada, nunca dice nada. Y como Flor estaba muy enojada con Pepito, me invitó para ir a pasar un día con Lupe a Liniers. Yo quise hablar con ella pero terminé hablando con Bragado y ella me sugirió que me quedara en el molde, me dijo que nos juntáramos a solas y esa fue la solución santa para no generar resentimientos.

Pues fui a Once a esperar a Bragado. Ella llegó un poco atrasada y un poquito sucia. Yo mientras la esperaba más que curiosidad, era el quicki el que me corría por dentro mío si justo la tuve que esperar donde encontré si ahí es un lugar más cercano para caminar con los ojos cerrados. Pero no impidió que pudiera entablar una hermosa amistad con Bragado, a ella a quien quiero y disfruto mucho, porque ahora que tengo más experiencia, aprendí cómo tratarla. Me gusta porque es original, sabe expresar sus ánimos y me lleva a todos lados, aunque no en viajes. Yo tengo pendiente que venga de visita al taller.

Con Bragado hemos hecho algunas y variadas travesuras, algo nuevo que incluí en mis amistades amorosas hace poquito: como por ejemplo, poner un chicle en un caño de conducción de combustible o provocar algún cortocircuito y dejar que alguna hermana de Flor se quemara... o afanar las tuercas para reparar alguna colega de Bragado para por último divertirme grafiteando a la 9039, que bien merecido lo tiene... pero nos divertimos con Bragado haciendo bromitas aunque la que le hicimos a Pico superó todo lo conocido: parece simple, consistió en hacerla descarrilar. Cuando ella supo que nosotros fuimos los de la broma, a Bragado la quemó y a mí me mandó al soplete... Ay... bien merecido lo teníamos pero cuando volví todo roto al taller, mis amigos pensaron que había hecho trabajos de mecánica y era mentira, nunca supieron de la bromita... que bien caro nos costó poder arreglarnos.

Y así somos... bueno, perdón, yo. Yo soy tranvía pero las chicas que están en los rieles son una masa.

La Pavada Ferroviaria de Lopa y Lupe LV

Cortocircuitos – Lopa

No en todos lugares la llegada del 2005 fue de buenos augurios. Mientras nos llenamos la boca criticando a las empresas y los servicios, eso es más que suficiente para desviar la atención y no ver que en los galpones donde están atrincherados los aficionados también hay fallas en los circuitos. No es que los tranvías estén en reparación o cosas por el estilo, pero bien dicho está que los sectores donde están los aficionados son la patente aplicación de la frase sálvese quien pueda y en este caso fue auténtico 100%: es que nunca falta aquel que empieza a hablar y que hablar le jugó una malísima pasada porque a su lengua le dieron cuerda de más. Pero las consecuencias de estas habladurías pronto tuvieron su efecto para que tanto el Instructor y el Jefe de Tráfico pusieran el grito en el alto y estrellado cielo: es que con eso se estaba diciendo que la palabra “suspensión” escribiría un nuevo capítulo dentro de Polvorín y un poco más allá de Valle... Pero no hay problemas, desde que se supo que era por meras tonterías, mi teoría es dejar las cosas durmiendo un poquitito y esperar porque hay cosas que no hacen falta preguntar, solas saltan y este es uno de los casos: solo dijo el inicio y al parecer, el final de esta suspensión que está haciendo historia sería en marzo. ¿Será así? Quiero creer que sí, si uno le pregunta al Jefe de Tráfico, primero es factible creer que él no sabe nada pero les aseguro que él mismo se está haciendo el sota para esperar a ver qué puede decir uno y preguntarle al Instructor es lo mismo que preguntarle a Cristo y la tempestad calmada acerca del calamitoso servicio de trenes a Moreno. Por fortuna, el Jefe de Tráfico muy poco va a entender de qué se trata el asunto, pero puedo asegurar que el suspendido lo va a entender demasiado bien. Para cuando el Jefe de Tráfico quiera reaccionar acerca de éste escrito, el suspendido ya habrá largado todo y entonces les aseguro que no hay mejor cosa que ser independiente, porque así es posible enterarse de todo y con todo a la redonda.

La plaga – Lupe

Es efectivo: ya demasiados dolores de cabeza hubo con éstos chicos tuneleros haciéndo paro que uno podía suponer que la cosa estaba solucionada. Para el que pensó en eso, puedo asegurarle que si algo podía superar a la imaginación argenta, es que los reclamos contra Metrovías no terminan en los túneles. Es que esta vez le tocó el turno a los rieles del Urquiza y qué mejor que los guardas salieron de sus puestos a hacer un poco de quilombo por los mismos motivos: aumento de salarios. En fin, para demostrar su disconformidad lo mejor fue comenzar la semana con un parito que a pesar de traer sus dolores de cabeza a la gente, los trenes anduvieron con un diagrama de emergencia... como para que dijeran que era la otra versión del San Martín en la era Metropoligarcha, pero éstos ganan por goleada. Pues si creen que el San martín es un incendio imparable, dentro de poco Metrovías con los problemas con sus muchachos, ya se están convirtiendo en un incendio que dentro de poco será imposible de controlar. Y la pregunta de siempre ¿el usuario? Como siempre, es el que se jode porque donde lo puedan cagar, lo van a hacer sin importarles tres cominos si le estás rejodiendo la vida. En fin, si el rótulo de Corruptos por definición es solo de los chicos tuneleros, ustedes señores guardas no se olviden, no se olviden que ese rótulo también es para ustedes porque he de decirles que por el usuario no les cae ni un pelo y que sus acciones no dan para que el público pueda solidarizarse con ustedes así que mi receta es que empiecen a demostrar transparencia en sus actos, aunque ya sé que van a decir que esa receta es super repetida pero la tengo que repetir porque está más que clarísimo que las cosas andan bien, bien prendidas de los pelos. Pero bueno, señor pasajero, no se haga ningún problema, mientras nuestros amados ferroviarios se dan el lujo de hacer paro, podemos aprovechar el tiempo para llamar a Dalai Lama y aprender a hacer meditación trascendental, si eso es posible.

El mejor de todos eligieron – Lopa

Luego de este incendio desatado en la empresa Metrovías fuera parcialmente apaciguado, era de notar que todavía quedaban cenizas que con darle un poquito, enseguida prendían. Pero vino un viento que llevó las cenizas y las depositó en el mejor de los lugares: no es que fueron a parar a Metropoligarcha, anduvo cerca pero casi más hacen rancho con las Ferrobestias. Es que como el incendio seguía latente, presta estuvo la TV para informar que las cenizas siguieron viaje, por cuanto quienes tenían que salir de viaje, pudieron hacerlo en condiciones muy normales –“¡Dentro de lo que se puede llamar normal” – grita Pepito- pero anda latente lo de un paro la semana que sigue. Mi pregunta es ¿son los mejores las Ferrobestias para parar? Mejor, si empezamos a mirar lo que la empresa demuestra ser, es efectivo para evocar aquella frase que dice “Dios los cría, ellos se juntan y el viento los amontona” porque la verdad, dejan mucho que desear.

Pesadillas de verano – Lupe

Es de notar que ahora estoy hablando de las Ferrobestias. Para quienes viajan en tren, esa gente está lejos de ser ferroviarios probos y más cerca de ser porquerías porque la bestialidad es algo que los define, al igual que la corrupción porque gracias a ustedes, hay corredores que hace rato ignoran que es el tren, otros andan a punto de ignorar la palabra servicio provisoriamente porque aducen la falta tractiva. Pero quienes, están los atrevidos que se atreven a todo, dicen que su parque motorizado es diezmado y alguno de esos que se dicen ser ingenieros no justificarían una GT con 3 vagones pero yo se de ojos que han registrado una GT y 2 vagones... casi más algunos servicios se ahogan y entonces A630 vino a salvar las papas del fuego pero no ese el tema, alguna vez dijeron de la privatización o que se yo, pero lo que yo digo es que si en la privatización Metropoligarcha ya tiene medio punto, vamos genial. Si aparece la COFEBO, vamos espectacular porque esta vez, si vamos a cagar fuego definitivamente. Pero le doy un consuelo al pasajero: bien dijo Nito Artaza que los argentinos somos jodones y entonces hay que demostrar que esto es una jodita en serio.

Los Grandes Momentos Ferroviarios LIV

Parálisis Tunelera


Amaneció un día cualquiera

Para el usuario del subte

No para los subterráneos

Porque el paro comenzó.

Dos turnos de cuatro horas

En el mejor momento llegó

Y el usuario del subte

En el bondi terminó.

Corrupción

Eso es lo que los define

Corrupción

Lo llevan como rótulo

Los días pasaron

Y los paros también

Ellos siguieron protestando

Y el usuario sufriendo.

Pero hay que ver un remedio

Para volver la normalidad

Ni las reuniones de trabajo

A ninguno le sirvió.

Vagancia

Eso los caracteriza

Vagancia

Ya no quieren trabajar

Afuera está que arde

La lluvia el calor ayudan

A endurecer el paro

Y a incitar a colectiveros.

A demostrar solidaridad

Cuando el usuario es el que se jode

Es efectivo que a ninguno

El tiempo no les corre.

Corrupción

Eso es lo que los define

Vagancia

Eso los caracteriza

Corrupción

Lo llevan como rótulo

Vagancia

Ya no quieren trabajar

La Pavada Ferroviaria de Lopa y Lupe LIII

Semana de muy mal abarajados II – Lupe

Menos mal que es verano y entonces podemos decirles a los argentinos que se queden tranqui, que sigan durmiendo allá en la playa y que se queden allá por un largo tiempo así no tienen que venir a ver que los túneles están incendiados. Pero no todos tienen el lujo de tirarse a tomar sol, porque otros tienen que masticarse la bronca y llevar la mufa al laburo porque realmente una vez lo disimula pero esta vez sí va a ir dispuesto a decir “¡¡¡Me cago en los subtes!!!!”. Y sí, es así, ya bien sabemos que hay algo que a ellos los está definiendo, que el rótulo es “Corruptos por definición”. Por eso les digo que el lunes es el comienzo de la semana y por ser el inicio laboral, es para olvidarlo definitivamente. Es que quienes no lo lograron advertir, les digo que la semana empezó como el culo y si la anterior había terminado pa´l carajo, vamos bien. Mientras la TV estaba presente para mostrar las correrías de los chicos tuneleros y en la superficie los colectivos colapsados, se escabulló una conferencia de prensa que no me pienso detenerme a comentar qué dijeron porque ya a esta altura, a uno lo tienen harto. Y esto fue la primera parte, veamos el segundo acto de este lunes que como todos los paros, mejor que el día acabe tan pronto como sea posible.

Semana de muy mal abarajados III – Lopa

Quienes tuvieron la ocasión de tomar el control remoto y ver un poco la caja boba, por lo menos difundieron una conferencia de prensa improvisada por los delegados de los subterráneos. ¿Habrá sido Pirelli el que habló? No sé ni me importa saber pero lo insólito de todo era que ellos habían avisado a la sociedad del paro del día lunes pero les digo que esa es la primer mentira: por si tienen problemas de memoria, ustedes, chicos tuneleros, no avisan absolutamente nada de lo que piensan hacer y lo hacen en el momento de forma tal que justo en el momento le jodemos la vida al público. Segundo. Hay una conciliación en el Ministerio de Trabajo y si no hay acuerdo elevarán los paros a 5 horas. ¿Por qué no paran todo el día? ¿Acaso hay alguna diferencia entre parar 10 horas y parar todo el día? No, ninguna, da exactamente lo mismo porque total, el usuario tranquilamente puede realmente cagarse en ustedes porque si ustedes le dan sin anestesia. Saquemos cuentas. Supongamos que mañana se haga efectivo el paro, solo ¡serán 8 horas de subte! Que más da... Tercero. “Tratamos de parar en horarios que no sean horas pico...” fue lo que expresamente dijo el conferencista. ¿Perdón? ¿Horarios que no sean horas pico? Como dice Pergolini en rojo “¡¿Qué?!, ¡¿Cómo?! ¡¿Qué dijo!”, la verdad que estoy re asombrado con esa frase porque es para decir que los ferroviarios son la truchada más grande que hay. En fín, recuerden la siguiente receta: empiecen a demostrar más transparencia en sus actos así por una vez en sus vidas pueden ganarse el apoyo de la gente porque el rótulo de corruptos por definición lo tienen muy bien merecido.

Los sucios... ¿desinfectan? – Lopa

¿Recuerdan que en los primeros días de enero piantaron del San Martín a Metropoligarcha? Y... quien no. Así como desembarcó la UGO, la cosa sigue bien gracias, lo verde sigue haciéndose propaganda cosa de que nadie se olvide y parece que la UGO se quedaría por seis meses. La pregunta es ¿qué pasará después del semestre? Bueno, habrá que ver a Patagones cuando dijo que los sucios desinfectaban, ya esto supera lo que las GR-12 son el caballo de batalla ante la falta tractiva, pero regresando a esa teoría, desgraciadamente, hay que reconocer que ante los rumores es efectivo que los sucios desinfectan más que el agua y el jabón, o la lavandina y el detergente. Y si Metropoligarcha regresa ¿habrá nuevas caripelas? ¿o serán la misma porquería? Yo les puedo asegurar que si eso sucede, será el retorno de la misma porquería porque la renovación no existe ni a ganchos. Quiero pensar que esto es una novela payasesca así que le sugiero al héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino que deje de hacerse el boludo y ponga las barbas en remojo porque ya sabemos bien lo que es esta gente y si queremos algo nuevo y como la gente, es hora de fletarlos definitivamente de los rieles.

Operación a la Maribel – Lupe

Otra de las Ferrobestias y esta vez están más dispuestas que nunca en hacer ahogar el Martita. ¿Las causas? Deterioro del material rodante y la no disposición de locomotoras. Yo les digo que eso no es nuevo y se podría haber preveído pero bueno... desgraciadamente la desidia es la reina en toda la estatal y ante esto, presto estuvieron los chicos síndicos para querer ser la otra versión no menos trucha de la CNST de salvar el tren. ¿Qué dice la población de todo esto? Por el momento se la va a creer que quienes rodamos los rieles, no hay mejor elemento que para hacer operaciones que los trenes porque los chicos síndicos se pueden convertir su llamado en algo político. Ahora, su denuncia es certera pero ¿recién ahora descubren que la locomotora anda a medias? Mejor digamos Ferrobaires siempre fue la nulidad rodante. Pero mientras ellos sigan tirando patadas a los políticos, yo les volveré a hacharles la cabeza porque mientras que por delante critican a los políticos, por detrás les lamben las medias... una suerte de chupamedismo. Tranquilos chicos síndicos, ustedes hacen muy buena pareja con los chicos tuneleros porque a ustedes también les cabe el rótulo de Corruptos por definición.

Costumbres argentinas – Lopa

Hay cosas que se repiten como la cosa más normal del mundo. Así, como es tan común que venga un tren y estrague a algún idiota que nada tiene que hacer en las vías o algún imprudente que cruza con las barreras bajas, eso parece ser un mal que no tiene cura, que siempre administran la misma medicación pero parece no tener efecto alguno, excepto cuando el tren te estragó. No sé qué sentirán tener que andar por un lugar prohibido donde se corre el ciento por ciento de accidentes pero esta vez, unos adolescentes pudieron comprobarlo y así les fue cuando se quemaron al tocar algo que no correspondía. Y bueno, no importa, para ellos será chiste hacer esas cosas aunque para otros son una tremenda pesadilla. Esta si que ni a palos nos curamos así que lo único que queda por decir “¡Que viva la joda!”.

Una nueva historia con la vieja Fortabat – Lupe

No sé qué le habrán visto a la vieja Fortabat que en marzo se sabrá el nuevo contrato para FR. Tras la audiencia celebrada en Olavarria, allí se le pudieron las cartas en la mesa acerca de los incumplimientos que ellos averiguaron los números pero solo son números, lo que importa es qué cuernos hicieron. Eso sí, se acordaron de todas las cosas que no pagó pero sí le recordaron todo lo que se lleva en sus trenes. Ojo, que eso es el sector “Defensoría del pueblo”, en el rincón “FR” se quejaron por no poder incrementar las tarifas, de la no regularidad y la incompetencia frente a los camiones. Perdón, voy a decir algo pero que yo sepa, como toda carguera, tiene sus trastadas y por si se olvidaron o sufren de amnesia, que se acuerden que gracias a ellos los trenes a Quequén desaparecieron y Quequén desde la Unidad está esperando la ocasión de prenderlos fuego. Ahora, nosotros siempre decimos de la vieja Fortabat pero no dije que también los gallegos con el Banco Francés andan en la redada. Solo espero que si les renuevan el contrato, que esta buena gente empiece a rehacer las cosas como corresponde y que no haya otro “tolvas cerealeras al agua”.

2003 – 5 años de mí – 2008: Mustafá & Malena

Nota: Fantasía

La puerta del departamento 27 de un piso noveno, ubicado en un edificio de la calle Jerónimo Salguero al 700 y pico se cerró con llave. Llamó al ascensor y llegó a la planta baja. Por el espejo del “montacarga” se reflejaba la imagen de una muchacha, morocha en todo: por fuera y en su ser, maquillaje desde los ojos, pasando por los labios hasta acabar por sus largas uñas de los dedos. Un peinado algo desprolijón por el tipo de corte, en degradé, una chomba blanca de piqué, falda negra hasta las rodillas. Sus piernas lucían como dos palitos con medias transparentes y zapatos a la ocasión.

Se abrió la puerta tijera del ascensor en planta baja y tras caminar despacito hasta la puerta de salida, la puerta de salida a la calle se volvió a abrir para sacar a la luz a dos piernas que bajan el par de escalones como una modelo... se alza aquella esbelta figura seductora tal vez. Frente a ella, había un tranvía estacionado, esperando exclusivamente a ella.

- Arriba señorita

- ¿Yo? Debe usted estar muy equivocado...

- No. Me enviaron buscando a la señorita Malena.

- Y piensa que ando rastreando aquel 168... el...

- ¡Mustafá! Soy yo. El colectivo, va por las suyas. Yo voy sobre rieles.

En verdad, existe un interno del 168 que va a Griveo apodado Mustafá. Cada tanto se lo sabe ver dando vueltas junto a otros colectivos, como el 127, el 19, el 151 cruzándose con el 128 y el 92.

Que se diga lo que quiera, pero Mustafá tranvía sabía que podía robar energía a Edesur, a menos que le cortaran el trole. Nunca se supo de donde salió. Ni tampoco como dio con esa chica.

- Por segunda vez se lo pido: suba que la llevo donde desee.

- ¿Y a dónde podemos ir?

- Donde guste.

- Esta bien... – miró hacia ambos lados mientras veía el pasar de los coches – si usted lo dice.

Con cuidado subió al tranvía. Cuando se aseguró de estar en el asiento, un cortito sonido de la campanilla y se puso en marcha, en medio de todo el caótico tráfico.

No emitió palabra alguna, pues le parecía algo sumamente extraño estar viviendo los mismos recorridos que alguna vez, o tantas veces hiciera en colectivo, y ahora tenía la posibilidad de que un tranvía la llevara a pasear. Pero observó un detalle: no había motorman. Quiso saber cómo hacía para dirigir... o gobernar el vehículo ¿no?

- Perdón...

- ¿Le cuesta demasiado pronunciar la palabra Mustafá? ¿O le genera una profunda vergüenza?

- Ni una ni la otra. Disculpe...

- ¿Por qué?

- He notado que... que más allá de los intentos caballerescos, o cosas por el estilo, no sé quién es, ni he visto nadie que lo dirija en medio de todo el tránsito...

- ¿Cómo no sabe quién soy?

- Pues estoy hablando con un montón de fierros.

- ¿Y los colectivos que habitualmente usas no son muchos fierros? Claro, porque viajas como sardina enlatada. Tienen ruedas infladas con gomas de aire.

- En eso tienes razón... pero quién lo dirige...

- ¿Para qué quiere al motorman? Yo soy suficiente. Yo sé por donde vamos...

- ¿De veras?

- ¿Dudas acaso de que no sepa por dónde voy? Puedes decirme por donde vamos muñeca.

- Pues... me gustaría ir a tantos lados...

- Para eso la dejo aquí. Yo sigo viaje y busco otra Malena que quiera que la lleve a pasear.

- ¿Y para eso me trajo hasta aquí, a Juan B. Justo y San Martín?

- No me especificó donde quería que la llevara y donde quiere que la deje...

- Me parece que lo más sensato sería regresarme a mi domicilio.

- Te dejo en tu domicilio que tengo otra Malena esperándome...

Mustafá tenía algo de apuro en dejar a Malena en su domicilio. Bien sabía que otra muchacha lo esperaba para pasear. Para mimarlo. Quererlo. Atenderlo, porque para él, todo estaba bien. Lo que se dice, un tranvía bien mimoso.

- Hemos llegado.

- ¿Eso fue todo por hoy?

- Sí. Nos vemos en otra ocasión, donde la vida nos cruce. Sin lastimarte, debo marchar, donde un par de manitos me esperan para darme mimitos.

- ¿Mimitos? ¿Así que te miman?

- Por supuesto. ¿Y por qué imaginas que soy como soy?

Y Mustafá se marchó ante la larga mirada de la Malena que lo vió desaparecerse por Guardia Vieja, que fue donde dobló. De ahí se tomó un colectivo que la dejó en Liniers, hasta que pasó Maribel.

- Que pinta la tuya nena...

- Pues... me ha visitado un tranvía...

- ¿Tranvía? Un tal Mustafá seguro.

- Así dijo llamarse.

- ¿Por dónde te llevó?

- Unas cortas vueltas por Palermo, algo de Villa Crespo y me regresó a mi casa, apurado porque otra Malena lo esperaba para darle mimitos.

- Te cuento un secretito. Mustafá, contra todo lo que se diga, es un tranvía que le gustan mucho las Malenas. Yo, como esta mole americana, sé perfectamente que a él le gustan las Malenas como tu, pero las mimosas. Detesta las ordinarias. Tal vez no has sabido llegar hasta donde él quiere. No lo domas tú, sino es él el que te jinetea.

- ¿Cabaretero?

- Tal vez... puede ser. Por eso buscó regresarte a tu domicilio lo más pronto posible. Porque no solo lo externo debe provocarlo, sino cuanto puedes darle. El es así. Y como todo, lo será por el resto de su existencia.

- Que se muera en el cementerio de Haedo...

- No digas eso porque debes saber que las Malenas que han pasado con él, todas, pero todas, terminan suicidándose en los eléctricos del Sarmiento.

- ¿A qué se debe?

- Depresión y desencanto. Les paga así. Por eso, has sido inteligente y no te dejaste llevar por sus encantos. Va a volver por ti. Y ahí lo domarás, a la tuya.

- ¿Y qué hay que elijan los eléctricos del Sarmiento y no otros?

- Porque él les escribe los destinos sin que lo sepan. Ví varios en Liniers, Morón, Ramos... el amor y el encanto se pagan con la muerte.

Después de todo, Maribel tenía razón: Mustafá volvió por aquella Malena de la calle Salguero. Esta Malena que solo ella supo domarlo como ella quiso sin dejarse ganar por sus encantos amorosos y acabar en el suicidio, como otras.

- Bien Mustafá. Supongo que vas venido por mí porque no hallas más Malenas a quienes enviar al degolladero del Sarmiento ¿verdad?

- Mientes en absoluto...

- Tú no tienes pruebas para refutar lo que acabas de decir.

- Por supuesto que sí.

- ¿Ah sí?

- Sí. Porque Maribel te vendió.

- ¿Maribel? Y yo que creía que... que podía ser mi novia...

- Por lo pronto no.

- Que gran odio es la vida... por qué... – y empezó a llorar Mustafá.

- No llores. Vamos. Hazme feliz llevándome a pasear nuevamente por Buenos Aires.

- Te haré feliz y ahorita mismo vamos a desaparecernos de acá – dijo y se marcho.

Nunca más se supo que fue de él.