Así vivieron ellas el día de furia en Haedo y lo expresaron a través de ésta carta:
Prov. de Buenos Aires, Martes 1º de noviembre del 2005
Querida Estación de Trenes Haedo:
Parecerá ridículo esto, pero es una de las tantas formas que se nos ocurrió para poder darte un consuelo ante tanta barbarie junta.
Haedo: Las heridas están candentes... abiertas... la sangre de ellas aún gotea. No sabemos sinceramente cómo explicar éste día de hoy.
Tú, que hace 114 años hiciste pie, diste pie a la primer línea de ferrocarriles, alguna vez denominada Ferrocarril del Oeste, denominación que alguna vez es usada, a las perdidas; luego has devenido en la denominación Ferrocarril Domingo Faustino Sarmiento. Muchas empresas pasaron por tus manos, hasta la casi extinta Ferrocarriles Argentinos y devenir en dos empresas ferroviarias de cuarta: Trenes de Buenos Aires y Transportes Metropolitanos General Roca.
Parece mentira el tiempo que pasamos juntos... miramos el tiempo atrás y muchas generaciones pasaron y tú, tú hiciste historia con todos nosotros porque así lo quisimos. Aquellos primitivos pobladores que instalaron sus casitas y comercios hicieron a tu grandeza... ¡Qué grande sos Haedo! Grandeza la tuya que sufriste una reforma para el bien de todos. Y perduraste la historia... pasó el siglo XIX, soportaste los 100 años del siglo XX y atravesaste los umbrales del siglo XXI como un monumento que sos... Y mira, hoy es martes 1º de noviembre del 2005.
Pero hoy es martes. Desde la historia muchos millones de personas pisan a diario tus andenes... apurados, despacio, todos, todos con un destino que solo ellos saben. Pero siempre queda alguno que siente aún todavía esas ganas de venir a mirar pasar los trenes. Son muchas cosas que se mezclan, todas juntas... encuentros y desencuentros... No solo quienes andan por la zona dan color al paisaje, sino quienes desean viajar kilómetros adentro completan el paisaje, aunque no más sea, tan rápido como un suspiro.
Hoy es martes Haedo y por favor podemos decir que no lo vamos a olvidar jamás: ese día podía ser uno más como cualquier día, pero no lo fue así. Estamos tristes y no tenemos palabras para explicar lo que te pasó. Sentimos la impotencia y al final morimos en los versos “Uno está harto de preguntarle a la vida siempre porque y porque”. Es duro.
Nada va a volver a ser como antes. Aunque ciertas cosas vuelvan, tú no serás lo que eras antes. Nos duele. Nos duele y el alma se nos parte en mil pedazos, como los vidrios que estallan de un piedrazo. Hoy nos diste un golpazo a la memoria arquitectónica ferroviaria y sentimos ganas de llorar. Nunca olvidaremos éste día, que podía ser uno más. Uno más hasta que los relojes marcaron las 9 en punto. Que un tren venía demorado. Ese tren ahí quedó. Que los pasajeros debieron descender ahí porque el altoparlante así lo indicó y un tren los vendría a buscar. Que la otra formación venía abarrotada. Que las demoras habían llegado hasta el tope. Que los pasajeros encendieron la protesta. Y hasta acá, protesta normal.
Pero te dejamos éste párrafo aparte porque queremos pedirte Haedo que perdones a éstos inadaptados (Usamos esa palabra pero tanto tú como todos sabemos que otra palabra anda en boca de todos) que te hicieron tanto daño. Aunque vaya a saber si hay perdón para ésta gente, queremos creer que sí. Tú sabes que los pasajeros no fueron los culpables, sino que era algo premeditado. Que un nutrido grupo de inadaptados arrasó contigo, las boleterías, barreras, comercios, vagones... los alrededores tuyos... te convertiste en el infierno... en 114 años de historia, hoy Haedo, has escrito la crónica de un día infernal donde la furia lo pudo todo y no hubo bomberos que valieran para salvar las piezas valiosas que solo tú poseías... Ver cómo ardías mira... no tenía nombre. No tenía nombre ver las cosas que hacían con total impunidad siendo que hasta los filmaban... Pero nos quedan los buenos recuerdos, la memoria, nuestro paso (Somos varios ¿eh?). No podemos esquivar mencionar a éstos vándalos que ignoraron por completo tu pasado.
También perdona a las fuerzas de seguridad por no haber actuado a tiempo. A los funcionarios de turno y a las empresas que no hacen lo que deben hacer.
Bien sabemos que pronto vinieron al lugar. Te convertiste en el campo de batalla. Los trenes no supieron que era pasar por ahí. Hasta que alguno se atrevió a parar para la alegría de los curiosos que vinieron a ver qué sucedió contigo... Sabemos que ves todas las cosas que suceden a diario. Pero tú no serás la misma que antes.
No lo serás, en absoluto. Ni los pisos, ni los techos, ni tu estructura será la misma de antes. Se llevaron un pedazo de la historia argentina, ignorada, por cierto.
Ellos podrán reconstruirte, pero lo perdido, es perdido. Y ese es el dolor. Dolor de tanta barbarie junta, tantos inadaptados sociales que están en la comisaría de Morón... Bien sabemos y nos jugamos a que será así –esperamos equivocarnos- que los van a soltar. Por un motivo o por otro, quedarán libres. De mientras, eres testigo de cómo el Gobierno, TBA y el Grupo Quebracho se cruzan misivas de todo tipo y calibre. Ya no vale de nada porque la destrucción ya la hicieron.
Desde nuestra parte, trataremos de seguir paso a paso cómo vuelves a pararte, cómo puedas, pues es imposible esperar que se reponga todo lo original. Queremos verte de vuelta reluciente. Pero no nos olvidamos que eres, sos y seguirás siendo la Estación de Trenes Haedo. Del Ferrocarril Sarmiento, por cierto.
* Nuestras firmas van en representación de nuestras hermanas*
Flor 652 – TBA
La Chabona 8453 – Ferrobaires
Cobo 9076 – Ferrobaires
Nancy 6588 – FEPSA
Denise 6620 – FEPSA
A611 – TMR
PD. ¡Pero los pensamientos quedarán!
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