A los Ferroviarios (Quienes están en el FC y los aficionados) en su día
Tic, toc, tic, toc tic, toc... tic, toc, tic, toc, tic, toc... tic, toc, tic, toc, tic, toc... tic, toc, tic, toc, tic, toc... El reloj marcaba los segundos, los minutos y las horas.
Hartos y aburridos de estar paveando en Polvorín, Aquilina le propone a los demás “Vamos a pasear”.
“¿Pasear? ¿Dónde?” – pregunta Truman Capote.
“Por el recorrido, animal” – le dice Aquilina.
“Buaaaaahhhhh!” – se despereza Cibriano.
“¡Anuncialo un poco más fuerte bestia!” – le dice 22 a Cibriano.
“¿Quieres un anuncio más fuerte? Yo tengo éste: guuuuuaaaaaccccc!” – hace Cibriano.
“Que asco Cibriano... realmente eres un guaso” – le dice 22 y hace una mueca.
“Gracias pibe... la guasedad conmigo siempre fue de la mano” – dice Cibriano.
“¡¿Cómo no va ir la guasedad contigo si tú mismo eres un chancho?!” – inquiere 22.
Pepito intercede para parar la pelea, les dice “¡Paren de pelear! Nos tranquilizamos y vayamos a pasear”.
“Vamos a la carga” – anuncia Truman Capote.
A las 19.50 los tranvías salieron de Polvorín a pasear. Una larga fila desfilaba por la calle Emilio Mitre ante la mirada de los vecinos. Pero al llegar a Primera Junta, Cibriano propuso “Che, vamos a ver cómo anda abajo”.
“¿Estás loco? A éstas horas están prestando servicio y nosotros vamos a meter las narices” – le dice Lupe.
“¿Qué miras Cibriano?” – pregunta Truman Capote a Cibriano.
“Me huele que hay quilombos” – le dice Cibriano.
“¿Qué hacemos ahora?” – pregunta Pepito.
“Bajar a los túneles” – dice Cibriano.
“Bajar a los túneles... A nuestro jueguito nos llamaron!” – exclama Lopa.
Pepito abrió la puerta y Cibriano propuso “¿Qué les parece si jugamos al juego de largarnos por la rampa?”.
“Lo que se está perdiendo mi novia Flor... bueno, vamos a divertirnos... Yuuuujuuuuu!” dijo Pepito y se largó por la rampa a toda velocidad.
Luego siguieron 22 y Truman Capote. Acoplados se mandaron por la rampa Lopa y Lupe. Después siguieron Aquilina y su acople.
Desde arriba Cibriano gritó a sus amigos “¡¿Ya puedo?!”.
“¡¡¡¡Síiiiiiii!!!! ¡Dale Cibriano, lárgate!” – le gritó desde abajo Lupe.
Abajo, Aquilina le dice a Lupe “Tómale una fotografía a éste camión sobre rieles”.
“¿Para qué si cada uno de nosotros tenemos una cámara de video arriba del trole? Eso es más divertido cuando tengamos nuestro video” – le dice Lupe – “Pero igual voy a tomarle una fotografía”.
Cibriano arriba dice “¡¡¡¡Allá voy amigos!!!!” y se larga por la rampa. Mientras va por la rampa grita “Yahoooooooooooooo”. A toda velocidad llega al final de la pendiente, que sigue por la vía contigua a la cual había quedado sus amigos.
“¡Es re divertido!” – les grita Cibriano a sus amigos mientras pasa al lado de ellos. Hasta acá, la visita a los túneles venía bien. Mientras Cibriano seguía con el embión de haber bajado la rampa, Truman Capote le grita “¡Aplica los frenos Cibriano, o de acá saldremos más rápido que cuando bajamos!”.
“¡¿Qué?!” – grita preguntando Cibriano.
“¡¡¡Los frenos Cibriano!!!!” – le gritan Truman Capote y 22.
“¡La vía está libre amigos, ya va a acabar la velocidad!” – les grita Cibriano para tranquilizarlos.
“¡Frena Cibriano, mirá adelante!” – le grita 22.
Cibriano mira adelante y grita “¡Obreros en víaaaaaa!”.
A unos pocos metros había unos obreros en la vía. Uno de ellos se da vuelta y ante la luz que se aproximaba grita “¡Es ese loco tranvía! ¡Salgan del camino!” y los tres obreros saltan de la vía. Uno de ellos se incorpora y le grita a los otros obreros que estaban unos metros más adentro internados en el túnel “¡Cuidado con ese tranvía loco!” pero después se daría cuenta que su aviso no llegaría a tiempo.
En tanto, Cibriano trata de aplicar sus frenos pero no le andan “¡Maldición! ¡Se cortó mi freno de emergencia!”. Al ver que la situación no tenía salida, grita pidiendo ayuda a sus amigos “¡Ayúdenme amigos estoy en problemas!”. Esa frase resonó como eco en el túnel. En estación Primera Junta, Pepito les dice “Oigan, yo oí mal pero Cibriano dijo que estaba en problemas”.
Mientras, en el túnel, Cibriano vuelve a gritar “¡Ayúdenme amigos estoy en problemas!” pero metros antes de llegar a estación Acoyte, frena bruscamente.
Una vez que frenó, trata de rebobinar en la memoria qué sucedió. Hasta que da cuenta “Atropellé alguno”.
Por atrás llega Pepito que le dice “Ven Cibriano, tranquilizate” y lo tracciona. Cibriano ve que atropelló a tres obreros en la vía y le dice a Pepito “Pará Pepito... creo que hice pomada a tres chicos tuneleros”.
“¿La módica suma de tres? ¿Solo tres? Vos debes ser el único estúpido que sientes nervios por haberlos pasado por encima, yo sería el tranvía más chocho del mundo” – le dice Pepito.
“¿Pero todos son de la misma yostra?” – le pregunta Cibriano.
“Si te digo que el túnel A está incendiado... si terminaron bajo tus ruedas que se jodan” – le dice Pepito.
“Lástima que no pasé por arriba a ese tal Pianelli” – le dice Cibriano.
“No ensucies tu honor de tranvía en ese Pirelli tunelero... ese dejalo vivo, alguno tiene que seguir ligando” – le dice Pepito.
“Si el túnel A está incendiado... ¿Cómo están ustedes allá?” – le pregunta Cibriano a Pepito.
“Como espectadores. Pues, en el andén están todos meta bombo, platillo y canciones y la prensa ya llegó” – le dice Pepito.
“¡Vamos! Total, Metrovías va a creer que la culpa de éste accidente la tuvo una formación, no van a pensar que un tranvía los pasó por encima” – le dice Cibriano.
“Pero no fue pa tanto, ¿ves? Están vivitos y coleando ¡Vamonos de acá!” – le dice Pepito y lo tracciona rumbo a Primera Junta.
Cuando llegan a Primera Junta, Aquilina le dice a Cibriano “Che Cibriano, llamó tu novia Bragado para saludarte”.
“Le hubieras dicho que nos estamos divirtiendo en los túneles” – le dice Cibriano.
“Le dije, y Bragado me dijo que con un poco de viento y suerte a nuestro favor íba a ver entre las chicas a quien podían enviar” – le dice Aquilina.
“¿Qué te paso Cibriano?” – le pregunta Lupe.
“Nada, se me cortaron los frenos y pasé por encima a tres chicos tuneleros” – cuenta Cibriano.
“Ah, hiper rápido llegó la info, por eso originaron este nuevo incendio” – dice Truman Capote.
“Y lo mejor de todo es que estamos siendo parte de él en primera persona Capote” – se ríe Aquilina.
Justo suena un teléfono y Aquilina atiende “Hola”.
“Hola Aquilina, soy La Chabona, voy en camino con mis hermanas Maribel y Jo, justo nos dieron franco libre. Ya vamos para allá” – le dijo La Chabona y cortó la comunicación.
“Oigan... tengo mailas noticias” – dice Aquilina.
“Aqui, ya sabemos que las noticias vienen como el orto. ¿Algo más tiene que seguir como el upite?” – pregunta 22.
“Prender velas a todos los santos para que no pase lo que pasó en dos oportunidades anteriores” – dice Aquilina.
“Sin hacer malos presagios, ¿será que vendrá Maribel también?” – dice Lupe.
“Bien has dicho Lupe, vienen las chicas 16 y una tal Jo” – le contesta Aquilina.
Truman Capote empieza a rezar: “Trole santísimo, que estás en el cableado, santificado seas por siempre, rueda por éste cableado, rueda por las vías, en las ciudades como en el campo. Danos permanencia y existencia en los tiempos, existencia y cultura en los espacios, conforme nosotros sigamos los pasos en las vías, no nos dejes que nos pasen por el soplete y sigamos los pasos en la vía. Amen”.
“Te faltó la bendición Capote” – le dice Aquilina.
“Sí amigos... En el nombre del trole, la vía y la palanca de cambios. Amen” – anuncian La Chabona, Maribel y Jo.
“Chicas... gracias por venir. Van a alegrarnos la noche” – dice Pepito.
“No Pepito amado, vamos a reventar la noche” – dice La Chabona.
Entre los tranvías se miran. Aquilina dice “Fiebre de lunes por la noche”.
Justo se encendieron las cámaras ante una improvisada asamblea de los delegados para justificar el paro. Pianelli empezó a declarar “Hoy la empresa envió a un grupo de compañeros nuestros a trabajar al túnel sin recibir ningún tipo de instrucciones de trabajo ni de protección y se originó un accidente a causa de ello. Pero también estamos para pedir un aumento a la empresa, ya que muy poco se puso aquella vez que hubo paro. En ésta ocasión se está llevando una retención de tareas por cuatro horas...”
“¡Declaren también ante la prensa los motivos por los cuales a ustedes les colocaron el rótulo corruptos por definición!” – dice Aquilina y consigue llamar la atención de la prensa.
“Más que solidarios, yo sé que es lo que son ustedes!” – dice Pepito - ¡Ustedes son unos carneros!”.
“¡Carneros chorros! ¡Chorrísimos!” – la remata Maribel.
Los delegados reaccionaron y dijeron “¡Esos malditos tranvías de vuelta otra vez! ¡Siempre nos hacen quedar como el culo ante la prensa!”.
“¡Lo que pasa es que nosotros decimos la verdad ante la prensa! ¡Y cuando decimos que ustedes son tan chorros y cómplices de la empresa, ustedes se sienten tocados! ¡Vendidos!” – grita Truman Capote.
“¡También digan que el mes pasado se afanaron cerca de 1.000.000 de pesos a través de cometas que le pedían a los ferroviarios para que hicieran la vista gorda por la otra plata que le coimearon a Metrovías para no parar la línea Urquiza!” – gritó La Chabona.
“¡¿Y lo que coimearon en La Fraternidad y la Unión Ferroviaria?!” – grita Maribel.
Pianelli ante la munición gruesa de tranvías y locomotoras, dijo “Son mentiras... nosotros nunca hemos pedido plata a nadie y ni tampoco lo haremos porque somos hechos y derechos” a la prensa.
Pero Cibriano le gritó a la prensa “¡Y también ladrones Pirelli trucho!”.
El intercambio de improperios acabó cuando uno de los delegados arrojó una botella con fuego, que dio en la carrocería de Aquilina, pronto empezó a arder.
“¡Auxilio, me quemo!” – gritó Aquilina.
Jo saca su matafuegos mientras trata de accionarlo, dice “Espero que esta porquería funcione”. Luego de luchar un rato quitando el precinto de seguridad, esparce su contenido sobre Aquilina.
“Ufffff! Que tufo a quemado...” – dice Aquilina.
“Vamonos de aquí!” – dice Jo incitando a los demás a huir del lugar.
“¡Vamos para el lado de Acoyte!” – propone Cibriano.
“¡No idiota! ¡Ahí están los chabones que pasate por encima!” – dice La Chabona.
“¿Y a dónde vamos entonces?” – pregunta Jo.
“Vamos a salir por la rampa” – propone Pepito.
“¿Y el cordón quién lo abre?” – pregunta Maribel señalando a los ferroviarios que estaban protestando con un corte en las vías.
Se miraron y La Chabona dice “Esto nos va a ayudar, no requerimos de musculosos ni nada” y sostiene una bombita de humo.
“¿Y quién la tira?” – pregunta Truman Capote.
“Déjalas a ellas, ellas son de acero y no les van poner un dedo encima así porque sí, luego vamos nosotros” – la resuelve fácil Pepito.
Maribel toma la bombita, le quita el gancho activándola y con una cauchera, la arroja desde la oscuridad del túnel a la multitud apostada en las vías.
La bombita al llegar a la multitud explota largando humo y olor. Se genera una situación de confusión y Maribel grita “¡Ahora! ¡A salir de aquí!”.
Y todos salieron rumbo a la rampa. Para cuando reaccionaron los ferroviarios, vieron que los tranvías y las locomotoras se habían alejado.
Arriba, Maribel dice “¿Están todos enteros?”.
“¿Volvemos a Polvorín?” – pregunta 22.
“No queridito 22... no es conveniente regresar. Reciencito salimos de la escena caldeada y Polvorín suena a peligro latente” – le dice Jo.
“¿Saben? La verdad es que no tengo ganas de pasar la noche entre los autos y los bondis” – dice Cibriano.
“¿Y a dónde cornos quieres ir a pasar la noche camión?” – le pregunta Aquilina.
“Vamos a Lacroze” – propone Truman Capote.
“Para eso vamos a Escalda” – dice Maribel.
“¿Escalda? ¿No seremos demasiados?” – pregunta Cibriano.
“Para nada Cibriano... éramos pocos...” – dice La Chabona.
Y la mejor salida fue pasar la noche en Escalda.
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