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jueves, 27 de marzo de 2008

Café Ferroviario LXXXVI: Cuentos Cariocas según Loretta

Bueno señores, monólogo 86. Tanto tiempo metiendo libreto debajo de toda esta carcasa de hierro con lo destacado de la semana, ésta vez voy a hacer un monólogo recordando las últimas correrías de ALL a ver si aprendemos algo ¿eh?

Señores: cuando allá por el 2003 puse la jeta en TEA para pisotear después de trece pirulos la vía rumbo a Posadas, muchas cosas existían: la Cris Kirchner estaba, el Pingüino existía, Julito De Vido también estaba... muchos personajes estaban, al igual que la Lavagna pero otros también existían: la CNRT, el ONABE... y, por supuesto, no podía faltar éste, ALL. Sí, ALL, América Latina Logística, aquella empresa brasilera sucesora en el grupo Pescarmona que agarró éste par de líneas ferroviarias luego de que Pescarmona decidiera lastocarselas porque vio que los negocios no iban ni para atrás ni para adelante.

Tan pronto como fue posible, un buen día nos caímos del catre y nos desayunamos con la existencia de ALL. Al inicio muy poco se dijo pero ahora quién iba a pensar que son todo un dolor de cabeza ¿no? Ahora, lo que no queda muy en claro es si el colapsamiento de los ferrocarriles Urquiza y San Martín trajo a ALL o si ALL condujo al colapsamiento de ambas líneas. Pero la respuesta es muy sencilla: lo que pasa es que hace años estamos padeciendo las dos cosas.

Mientras los trenes uno por uno empezaban a dar sus flores de tumba carnero, ellos despacio empezaban a echar raíces. Y lo hicieron de una forma muy elegante, y qué mejor que un buen cuentito carioca para tener la cosa tranquila... Pero en éstos últimos tiempos, el escenario parece habérse trasladado allá, al Litoral. Lo que pasa es que cuando el Pingüino aparatoso del sur abrió la boca para poner en circulación el Gran Capitán, todos estábamos contentos y felices por el retorno de un nuevo tren de pasajeros. Pero detrás de esa promesa, ALL ya estaba tirando con munición gruesa: primero empezó con los permisos y justamente, tan rápido como la ferrari de Schumaher firmaron los permisos y acordaron “a tientas” que ALL auxiliaría al Gran Capitán. Yo también me mastiqué ese cuentito pero cuando tuve que poner mis ruedas para pisotear ese corredor, entendí que a mí nunca me pasara nada porque tranquilamente me iba a quedar en pelotas en el medio de la nada! Eso sí, menos mal que yo misma tenía que ser mi cura ante eventualidades porque más de una vez tuve que salvar los ahogados de ALL. Y eso que ALL era nuestro auxilio...

El asunto de los permisos fue la primer munición que lanzaron los monos. Pero cuando del bando del Pingüino aparatoso consiguieron igualar la cuestión, los monos volvieron a la carga: entonces quisieron hacer masticarnos el cuento de las llantas de la 7911 – Gentes, soy yo misma...! – pero naides entendía ese asunto así que tan rápido como fuera, otra nueva munición cayó y ¿qué motivo aducían ésta vez? simple: la desaprobación técnica de los coches. La verdad es que la guerra en el Litoral recién estaba empezando... y eso que aún no había salido al ruedo el Gran Capitán!

Cuando empecé a pisotear nuevamente el ramal, ahí me dí cuenta de que la guerra estaba desatada! Los descarrilos y ese horroroso viaje a Posadas me parecen algo tan interminable porque las vías dan asco, o será que cuando dejé de circular estaban un poco mejores pero actualmente no sé si ya están a punto de colapsar. Pero no me preocupo, por ahora tengo tiempo de sobra para seguir tirada entre la chatarra de ALL, no me hago drama.

Pero sigamos con ALL. Si había que seguir la rebelión del retorno de los servicios de pasajeros, los entrerrianos tuvieron una buena idea: un servicio local desde Villaguay a Basabilbaso. Hasta acá, nada del otro mundo. Pero lo peor qué pudo haberle sucedido a ese pobre trencito fue haber padecido una pesadilla estilo peor temporada de Metropoligarcha pero a la entrerriana con los monos... cómo no podía serlo si en dieciocho meses solo supo de eso... Claro. Una cosa es la rebelión del retorno, un cuento cuyo autor es el Pingüino aparatoso del sur y otra muy distinta es la rebelión de rodar. Ustedes se preguntarán ¿qué significa eso? Bueno, la “rebelión de rodar” significa la existencia de algunos tiempos en los cuales el tren dice “hoy no salgo”. Pero ¿será que el tren se apotra a no salir o es que los empleados están por estallar? Me parece que las dos cosas son validas.

Yo dije que ese trencito vive una pesadilla tipo la peor época de Metropoligarcha a la entrerriana y es posible de ver, presto que menos mal que tenía que haber algún revoltoso que dos por tres pusiera el grito en el alto y estrellado cielo de tanta tomada de pelo junta... Es verdad pero lo que me pregunto es si éste Jorgito hace el quilombo que hace por el bien del tren o por detrás no hay otra intención... O... O... O... O que todo es posible. Todo vale y es válido. Lo que pasa es que Jorgito ya estalló, los que todavía no estallaron fueron los de ALL. Pero bueno, según él, permitieron que el lobo cuidara al gallinero pero les digo algo: ¡Chocolate por la noticia!

Veamos qué hace ALL por los pasajeros: bueno, para quienes habitan en BA lo que tienen que hacer es trasladar todas las peores cosas que hizo Metropoligarcha en la crisis a ese trencito y, amen de adosarle el cóctel explosivo: un motor debajo de un baño. Un ¿qué? Sí, oyo bien: un motor generador debajo de un baño. Según ALL, esto iba a generar algo de luz y muchas gracias. ¿Y lo demás? Bueno, lo que puedo anunciar es que Jorgito estalló pero la cosa va a reventar gigante el día que ocurra un accidente. Entonces tal vez sea hora de pensar que Jorgito tal vez estaba haciendo las veces de profeta, pero a la ferroviaria. Yo les aseguro que es factible que estemos por cagar fuego definitivamente.

Acá es la escena del trencito de pasajeros. ¿Y las cargas? Ay! Vaiga dolor de cabeza!!! Bueno, la playa de Basabilbaso lejos de ser una playa para turismo ferroviario, alguno acertadamente lo llamó “Cementerio de chatarra”. Lo que pasa es que cada tranco, los trenes hacen un tumba carnero, siempre alguno queda patas para arriba y querer informar un acontecimiento de éstas características tal vez sea una misión imposible. Pasa que si los periodistas intentan revolver algo, los sacan a piedrazos pero, cómo será que todo objeto ambulante les es molesto para los ferroviarios de ALL que hasta los políticos son blancos perfectos... y qué no te agarren porque todos los insultos son válidos, hasta el clásico de los gestos un tanto “obsenos” (Amigos, hay que ser un poco finoli y no tan guaso a la hora de expresar las cosas!). Como que nada, no sabría cómo llamar a éste incidente, pues de ésta manera, Entre Ríos va rumbo a moverse como un flanazo! Lo que pasa es que éste flanazo va a venir –o quién sabe si no lo estamos viviendo en carne propia, es decir, el presente mismo!- cuando los ingenieros vengan a decirnos que al final de la concesión nos van a devolver dos pares montados, un gancho y tres durmientes bajo el cuento de “Y bueh... esto es lo que nos quedó”. Pero... pero... pero lo que pasa es que alguno alcanzó a decir que es la empresa la que se dice llamar “la que nunca para” pero con todo éste flanazo dando vueltas, la empresa que nunca para, digamos que nunca para sobre nuestras vías... claro... lo que nunca para sobre nuestras vías es de descarrilar. Con éstos grosos antecedentes es todo un peligro en todos los sentidos. Si de alguna manera debía seguir éste flanazo, tal vez sea posible que ALL venga a echar raíces en las tierras de Urquiza y entonces uno se pregunta ¿Dónde está el Héroe Ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino que no se ve andar? ¿Acaso se olvidó de la rebelión ferroviaria? ¿Se olvidó acaso de que tiene mucha limpieza para hacer por delante? ¿O no supo todavía que los sucios desinfectan? Después no digan después que les dicen “ALL: Aveces LLegamos” o “ALL: Asociación Latinoamericana de Ladrones”.

Y bueno señores, aquí estamos, con Entre Ríos que vive en otra parte, menos en Argentina, que baila el carnaval carioca junto con los monos de ALL mientras que ignorando antecedentes firman contratos, y, hasta también, hacernos creer que las locomotoras son patrimonio del estado vecino. ¿Qué? Usted seguramente va a decir que nos están tomando el pelo o nos vieron la cara de boludos. No, lo que pasa es que quieren hacerle creer a usted que es un boludo pero es hora de hacerles saber que siempre hay alguno que tiene un poco de cerebro, memoria y sentido común también... en fin, ustedes sigan así, dando un tranco y al mismo tiempo haciendo una cagada, no se preocupen, que yo aquí voy a tratar de estar todo el tiempo posible para seguir embromándolos! Y para cuidarlos también...

Y también para preservarlos de la máquina de cortar boludos; pero si esa máquina de cortar boludos la introdujera en el túnel del tiempo, igual seguiría cortando boludos con retroactividad... otra hubiera sido la historieta de hoy! Historieta que como provincia y, país en general, no creo que nos merezcamos estar viviendo... pero no se olviden de algo: un cacho de culpa tenemos también!

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