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domingo, 30 de diciembre de 2007

Café Ferroviario XXVIII: El ojo de Truman Capote

Bbbzzzz! Bbbbzzzz! Supongo que ustedes deben de conocer una empresa ferroviaria llamada inicialmente Trenes de Buenos Aires, pero actualmente devenida en un nuevo nombre de Transporte de Basuras Acopladas, porque dista mucho de poder llamar Trenes al material que circula, se asemeja más a Basuras porque su estado es más que evidente y Acopladas porque como dijera alguna vez Cañuelas a las perdidas “Él los hace, ellos se juntan y el viento los amontona”.

Digamos que yo nada tengo que ver con esta gente. Es cierto y por eso agradezco ser tranvía encerrado de lunes a viernes, tan solo para no ver la calamidad, pero Bragado está presta a hacermela ver en fotos.

Pues, alguna vez existió una tal FEMESA, cuyo paso fue tan largo como un suspiro para luego devenir en esta maraña. Pero con TBA ya somos vecinos hace tantos como unos 11 pirulos, según las observaciones astronómicas de Quequén me indican que hemos de convivir unos 30 años luz más, así que me parece que para cuando termine la concesión, los argentinos estaremos en el Juicio Final.

Cuentan, están los audaces que nos atrevemos a todo, que desde que desembarcaron estos chicos en Mitre y Sarmiento, hubo varias cirugías sin anestesia, algo así como que te intenten meter un petardo en el orto y bue... nos vemos en el Expreso Celestial.

Pero para que aconteciera todo esto había una vez un personaje verde, asqueroso, proveniente del Planeta de los Cínicos –boludos los argentinos, se masticaron el sapo y ni le notaron el gusto- con el cuentito del progreso peronista 100% pero que yo sepa –como digo que me considero genio y brujo- lejos de progresar, hemos retrocedido varios años como se quiera pensar. Lo que pasó netamente es que este bicho verde operó los trenes y entonces tomó un bisturí y empezó a diseccionar el mapita, lo hizo tan, pero tan bien que si alguna vez llegaba a decir que la cosa se había hecho como el reverendo tuje, era más obvio que recibiera una buena patada en el culo y se fuera de regreso a su planeta, pero no fue posible porque para eso ya había descubierto el método perfecto de como seguir un tiempo más rompiéndonos el culo.

Si no hubiera estado ahí ese asqueroso bicho verde ¿cómo podía surgir TBA entonces? Es que había que preparar la escena señitos! Al inicio, mas de uno tuvo la impresión de que la cosa iba viento en popa pero solo los internos sabíamos que la cosa iba pésimo. Bah, no en el tranvía. Pero sí afuera. Si rememoramos un poco la historia, hay para contar y largo. Cada cuatro por tres TBA era noticia en Crónica TV por alguna cosa. Pero una que estalló fue un piquete ferroviario en estación San Isidro cuando TBA dijo “Bueno señitos, muchas gracias por sus servicios, acá tienen lo suyo y nos vemos la próxima”. Pues como para eso hasta los sindicatos ferroviarios decidieron irse a hibernar como los osos polares y otros bichitos de la naturaleza –las arañas son mejores, otras arañas son humanas, peludas y asquerosas- todo era una complicidad y entonces despertaron con una fiaca terrible a tener que hacer quilombo, entonces los piqueteros ferroviarios vino la cana a llevárselos al costurero pero para esto, presto estuvo TBA para enfriar la cosa y como cosa tan obsecuente “Bueno señitos, vengan para acá, acá tienen y a laburar”. Super obsecuente.

Luego vino Naaby y los pobres trenes hizo de cuenta que les pasó una plancha y los hizo pomada. Si la farra continuaba, era porque los periodistas estaban tan ocupados, a cuatro manos que ni siquiera eran capaces de ir a ver el asuntito. Yo no lo iba a hacer porque si tengo vedada mi salida. Pero no tengo vedado el teléfono. Pero, como quien dice, la farra continuaba, llegó la TV para cortar el chorro. Y entonces les refregó por las narices de TBA que compraban cartelitos de prohibido fumar en un boliche de todo por 2 mangos a 9 mangos y al estado le hacían creer que lo habían pagado 36, o sea, señito usuario, el boludo que pone la ganza todos los meses para viajar como el culo, cada uno de ustedes, y los 36 millones para completar el restante, pagábamos ese cartelito subvaluado y alimentábamos los bolsillos de estas ratas.

Pero sé que ante todas las cuestiones para tapar con obsecuencias tan mentirosas como se pudiera ver, surgió Jorgito, más parecido a Cristo y la tempestad calmada, no corta ni pincha. Si Bragado va a pedir una audiencia, no le da pelota, pero si fuera Malnatti, le da porque este es capaz de buscarlo hasta en la estratosfera. Basta con recordar esa llamada al celular con la frase “Jorge ¿a que no sabes dónde estoy?” “No sé, en Flores” – le dijo Jorgito del otro lado de la línea. “No, estoy en la puerta de tu oficina” – le dijo Malnati mientras estaba parado frente a la puerta de la oficina de TBA en Retiro. Y Jorgito no tuvo otra más que salir. Y emitió una promesa que la tuvo que cumplir con tan de que no lo jodieran más.

Pero parece que la línea Sarmiento está siendo afectada por un tifón que no entraba en planes de TBA. Es que los servicios de Moreno a Mercedes andan como el diablo, cada cuatro por tres alguna locomotora dice “Basta” y está alguna que otra que se atreve a hacer de esa palabra una canción, algo así como “Basta!!! Basta!!! Es la revancha!!!!” porque si con lenguajes técnicos no entienden, a lo mejor con ironías lo asimilan mejor. Y según me chifló Bragado de último momento, se pegó una vuelta por Liniers y me dijo que ese hospital ya tenía todas las camas ocupadas y no había turnos disponibles, así que ante el abarrotamiento derivaron a otro hospital, Haedo pero me dijo que la situación no era mucho más distinta que en Liniers. Es que 9032 tiene la cama 8 en Liniers y está a la espera, lo que pasa es que las ALCO tienen la operación postergada hace tiempo y espacio. Entonces Bragado le pregunta a Marité hace unas semanas atrás si no había visto alguna de repuesto y ella dijo que le parecía que no, que le era sospechoso que rompieran todas juntas. Pero a los pocos días Bragado me tira el cabo de que esperar que haya algo de repuesto con estas bestias ferroviarias –ella ya lo generalizó- era como esperar que el olmo diera peras.

Es que tengo la sensación de que Bragado se ha convertido en el ojo de las internadas en Haedo y Liniers, la deben de envidiar porque por lo menos funciona, no como ellas que esperan turno para una operación que puede tener secuelas, un tanto trágicas.

¿Ven que nuestros trenes son una tragicomedia? Creo que mi próxima versión de ellos será una Comedia de Confusiones, no de judíos, sino ferroviaria.

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