Les voy a dar para que tengan, guarden y archiven. Sí, ustedes, ustedes que hacen las cosas como el reverendo tuje y nos mandan derecho pal cara... melo, a ustedes se los dedico con todo mi corazón y alma de locomotora. Como que me llamo Brandsen.
Dicen que la historia alguna vez se tiñó de Azules y Colorados, que en verdad unos eran los demócratas y los otros los golpistas de hace años luz, ya Perón estaba del otro lado de océano. Pero dicen que el pueblo estaba en el medio, la cuestión es que ellos decidieron jugar a una guerra con tanquecitos y en medio hicieron una línea, pues el ganador era el que tenía más tanquecitos. Parece que la cuestión era que quienes estaban en esa línea no entendían mucho del asuntito y la cuestión es que mientras unos se mataban por el poder, desde el medio el pueblo era el espectador que aplaudía al ganador. Pero pasó, disculpen si hago esta reseña histórica, pero es necesaria para entender lo que sigue ahora, así que le agradezco mucho a Coronel Vidal y a Camarero Mansilla este resumen.
Prosiguiendo –me lo está recordando mi libretista Mardel- que tengo que dar un toke de pimienta a este relato –O un cuento- dice Mardel por detrás. Si bien ta bien el esbozo, pero algo he de poner de mí. Y me está recordando que tengo que dir al grano.
Bueno, parece que hay títulos que se reciclan como papel barato. Y yo sé una nueva versión de Azules y Colorados, salida especialmente de los depósitos de Escalda –aclárese: es Escalada, pero lo de Escalda es un invento de Patagones-, Gerli, Llavallol, Maldonado y Spurr. Para que se sepa, ciertos figuran porque ellos juncionan como encierros o destierros regeneradores, los mentados destierros de Pico y Karpik, jorobaban mucho, o Lomas que fue encerrada en Escalda porque causó un incidente y güeno... ansí es la cosa. Pero cuentan las muchachas que A601 se ocupó de borrar todo indicio de huellas durante su paso.
Organicemos la escena. Nuestros Azules XXI son la CNRT y el Pingüino aparatoso que dicen que con la democracia todo se llega a un buen puerto. Basta rememorar la frase “Tenemos hierros muy viejos” pero en eso se detuvo todo. Y bueno, como siempre, callados la boca y un tanto estáticos siguen ahí porque si llegan a chistar, la cosa se pudre para todos. Ahora nuestros Colorados XXI es Metropolitano, tal vez devenido un poco en el Metropoligarcha, parece que tanto Azules y Colorados eran cómplices al inicio, ahora están un tanto enfrentados. ¿El pueblo? Bueh... ese papel lo tienen los pasajeros, son una raya que ante los disparos de los tanques de cada bando, hace un pequeño agujero.
Mientras que los Azules nos vienen con el cuentito de las leyes, los reglamentos y los que se yo, toda esa burrocracia instalada allí, hace que el pobre usuario no tenga ni cinco de ganas de saberlos, porque sabe que eso hace las veces de papel higiénico, algo así como la Constitución Nacional, pero parecen haberse juntado, porque los Colorado le vienen con mil y un cuentitos al usuario en la pura realidad uno se topa con un aguantadero, que es otra versión de lo que es nuestro Congreso Nacional. Entonces el pasajero termina siendo un elástico porque de los extremos siempre están tirando y por el momento cede, cede y cede... Hasta que llegan un momento en el cual se calientan y la escena se caldea de tal suerte que hay que poner paños fríos al asunto y entonces uno termina otra vez en el medio de la tormenta, porque calentarse con los Azules no sirve de nada, porque te toman el pelo y con los Colorados directamente te pegan un portazo y chau. Mi planteo es si alguna vez ambos van a proponer cosas para poder convencer en forma digna al pasajero porque hasta el momento veo la cosa desde mi lugar de espectador.
Ha habido momentos en los cuales ambos bandos han estado juntos cuando había que tocar temas relativos a la moneda nacional y cuando había que aplicar el tarifazo, eso se hacía sin anestesia, así que una vez más, el pasajero sufría una nueva cirugía sin anestesia. Pero cuando la Caja Boba metía mucho los ganchos con las denuncias, entonces parece que Azules y Colorados se enfrentaban, a lo mejor era por delante pero por atrás “Chicos, la cosa está bárbara”.
Yo sé, sé que cada bando tiene sus generales, mejor dicho, los visibles. Por el sector Azul tenemos a K y al presi de la CNRT –no corta ni pincha, pero en fin- y en sector Colorado tenemos al payasito Fernandito, un Piñón Fijo diciéndo estupideces por doquier. Mientras unos nos vienen con las reglas, las normas y el que se yo, los otros nos meten un palo en el culo no más con el trato que le brindan al pasajero. Eso del libro de quejas es un adorno más, porque en verdad con las quejas del usuario se limpian cierto sector donde las cosas de allí convergen en las cloacas. –For example, Cirigliano, Iglesias, Montoto and company- dice por detrás Mardel.
¿Y el pasajero? Bueno, en este caso vamos adosarle el papel del indio que está en un malón, a los gritos, a los codazos y en bolas. Dicen que se vienen los ponjas, uno a veces tiene ganas de ser Lily Süllos pero no tenemos la bola de cristal y adivinar el futuro dentro de 80 años, pues nos preguntaremos qué pasará en el año 3050 con nuestros trenes.
Y yo, yo, yo soy una locomotora, tal vez un aparato lleno de mugre en el techo para hollinar a alguno que se trepe al techo para limpiarme, o esto podría haberlo dicho algún vagón convertido en un esqueleto abandonado a punto de ser reciclado.
Y danzamos. De aquí pa allá... vamos y venimos pero me gustaría introducir a ciertos en la máquina de cortar imbéciles con retroactividad. Seguramente la historieta será otra.
Y agrego una cosita más: Señores, a esta altura, como dijo alguna hermana mía, la suerte está sellada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario