3ª Parte
En Córdoba empezó el tachín – tachín a medida que Marina avanzaba a paso lento reviviendo historias del pasado más oscuro. Al mismo tiempo que veía tanta alegría junta del público que la esperaba, ignoraba que por detrás en la caravana las cosas andaban medio para el carajo. Cuando se detuvo, el acto empezó, empezaron a hablar todos los políticos y eso distrajo a los altos directivos de Ferrocentral lo suficiente para poder volver a conectar el teléfono y llamar a la caravana para ver cómo venían. Y eligió el mejor de los momentos para averiguar:
“Mechi ¿va todo bien?” – pregunta Marina.
“Mmmm... digamos que si se puede decir que si, si llegamos, puedo decir que fue misión cumplida” – le contesta Mercedes.
Justo en ese momento Bragado pierde una rueda y la misma sale rodando hasta un arroyo que pasa por debajo de un puente. Y empieza a maldecir “¿Qué hago ahora?”.
“¿Llevas alguna de repuesto?” – le pregunta La Chabona.
“No” – le dice Bragado.
“Mmmmm... veamos, veamos... – dice La Chabona, luego pregunta a las demás - ¿Alguna tiene una rueda de repuesto?”.
“¡Si... yo!” – dice Camarero Mansilla y empiezan a pasarse la rueda.
“Mira Chabona, mientras ustedes le colocan la rueda a Bragado, nosotras nos vamos a ocupar de rescatar la rueda del agua” – le dice Natalia a La Chabona. Y empiezan la tarea de sacar la rueda del agua.
Lupe pide una cuerda y la arroja con un objeto contundente al arroyo “¿Voy bien?” – pregunta.
“No... no veo un pepino” – le dice Dalceggio.
Tras estar largo rato tratando de buscar la rueda, Santa María dice “¡Vean! ¡Es la rueda!”.
“¿Y tienes idea de cómo sacarla de ese lugar de porra donde quedó?” – pregunta Jo.
“Ay... Que buena pregunta Jo” – dice Santa María.
“Creo que lo más importante es que Lupe no le pase la que le pasó una vez a un pobre señor que trabajaba en una máquina vial y terminó nadando en el río Colastiné” – dice Karpik.
“Si vamos a eso Karpik, varias de nosotras nadaremos en un barro” – dice Jo.
Lupe y Santa María con la cuerda trataban de embocar algún agujero de la rueda pero la misma estaba enterrada en el lodo. “¡Maldición!” – dice Lupe.
Tras rato largo de seguir luchando logran embocar un agujero de la rueda y empiezan a subirla. Cuando tenían la rueda para agarrarla, se corta la cuerda y la rueda vuelve a caer en el lodo.
“Nooooooooooooooo!!!!!!!! Aaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!” – dice Lupe.
“¿Qué hacemos?” – pregunta Jo.
“Y... volver a la carga, otra no queda” – dice tranquilamente Karpik.
Y vuelven otra vez a la carga por levantar la rueda. Estaban concentradas tratando de subir la rueda cuando aparece Contreras y les dice “Marina está hincheta, quiere que ya vayan para allá, escuchen lo que les está diciendo “¡Vengan ya, que no soporto esto! ¿Qué cuernos carajo les pasó ahora? ¡Déjense de joder y vengan de una buena vez por todas!””.
“¿Qué?” – dice Karpik y otra vez se les vuelve a caer la rueda al lodazal.
“Yo le voy a mandar unas frescas...” - dice Dalceggio.
“¡Levantemos de una buena vez por todas esa rueda sino a Córdoba vamos a llegar el día del juicio final!” – se calienta Jo. Y por la tercera vez vuelven a levantar la rueda mientras Dalceggio se calienta con Marina “¡Mira che! ¡Estamos con problemas, Bragado perdió una rueda! ¿Acaso piensas venir vos a auxiliarnos????”.
“¿Y la rueda?” – pregunta Marina.
“En un lodazal... prepara agua para lavarla porque tiene un olor a barro podrido infernal” – le dice Dalceggio.
“¿Qué quieres que haga si acá todavía no terminaron con el acto?” – le dice Marina.
“Bueno, aguanta el acto porque por ahora, hay deberes que hacer y chau” – le dice Dalceggio y corta.
Finalmente Lupe, Jo y Karpik lograron sacar la rueda “Uuuuffff! ¡Costó pero tarea cumplida!” – dice Jo.
“Ahora una cosa” – dice Karpik.
“¿Qué?” – pregunta Lupe.
“El olor a barro podrido Lupe” – le dice Karpik.
“No te preocupes... en Córdoba nos daremos un buen baño, si es posible” – dice Lupe.
“Fuera de chiste y joda, la baranda que tenemos encima voltea a la distancia” – le dice Karpik.
“¿La rueda de quién es la que tiene Bragado?” – pregunta Lupe.
“Me parece que es de Mansilla” – le contesta Karpik.
Lograron reorganizarse y retomaron la marcha. Tras un rato más de viaje, finalmente llegaron a Córdoba.
“¡Allá está nuestro objetivo: Córdoba!” – anuncia Mercedes.
“Eeeeehhhhh!!!! ¡Viva!” – grita Maribel.
“En silencio chicas... que me parece que el acto sigue” – dice Mercedes a las demás.
La caravana entró a la estación pero tomó un desvío para que no supieran que también estaban. Marina advirtió que estaban. Y uno de los superiores se dio cuenta de que Marina no había cumplido con lo dictaminado. Y le chifla en el oído a otro “Oye... Mira a lo lejos”. El ingeniero miró y le dijo al superior “¿Qué hacemos?”
El acto culminó y Marina fue conducida a un desvío, donde se produjo un serio altercado con el ingeniero y un superior:
“Marina: no has cumplido con lo que nosotros dijimos” – le dice el superior.
Y Marina no le dijo nada.
“¿No vas a decir nada?” – le pregunta el superior.
Y Marina continuaba muda.
“Mira que bonita que está y ahora que tenga que ser enviada al soplete...” – le dice el superior al ingeniero.
Pero por detrás estaban las demás, Maribel volvió a la carga, les dijo “¡Ustedes pasan por el soplete a Marina, nosotras los quemamos vivos a los dos en la hoguera!”.
Pero Silvina no se quedó atrás “¡Che! ¡Se les olvidó comprar la goma de borrar!” les gritó.
Y el remate lo hizo Luciana Belén “¡Manden a los musculosos a sacarnos de acá!”
Y los dos miraban sin entender nada. Marina les dijo a sus hermanas “¿Vieron que buenos muchachos tengo? Están fuera de la ley”.
Justo en ese momento aparece el ingeniero con el soplete y lo enciende. Marina dice “No... yo no...”.
“Vos sí, esto es porque no has cumplido con lo que te dijimos” – dijo el superior, la tomó del pasamanos y empezó a diseccionarla.
Mariela le dice a La Chabona “Tenemos que hacer algo”.
“Yo tengo una” – dice Karpik a Belén.
“¿Qué vas a hacer?” – pregunta Belén.
“Lupe, prepara ésta arma, va a surtir efecto” – Karpik le dice a Lupe.
“¿Qué arma?” – pregunta Lupe.
“Mira lo que se puede hacer con la roña que tenemos encima... ¡Y huele a pescado podrido!” – le dice Karpik.
Mientras afuera Marina estaba siendo diseccionada, Karpik grita desde atrás “¡Che!” pero tanto el superior como el ingeniero no dan bola.
Mercedes sale para provocarlos y grita “¡Fuego Karpik y Lupe!”.
Karpik y Lupe empiezan a tirarle con barro podrido al ingeniero y al superior. Los dos soltaron el soplete encendido y salieron corriendo. Y la lluvia se la completó Carolina con remaches tirados con una cauchera. “Ji! Ji! ¡Nunca antes había ensayado con blancos móviles!” – dice Carolina.
Mientras continuaban espantando al ingeniero y al superior, Mercedes, Maribel y Yoly vienen con agua para apagar el fuego.
“Aucha! Me duele!” – dice Marina.
“Tranquila... Ya pasó todo” – le dice Yoly.
“Logramos llegar... ¿viste? No te íbamos a dejar en banda” – le dice Mercedes.
“Si Marina – dice Vega mientras empiezan a salir de dónde estaban escondidas – tuvimos algunos desperfectos”.
“Y ahora yo estoy rota” – dice Marina.
“¿Y qué? Nosotras también, una por descarrilos, otras por incendios, Carlota se quedó sin agua, TT01 se quedó sin combustible, yo perdí una rueda y ellos están con una roña y mucho olor por sacar mi rueda del lodo” – le dice Bragado.
“Te olvidas de quienes plantamos bandera” – dice Fati.
“Pero traje provisiones” – dice Cañuelas.
Y todas se miran. Liliana dice “¿Será agua?”
“Tomen éste trago, las va a dejar mejor que nunca ¡Salud!” – dice Cañuelas.
“Salud por todo” – brindan todas.
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