En Spurr, por una causa extraña, hace mucho tiempo duermen Pinamar y Miramar. Solo saben del día y la noche, del calor y las lluvias, los mosquitos inquietos y los ingenieros a los cuales ellas calificaron irónicamente e irreverentemente de “moscas zumbantes”.
Miramar mira un periódico y Pinamar aprovecha a retocarse “algo” bajo el sol. “¿Qué haces recalentándote al sol al divino pedo?” – le pregunta Miramar con el periódico a media altura.
“¿No ves? Me estoy retocando...” – le contesta Pinamar y sigue reluciéndose al sol.
“No sé qué tendrá para relucir ésta... su mugriento pellejo de acero gracia” – dice Miramar y menea su cabeza.
“¡La última vez que me bañe pedazo de alcornoque fue el día de la lluvia torrencial!” – contesta exaltada Pinamar.
“¿Y quedaste de acero inoxidable?” – le pregunta irónicamente Miramar y da la vuelta la página al periódico.
Pinamar expone sus luces a los rayos del sol, le contesta “Y tú dime que lees...”.
“No me cambies de tema Pinamar, contestame lo que te pregunté yo” – le retruca Miramar.
“¡Dale boluda! ¿Qué estás leyendo?” – le pregunta Pinamar.
Justo, Miramar da vuelta la hoja del periódico y le dice “Y... la guerra de la carne, que te cierro tus empaques del exterior... emmm... los otros que hicieron quilombitos en la línea esa donde andan los gallegos”.
“Mejor vé a la parte de los espectáculos” – le dice Pinamar asqueada.
Miramar sigue mirando el periódico y se detiene en una nota “Ah mira! Tengo una mejor”.
“Sí, sí! ¿Cuál?” – pregunta Pinamar.
“Terremoto La Fraternidad” – lee Miramar.
“¿Será que ahora que todo volvió a la normalidad el sultán se dispone a provocar nuevos temblores?” – pregunta Pinamar.
“¿Pero cuándo no andan latentes las amenazas de temblores?” – responde con otra pregunta Miramar.
“No, lo que pasa es que los temblores están a la orden del día, pasa que hay algunos que llegan a orejas del público y... ya sabes” – dice Pinamar.
“Mira. Dice: “Los gremios llegaron a un acuerdo y mañana funcionan los trenes”” – lee Miramar.
“Ah, donde dice “Los gremios” deberían haber puesto “Los corruptos por definición”...” – dice Pinamar.
“Sí ¿no? Qué lástima, se equivocaron los de imprenta” – dice Miramar.
“Lo que pasó es que Omarcito el Sultán movió un poco los hilos, ¿viste? Y entonces casi más ata a los palos a todos los trenes” – comenta Miramar.
“De veras ¿no? Porque no tenía explicación alguna ver a los médicos de la cartera laboral al ritmo de los bomberos en incendio en puerta. Pero te digo que si algo les urgía era D-E-S-T-R-A-B-A-R E-L C-O-N-F-L-I-C-T-O” – dice recalcando lo último Pinamar.
“Ante esto, en vez de gritar a viva voz “¡Viva Montoya!” gritaría “¡Viva la gilada!”” – dice Miramar.
“Antes que sigas... La Fraternidad ¿es gremio o sindicato?” – pregunta Pinamar.
“Mira, si es para ponerlos en el rótulo de corruptos por definición, da exactamente lo mismo ser gremio o sindicato, son sinónimos” – contesta Miramar.
“De veras ¿no? Pues – dice Pinamar y mira la nota del periódico – por una quincena podemos seguir durmiendo la siesta que ya les aplicaron un poco de anestesia”.
“Oye... te salió redonda, podía haber sido también un matadolores... en fin, lo aceptaron” – dice Miramar.
“No, lo que pasa es que lo aceptaron porque no tenían otro remedio. Es que el Doc Schuster se las traía bajo la manga” – dice Pinamar.
“¡Bravo Schuster!!! ¡Este pingazo se abrió de gambas y los otros hicieron arruguetti!” – dice Miramar.
Justo en ese momento pasa un ingeniero. Miramar y Pinamar miraron solamente. “¿Harán arruguetti éstos también?” – pregunta Miramar.
“No. Éstos son como los de ALL: se creen ser más papistas que el Papa” – contesta Pinamar.
“Volvamos a lo nuestro... Si el problem era el Santuario de los corruptos, ¿pa qué parar medio sistema ferroca?” – pregunta Miramar con el periódico.
“Qué se yo... Pero me parece que la cosa viene por ajustecito de cuentas de hace un bimestre pasado” – dice Pinamar.
“Mira, dice: “Obtuvieron que la semana próxima el personal de Belgrano Cargas percibirá el 70% de la deuda, y el restante 30% unos días más adelante”” – lee Miramar.
“Ah, pero por los pasajeros viene la segunda parte: la paritaria salarial, una propuesta lejana de empresas según los gremios” – comenta Pinamar.
“A tiempo, pues ya la huelga estaba tipo los incendios en puerta: se había anunciado... ¿Viste? Hay bomberos para todo...” – dice Miramar.
“Pero lo que se incendiaba era el funcionamiento de los trenes...” – dice Pinamar.
“¿Se incendiaba o es algo que vive constantemente incendiado?” – pregunta irónicamente Miramar.
“Ejem, me equivoqué. Debí haber dicho que el funcionamiento de los trenes hace ratazo vive un incendio, y me huele a que esto como que siga así, se va a tornar imparable del todo” – dice Pinamar.
“Con razón, pues todavía hay algunos que siguen con el cuento de que lo que está como el orto son los salarios ferrocas, que ahora piden 1900 mangos, la próxima van a pedir el doble” – dice Miramar.
“Ellos por mí que pidan, pero lo lógico sería que alguna dejara de hacerse realidad el dicho “Corruptos por definición”” – dice Pinamar.
“Che, ya sabemos a quienes íba a afectar. ¿Qué hubiera sido si se hiciera efectivo?” – pregunta Miramar.
“Y... empezando por casa, te puedo asegurar que ninguno se iba a inmutar por mover un trencito” – dice Pinamar.
“Siguiendo por nuestros vecinos, sigo en tu mismo pronóstico que por casa Pinamar” – dice Miramar.
“Por el sector de nuestros vecinos del incendio Sarmientero, van a seguir el mismo pronóstico que por casa” – dice Pinamar.
“Por los lares de Fevías y la Ariadna, creo que va el mismo pronóstico” – dice Miramar.
“El Sanma... es factible que siga a todos los demás” – dice Pinamar.
“Ma qué... y las tierras de Urquiza como esto es jueguito donde cae una fichita, caen las demás en picada como los mercados bursátiles, seguirán bien estáticos” – dice como anunciando el presagio Miramar.
“¿Y si te sorprenden con los jerárquicos haciendo mover los trenes? Me parece que ahí sí vas a tomar mate” – dice Pinamar.
“Bueno, lo importante en esto es que apagaron el incendio” – dice Miramar.
“¿Y por cuánto tiempo será eso?” – pregunta Pinamar.
“Buena pregunta. Mientras tanto, ¿qué podemos hacer Pinamar?” – pregunta Miramar.
“Y... buscar a Néstor” – dice Pinamar.
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