¿Entienden cuando digo que entre nosotros, los fierros, nos entendemos? ¿Verdad? Bueno, lo que pasa es que los conocimientos limitan pero alguno va a estar listo para decir que los dichos son solo preguntas para pensar un cacho. Sean lo que sean, yo vine a hacer una apertura de cabezas, porque hasta en los ferrocas argentos pensar es una actividad que puede estar de sobra, claro, según qué empresa sea.
¿Ustedes sabían que dentro de los ferrocas argentos existen una suerte de santos y profanos al mismo tiempo? Bueno, si lo descubren ahora, no se alarmen por lo que se viene, solo va a ayudar a entender en parte lo que vivimos.
Hablemos de nosotros mismos. Me refiero a Ferrobaires. Es que ahí, existe un santo, perdón, mejor dicho, existió uno que tal vez se las quiso dar de santo, pero resultó siendo un profano. Hablo de Alberto Trezza. ¿De dónde salió? De FA, era empleado. Cómo será que siendo un simple empleado descubrió que la actividad sindical podía darle algún rédito extra, qué mejor que hacer sindicalismo en la era FA. Hasta acá, nada del otro mundo. Pero con la llegada del Alienígena, vaya uno a saber cómo hizo, pero la cuestión es que saltó de ser un sindicalista a interventor. Casi nada, mejor es pensar con qué clase de uñas se agarró para llegar hasta ahí. Yo dije uñas pero según las malas lenguas, dicen, que metió sus dedos en la lata, se quedó con un vuelto ajeno y, sigamos en las malas lenguas, le pegaron una patada en el culo como quién se la pega a un pichicho. Más o menos como alguno grita enojado “¡Juira perro!”. Algo así.
Pero sigamos con Trezza. Después que le pegaron la patada en el culo como un perro, decidió hacer una suerte de retiro espiritual, un poco de medición espiritista y, como sus sesos echaron un poco de humo, trascribió sus ideas a un borrador. ¿Ustedes creen que Trezza es un chico de buena ley? Ejem... lo que pasó es que salió disparando del retiro espiritual que hizo en su casa de Lomas de Zamora y le tocó el timbre a Harry. Claro, Harry lo salió a recibir a la puerta de su castillo y, él con su “Estamos condenados al exit”, Trezza aprovechó la ocasión para comunicarle su idea. Entonces Harry dijo “Esta noche los quiero a todos los de la barra, los chicos Toledo, los del barrio y la joda... el resto me ocupo yo”. Entonces Trezza regresó a su casa, y en su escritorio acomodó un poco todo el garabaterío y regresó a la hora pautada al castillo de Harry. Esperen... aclaremos que ellos no viven a años luz, viven ahí nomás, a la vuelta de la vía.
Cuando Harry le dio permiso a Trezza de abrir la boca, éste dijo “FA ya fue, pero podemos seguir los mismos esquemas con una Unidad en la provincia”. Claro, al escuchar esto, Harry y los demás abrieron los ojos, alguno alcanzó a decir “¡Epa! Esta suena anillo al dedo”. Cierto, pero lo verdadero en esto era cuánto estaban por echarse a los bolsillos.
Puesto que sabemos cómo se extinguió FA, así surgió ésta Unidad. Ya sabemos su evolución, pero como toda cosa, el entretelón casi nunca sale a la luz. Si existe algún argentino con inteligencia y sentido común, se habrá preguntado si estaban limpios de cargos y culpas. Grave error, todos son cortaditos por la misma tijera.
Ya Trezza había inventado la Ferrobaires y ahora lo teníamos en el mando. Pero llegó un momento en el cual, vaya uno a saber, le movieron los zócalos y, entonces, para seguir en el negocio de los curros, inventó otra cosita: una Fundación Ferroca. Pero claro, cuando Harry llegó a Balcarce 50, Trezza llegó a la Subsectranfer –o algo por el estilo-, metió gente de la suya. Mientras Harry y el Pingüino mantenían relaciones carnales, el segundo de Trezza, Guardo, bravo. Cuando esas relaciones hicieron ¡crack! Guardo descubrió que era hora de hacerse pingüinista hasta la médula espinal.
Y llegaron los quilombos. Mientras entre Guardo y Trezza había cortocircuítos, otro que apareció para no ser menos, Condorí. Claro, ya Trezza estaba afuera de la Unidad, pero Condorí es el mandamás de prensa allí... casi nada, chupamedias y alcahuetón de Trezza. Si tenía que haber más calificativos para él, venga éste otro: mentiroso empedernido.
Si creen que Condorí es un santo, no, también es un profano. Mejor salgamos de la Ferrobaires y metamos las narices en una historia con ribetes novelescos, aquella rementada del Tucumano. Dicen, los atrevidos que se atreven a contar todo, hay para tener, guardar y archivar. Al finalizar periodo de TUFESA, el gerente aquí en la Baires, Hugo Gómez se le ocurre una: inventar la NORFE para seguir con el negocio ferroviario. Hasta acá, todo le salió bien: ganó la concesión... pero pa’ qué le vi’a contar cuando entró al ruedo Condorí.
Lo malo en esto fue que la no adjudicación inmediata, pero si algo debía embarrar la cancha, era que Condorí se mandara la verdura de que el operador sería TBA... aunque si otra cosa faltaba completar la cuestión, es que un empleado de esos que uno no sabe de dónde salieron, le chifla la idea de Gómez al dueño de un ingenio. Y si con algo había que seguir el remate, venga la frutilla del postre: el dueño del ingenio tucumano tiene a su primo como ministro de transportes en la provincia. Ahora queda por saber ¿Y qué sucedió con Hugo Gómez? Ya desde el momento que Condorí embarró la cancha y el otro la reventó con la venta de la idea, Hugo Gómez quedó de nock out técnico y, éstos buenos muchachos, inventaron la NOAF, tan conocida como NOA Ferrocarriles, ligan la concesión pero ¡no se presentaron en la licitación! Pero, pero, ¿saben algo? También había riña en el cuadrilátero tucumano: en un rincón tenemos al ministro de economía y en otro, al de transporte, enfrentados.
Uno de ellos va a la gobernación tucumana y verá cómo vencer al otro. Y nos queda éste otro: Di Módica. ¿O será que Di Módica no corta ni pincha? Me parece que el Jardín cuando se estancó en Buenos Aires, era más factible echarle las culpas a la interna peronista de Tucumán que a Di Módica y sus rodillos de pintura antióxida.
¿Ven que nuestras ferrocas están llenos de santos y profanos? Menos mal que existe un número considerable que no tienen ni noción de éstas atrocidades, así seguimos durmiendo tranquilos. Pero a estos tipos jamás los veremos en Delitos Complejos.
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