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viernes, 28 de marzo de 2008

Trenes de Honor IX: El fin y el inicio de una nueva historia según Mardel V

Demos una vuelta de tuercas y volvamos otra vez con ésta historia llamada San martín, incendio Sarmientero generalizado. Dicen, aquellos que hablan a todos los vientos, que en la historia hay títulos que se reciclan como papel barato, lamento decirles en la jeta de quien sea, que el Sanma es una de ella. Ya hemos reciclado títulos como la era electrificadora, los chinacos de la China Town, la extinta Metropoligarcha y ahora la UGOFESA, viven dando vueltas de páginas pero al final son el típico “Más de lo mismo”.

Hace más de una década decíamos que la era Ferrocarriles Argentinos era el desastre personificado y entonces apareció la patilla más gorda de América, Calitos I, que tuvo la mejor ocurrencia que seguir las sugerencias de los Vaqueros del Norte y, concesionó esta línea como todas las demás.

Por 1994 desembarcó Metropoligarcha y parece que durante tanto tiempo se hizo un silencio generalizado por todos lados. Me parece que el cuento de la malísima calidad de viaje viene de años luz, yo pregunto ¿nadie controlaba ni veía nada?

Pero los recambios políticos traen movidas. Bien sabemos de la asunción de Naaby y la resurrección de los defensores del obrero, catalogados como “Corruptos por definición”. Era hiper común que si la semana tenía 5 días hábiles, en uno hubiera una pequeña huelguita con el cuento de beneficiar al público y el resto por los salarios. Lamento decir que la calidad de viaje seguía siendo la misma.

Pero voy a volver unos añitos atrás. En el entretelón, el Alienígena no tuvo mejor ocurrencia que alquilar unas locos para compra a futuro. Uno no sabe a dónde jue a parar la guitarra para el alquiler, la guardaron por Caimán hasta que un buen día ellas cayeron presas y eso aumentó el incendio en el Sanma.

Otra vez regreso, Naaby fue echado a las patadas, las locos guardadas y el incendio seguía dando vueltas. El Payasito Fernandito se empecinaba en decir que trataban de mejorar la calidad de viaje pero eso era en su país, pues en el mío eso va más lejos que nunca. Ya sabemos la era en que no había auxilio que resistiera en pie y viajar ahí, con el recorrido completo a tiempo, era toda una lotería. Eso sí, Metropoligarcha seguía ahí, bien atornilladito.

Y el 2004 fue el año del incendio total. Mientras teníamos a la prensa acaparando miles de espacios con críticas al Sanma y al Payasito Fernandito haciendo arduos esfuerzos por tranquilizarlos, las escenas montadas estaban a la orden del día. Hasta que por ahí se deslizó el cuento del encierro. Como un flanazo, vino este Pingüino con su rebelión aparatosa de hacer rodar los trenes y puso la tarra para sacar del encierro a las locos. Con eso ya podíamos tranquilizarnos de que íbamos a viajar mejor, error, eso seguía siendo la misma tragedia de siempre. Nuevamente el Héroe ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino volvió a patear el tablero pero para rajar al carajo a Metropoligarcha. Resistencias de un lado, resistencias del otro, la cuestión es que dejaron bien patente su sello.

Pero desembarcó la UGOFESA. Las mejoras, si hay que decir algo, no fueron ni son tampoco “ni chicha ni limonada”. La gente sigue colgada, los trenes abarrotados... eso sí: qué nadie se escape sin su boleto. ¿Será que son los fantasmas de la extinta Metropoligarcha dando vueltas que provocan esta tragedia? Todo es posible.

Y se dijo de la electrificación, de una versión chinaca del Sanma... Yo sí tengo algo por decir: ¿terminará el flanazo alguna vez en esa línea?

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