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viernes, 28 de marzo de 2008

Trenes de Honor VII: El fin y el inicio de una nueva historia según Mardel IV

Bueno señores, bienvenidos a un nuevo capítulo de nuestra historia ferroca argenta... como bien dice el título, a esta altura sabemos de quién podemos estar hablando. Pero como en esa línea nunca paran de dar tumbas carneros, pues si dieron 1000, que den uno más haría el mil uno. Basta de pavadas, ahora voy a hablar no de la versión chinaca, sino la versión ¿eléctrica? A ver si aprendemos algo.

Hace tantos años como se pueda hacer un retroceso en la historia argenta, en especial, ferroca, dicen, quienes existían y se atreven también, que hace algo así como 40 piruletes ciertos sujetos dejaron una tarea pendiente. Dirán ¿Pero qué tarea no hay pendiente? Verán, hay mucho pendiente, pero más allá del cuento de que a Illia la CGT le tiraba tortugas porque ellos nos llevaron rápido pa´l cara... melo, alguno de esos propuso la electrificación del Sanma.

Dicen, quienes solo saben de miradas superficiales, que el Sanma es el único ferroca de la versión trocha ancha sin electrificar. Claro, yo conozco trenes eléctricos, pero me parece que ningún tren eléctrico tiene tanto tiempo de viaje como pretenden hacer con éste, más si tenemos en cuenta que viajar hasta Pilar consume 1 hora y 25 minutos.

Pero veamos nuestra historia. Arranquemos nuestra cuenta en la década sesentista, cuando alguna vez los ingenieros de la estatal FA quemaron un poco de sesos y se les ocurrió un “Plan Maestro” para hacer una especie de super modernización metropolitana. Ahora, ¿vieron que todas las cosas siempre son maestras, magistrales, o como sea? Pero de ahí a que lo sean...

Por eso ahora doy un per saltum y aparezco en la década de los 70. Casi nada, los rusos y los yanquis en plena Guerra Fría, los milicos dando vueltas en cuarteles y calles, el viejo que vino para mostrar que debajo de las arrugas tenía ese cacho de cuero y quiero, y justo venía a mostrarlo en vivo y en directo. En el mundo de los rieles, quién los llamó no se sabe, la cuestión es que aterrizaron un grupito de especialistas rusos y se internaron por un año en el país. ¿Qué hicieron? Dicen, que hicieron un voluminoso estudio de factibilidad de obras ferrocas. Cómo será que fue bueno que hoy más de 30 pirulos después, los tenemos latentes.

Ahora me cuelo por un intersticio y llegué a la década de los 80. Con los milicos bien instaladitos – no voy a hablar de eso, mejor ni recordarlo ¿no? – en el mundo rielero las inversiones electrificadoras fueron al... Roca. ¿Y el Sanma? Bien, gracias.

Pego un nuevo per saltum más y llego a la era de... de... bueno, vamos a decir ala era de Exterminator. Lo que pasa es que algunos hacían versiones, por ejemplo, dicen que Martínez de Hoz fue un exterminador, y Mingo lo va por la versión II (Porque ya hubo una I, pero hay una III en el siglo XXI). Primero que nada, todos se llenan la boca hablando de la privatización ferroca pero les aseguro que es una mentira tan grande como una casa: los ferrocas dieron en concesión la parte administrativa, lo demás es del estado. Pero volviendo al tema, nuevamente afloraron los proyectos electrificadores.

La cuestión es que si con algo había que reventar del todo al país (Antes de que lo terminara de hacer pomada Naaby) la patilla más gorda de América, hablemos de Carlos Saúl II – Tato Bores habló de Carlos Saúl I – con su equipo renegoció el contrato y tuvieron la genial ocurrencia de adelantar las obras de electrificación, aunque, aunque... aunque eso sí: señor pasajero, prepárese porque detrás de ese proyecto, venían unas medidas saladitas para su bolsillo.

Hasta acá, la ocurrencia, bien. Pero como toda cosa en éste bendito país, se pudrió. Lo que pasó es que en el 2001 a los trenes les declararon el default por vaciamiento económico generalizado. Es que la mitad más uno directamente ya estaban viviendo la era perdida, es decir, bien en el fondo del mar... Volviendo... gracias al default la electrificación se fue a dormir solita a los cajones a esperar... y esperar... y de paso cambiaso, llenarse bien de polvito. Pero esperen, que si eso era todo, es porque tal vez no prestaron mucha atención a cuando Harry Despellotter los declaró “en emergencia” y entonces, invertir en infraestructura, era todo un logro porque en manos del Estado, pedir eso es pedir un milagro al Altísimo. Pero no se preocupen, total, Harry con eso nos empezaba a acostumbrar a su cuentito del “Estamos condenados al exit”.

Harry se las piró, y ahora vino éste Pingüino aparatoso. Ya sabemos que en ese entonces, la Verde Metropoligarcha estaba sufriendo una serie de tifones que parecían estarlo condenando al final, cosa que de hecho sucedió. Cuando los muchachos de la Verde se las piraron, porque el Pingüino aparatoso del Sur les pegó una patada en culo, ¿adivinen qué afloró del fondo? Bien!!! El asunto de la electrificación. Esto les aseguro que es como todos los recambios políticos, sobre todo presidenciales.

En fin, recordemos un poquito la cuestión: con la electrificación dando vueltas, nos vinieron con el cuento de un acuerdo con el BID – “Esh másh o menosh que acordar con el FMI” – dice Fati – pero bien sabemos que aparecieron los chinacos de la China Town con el cuentito de los recursos y la tecnología. Como si no tuviésemos cuentos chinos como pa´ tirar manteca al techo, otro cuento más de la financiación con un proyecto ferrourbanístico.

¿Saben algo? Miren, hoy por hoy, si vamos a revolver recuerdos, tenemos de todos calibres. Pues verán que a lo largo de nuestra ignorada historia argenta han pasado políticos y políticos haciendo planes, proyectos y muchas promesas más que al final todas terminan licuadas como promesa electoral, pero mientras tanto, los trenes seguimos esperando que algún día ésta buena gentuza deje de hacer planeos ambicionistas y se pongan las pilas de una güena vez por todas y las empiecen a ejecutar, así por una vez en sus vidas, podemos creerles algo. Pero en tanto ustedes sigan así, yo aquí voy a estar todo el tiempo que sea posible para molestar, porque ¿quieren que les diga algo? Aún no hemos terminado de descarrilar así que por el momento puedo asegurarles algo: menos mal que los argentinos están pensando en el inicio de clases, así los tenemos distraídos con el asunto de la búsqueda de útiles y uniformes escolares y entonces es más fácil decir que la culpa puede llegar a tenerla Doña Felisa – porque el FMI ya pasó a la historia – así seguimos durmiendo tranquilos. Y a esta historia no le veremos final jamás.

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