Bienvenidos nuevamente a la línea San Martín de ferrocarriles, huy!, perdón, debí haber dicho “Al Ferroca San Martín”, porque ya a esta altura la UGOFESA está lo suficientemente instaladita pero como nuestra historia argenta de nuestros trenes que siempre se deja descarrilar, no podíamos dejar de lado éste acontecimiento.
Ya todos sabemos y recontra sabemos cómo apareció la UGOFESA y cómo desapareció entre las tinieblas Metropoligarcha. Como que nada, tal vez la UGOFESA anda tratando de apaciguar el incendio Sanmartiniano.
Otra cosa que debe andar revoloteando por nuestras memorias es el cuentito de la electrificación, aunque les digo que por ahora naranja, otro cuento mejor era éste: el Sanma Made in China. Yo pregunto ¿qué pasó al final con los chinacos? Pero mientras tanto, sigamos bailando en éste incendio.
Por suerte están aquellos que se ocupan de andar corriendo tras los funcionarios todo el día organizando las agendas – “Porque lo que es yo, el tiempo pasa y yo sigo” – en la hojita que decía lunes 19 de diciembre era el día más conveniente para hacer presentaciones, y, de paso cambiaso, una buena forma de empezar bien la semana, lo mejor que podía ser era presentar una formación de coches Materfer y dos locomotoras. Hasta acá, nada del otro mundo.
Claro que la presentaciones no son para un público cualquiera. Es que a ellos aparecen los agentes del Pingüino, o sea, los que hacen a la rebelión aparatosa, porque esa gente todavía sigue creyendo que están protagonizando la rebelión aparatosa de hacer rodar a los trenes. Aunque faltó éste: el Héroe Ferroviario de los mocasines con forma de Pingüino, seguramente que su agenda estaba hasta los bigotes.
Claro que no los voy a dejar de mencionar, pues ellos se creen ser señores – “¡No se preocupen!... Dios los cría, ellos se juntan y el viento los amontona” – dice 22 – y entonces apareció éste, el ingeniero Ricky Jaime, uno de la rebelión aparatosa, o sea, del equipo del Pingüino. Luego aparecieron unos que se dicen ser directores de la UGOFESA, Marce Calderón – “¿De la Olla también?” – dice una estupidez Julieta -, Joaquín A Cuña y un tal Cimo. Como había que seguir rellenando, sigamos echando mano por otros sectores y le tocó el turno al gerente general y a Charly Maineri, del sector de operaciones. Pero no termina todo acá, es que si todavía faltaban invitados, apareció otro Gabyto... del Ferroca Belgrano, colapsado de tantas metidas de mano en la lata, pero sugiero terminar esta lista de invitados con más del equipo del Pingüino: Anthony Luna, el interventor de la CNRT, Peter Ochoa Romero y, un cerebro femenino dirigiendo – “¡Debe ser tan queso como todos!” – se queja Alicia – doña Gachy Cava-zza. Medio larga la lista de invitados ¿no?
Contemos el entretelón. Para los tan maltratados y, porque no, maltrechos y baqueteados coches made in Materfer – “Pues es una de las pocas cosas fabricadas por los gauchos que va quedando en pie” – añade Mercedes – y entonces lo más sugerente era una buena lavada que empezara por una colocación de ventanas con algún toquecito de aluminio – “Y shi hubiera shido de hojalata, daba exhactamente lo mishmo” – dice Fati imitando la ironía del Pingüino -, asientitos de poliamida o que se yo, en definitivas, del mismo material que los asientos de cualquier línea de bondi porteño, algún tabiquito modificado con el cuento de dar más espacio interior, y, llegamos, miremos arriba: modificaron la iluminación, pero de ahí a que funque como debe funcar, hay un trecho. Eso sí, afuera tampoco se salvó: la UGOFESA ya le estampó su sello, no vaya ser cosa que queden rastros de la extinta Metropoligarcha dando vueltas. Ahora, me queda ésta incógnita: ¿cuánto tiempo van a durar enteros con la clase de malandras que dan vueltas en ese ferroca? Esperemos un tiempo y veamos.
Pasemos a otro sector. Parece que la B829, pobre Alquito tan maltratada, decidió internarse por su cuenta en el Hospital de Liniers. Es que esta vez se encomendó a todos los santos del cielo para que los cirujanos de ese Hospital hicieran las cosas bien, bueno, ellos pueden hacer las cosas bien, las cosas pueden fallar cuando a Roteque se le antoja amarrocar todo... Claro, eso es TBA, no se olviden. Pero su hermana GT, la A914 decidió ir al hospital un poco más al norte, y justamente aterrizó en el Hospital Pérez. ¿Qué pasó con ellas? Bueno, nada del otro mundo, reparaciones generales, cambios de repuestos... eso sí, como los coches, también había que borrar las evidencias de Metropoligarcha. Con respecto al andar... hagamos unos cuantos viajecitos y ahí vamos a ver si tanto las reparaciones como el cambio de repuestos fueron buenos.
No me pienso detener en las preguntas a Ricky, porque es como entrevistar a todo político que va a buscar convencerte de cualquier modo. Pero mientras tanto la UGOFESA trata de seguir afianzándose, más de una vez tengo la impresión de que los fantasmas de Metropoligarcha siguen dando vueltas por ahí.
¿Entienden por qué esto es el fin y el inicio de una nueva historia? Menos mal que hace tiempo y espacio cambiamos de ministro de economía y ahora hace calor, todos nos rajamos de veraneo a la costa, así podemos seguir durmiendo tranquilos. Esperemos que esta historia alguna vez tenga final.
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