Nota: Tomado de un hecho real, transformado a la fantasía.
1ª Parte
En MDP Vidal estaba bajo la sombra de una planta tratando de airearse del intenso calor mientras esperaba a Bragado y Mansilla. En ese momento llegó Chascomús.
“Que calor que hace” – le dice Chascomús.
“Está más insoportable que nunca piba” – le contesta Vidal.
“Y tienes la suerte que estás bajo una planta, yo me estoy asando” – le dice Chascomús.
“Yo estoy acá esperando a Bragado y Mansilla que supuestamente iban a buscar agua pero deben haber ido a la playa a buscarla” – le dice Vidal.
“Cuidado de no tomarte el dengue je! je!” – le dice Chascomús irónicamente.
“Fuera de chiste y broma, en Almirante Brown se están tomando el dengue en serio” – le dice Vidal.
“Ah bueno, pensé que podía haber dicho una barbaridad” – dice Chascomús.
“No Chas, dijiste una verdad. Es que esa gente hace rato que no ve el agua ni en espejitos de colores” – le dice Vidal.
Después de dos horas llegan Bragado y Mansilla con el agua “¡No me digan nada! Es un caos bárbaro” – se apura a hablar Bragado antes de que Vidal pudiera decir comentario alguno.
“¿Por los subtes? No entiendo el caos de acá con los subtes de BA” – dice Vidal.
Bragado mira a Mansilla y ésta le dice “¡Que subtes ni que ocho cuartos! El caos de Bragado fue tener que hacer la marina para conseguir un trago de agua fresco”.
“Yo diría que en BA van a necesitar varias botellitas de agua mineral porque hay un incendio en los túneles que parece ser imparable” – dice Chascomús.
“Y... no estamos en BA pero la temperatura está que arde. Tomen agua chicas porque hoy no llegamos al final del día” – les dice Mansilla.
Después de que se tomaron el agua, se hicieron un siesta placentera bajo la sombra de la única planta del lugar.
Eso de las 17.45 un empleado fue a buscar a Bragado para hacer unas maniobras mientras que las demás siguieron su siesta.
“¿Ande jue Bragado?” – pregunta dormida Mansilla.
“Maniobras” – le dice Vidal mientras mira a Bragado hacer maniobras con un tren.
Después de haber estado largo rato maniobrando, Bragado fue estacionada a unos metros de dónde estaba. Lo que no advirtieron era la pendiente semi-llana de la vía.
Cuando el empleado que hizo la maniobra llegó al tren, Bragado empezó a notar que se estaba desplazando “Chicas...” – dice.
“¿A dónde vas Bragado?” – dicen Mansilla y Chascomús.
“A ninguna parte chicas...” – alcanza a responder Bragado.
Despacito, Bragado empezó a bajar la pendiente.
“Chicas me estoy yendo!!!! ¡¡¡Auxilio por favoooooorrr!” – finalmente gritó Bragado.
“Allá vamos Bragado tranquila!!!!” – le dice Chascomús.
“Ya vamos por ti!” – le grita Mansilla.
Mientras Bragado se seguía yendo por la pendiente, volvió a gritar “¡¡¡¡¡Auxilio chicas!!!!”.
Vidal apareció con una cadena y las tres salieron tras ella “Nos deslizamos la pucha!!!” – dice Mansilla.
“¡¡¡¡Auxilio por favor!!!” grita desesperada Bragado mientras poco a poco empieza a tomar velocidad por la pendiente.
“¡¡¡¡Vamos tan rápido como podemos Bragado, trata de fenarte!!!” – le grita Vidal.
“¡¡¡No puedo, maldición!!!” – grita Bragado.
En vano Vidal, Mansilla y Chascomús trataban de ir por la pendiente para rescatar a Bragado.
“Maldita sea, no podremos llegar!” – se exalta Vidal.
“¡¡¡Cuidado Bragado!!!” – le gritan Mansilla y Chascomús.
“Cuidado con.... aaaaaaahhhhh!!!!” seguía gritando Bragado y pasa a toda velocidad por un cabín.
Pero antes de llegar al final de la pendiente, en un paso a nivel que estaba abierto al paso de los autos y en un costado había un puesto de choripanes, Bragado les grita a sus hermanas “¡¡¡¡ayúdenme por favor!!!”.
“Ay! ¡No alcanzaré!” – grita Chascomús.
“Larguemos los frenos” – dice una idea desesperada Mansilla.
“¡Cuidado con los autos y los choripanes!” – le grita Chascomús.
Bragado se distrae dos segundos “¡¿Cuidado con qué?!” – pregunta.
“¡Los autos y los choripanes!” – le grita Vidal a la distancia.
“Los... ¡¿qué?!” – dice Bragado.
Cuando vió que indefectiblemente iba a atropellar a los autos que pasaban, solo atinó a decir “¡Los autos! ¡Auxilio por favor!” – gritaba desesperada.
Mientras Bragado se iba a toda velocidad por la pendiente, Mansilla ya había soltado los frenos para tomar velocidad “¡Ya casi te tengo Bragado!” – le gritó en un último intento desesperado.
“¡Vamos Mansilla!” – la anima Bragado.
“Ya casi estoy!!!” – le vuelve a gritar Mansilla.
Cuando Mansilla tenía casi a tiro a Bragado para tomarla del paragolpes trasero, en ese momento no pudo evitar lo que se venía encima “Aaaaaahhh!!!!” – gritó y se chocó los automóviles y derribó el puesto de choripanes mientras siguió avanzando a toda velocidad.
“¡Auxilio Mansilla, no puedo frenar!” – grita desesperada Bragado.
Mansilla, en tanto, había activado sus frenos y se detuvo justo frente al paso a nivel. “Tengo una idea” – le dijo a Vidal y Chascomús.
“Sí ¿Qué se te ocurre?” – pregunta Vidal.
“Llamemos a Karpik para que ponga algún objeto contundente en la vía y provoque un descarrilo” – dice Mansilla.
Mientras ellas tramaban el plan, Bragado se seguía desplazando a toda velocidad por la vía. Chascomús llamó a Karpik “¡Karpik tienes que hacer algo urgente!”
“¿Quién se incendió?” – preguntó Karpik.
“No, tienes que hacer algo ¡¡Bragado se desplaza a toda velocidad, arrasó con los autos y los choripanes y lamentaremos los muertos!!” – le dice desesperada Chascomús.
“Qué.... eh!” – dice Karpik mientras ve que Bragado se venía por la vía contigua a la que estaba ella estacionada. Entonces activa un desvió al cual le falta un riel. “Roguemos a los santos del cielo y que todo termine bien, si es posible...” – dice Karpik.
“¡Karpik haz algo!!!” – le grita Bragado cuando está por pasar por delante de ella.
“En un segundo vas a frenar” – le dijo Karpik más tranquila que nunca empezó a lustrar sus luces.
Justo Bragado pasa por delante de Karpik y a los 100 metros termina en el desvió “El desvío...” dice y se mete en el cambio a toda velocidad para terminar descarrilando y volcando a la vez.
Después de un rato, Mansilla, Vidal y Chascomús llegan hasta donde está Bragado volcada “Oye Karpik... ¿No has visto qué le pasó a Bragado?” – le pregunta Vidal.
“Ya sé que le paso a Bragado, ahora estoy esperando que despierte, de por sí, medio turuleca” – le contesta Karpik mientras se sigue lustrando sus luces.
Al cabo de un largo rato, Bragado despierta “Uuuufff! ¿Qué... me... pasó...?” – pregunta mientras está tendida en el suelo desorientada.
“Ya pasó todo Bragado” – le dice Karpik.
“Aaaaaaayyyyy!!! Meee... dueeeleeee... tooodddoooo...” – dice Bragado desorientada desde el suelo.
“Por lo menos frenaste vieja” – le dice Mansilla para consolarla.
“Que consuelo Mansilla...” – le dice Chascomús.
“¿Quién... meeee... saaacaaa... de aaacáaaa...?” – vuelve a preguntar Bragado.
“Ya te vamos a sacar vieja” – le dice Vidal.
La forma en que quedó volcada Bragado predecía que podía ser difícil de levantarla. Pero el tema principal era que no había un auxilio cercano. Entonces Karpik llama a Escalada “Elisabetta...”
Del otro lado de la línea contesta Fer confundiendo “¿Qué quieres en el depósito de Metropolitano, Patagones?”.
“No soy Patagones, Fer, soy Karpik, quiero hablar con Elisabetta” – le dice Karpik.
“Acá no existe Elisabetta y no sigas jodiendo” – le dice Fer y le corta.
Karpik le dice a las demás “Está piantada esta muchacha”.
“¿Por qué no pruebas en 4?” – le sugiere Chascomús.
Karpik llama a Kilo 4. Atiende Doris “Hola, gracias por hacer compañía” empieza con tonterías.
“No estoy para idioteces Doris, necesito auxilio” – le dice Karpik.
“Ah! ¿Te destartalaste en el camino vos?” – pregunta Doris.
“No Doris, necesito una grua para Bragado...” – le dice Karpik.
“No... Estás jodiendo Karpik... Me encantan tus bromas! Ja, ja!!!” – se ríe Doris por el teléfono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario